Patrocinado porPatrocinado por

Los jabalíes arrasan miles de metros de cultivos en fincas de O Baixo Miño

Monica Torres
mónica torres O ROSAL / LA VOZ

SOMOS AGRO

XOAN CARLOS GIL

Ganaderos, agricultores y cazadores reclaman ayuda a la Administración

28 may 2022 . Actualizado a las 11:51 h.

Ganaderos y agricultores de O Baixo Miño piden ayuda ante una «invasión» de jabalíes que está poniendo en jaque al campo. Más de una decena de familias afectadas se concentraron ayer en O Rosal para manifestar su «desesperación». «La situación es insostenible, los jabalíes entran en los cierres y arrasan con todo, además de que tememos que puedan transmitir enfermedades al ganado como la tuberculosis», explica Sergio Gómez, uno de los afectados.

Reconocen que siempre ha habido fauna salvaje y que así ha de ser, pero que hay que tomar medidas de control porque los jabalíes están arruinando cosechas y dejando fincas impracticables, comprometiendo la viabilidad de explotaciones ya castigadas por el encarecimiento de los piensos agrícolas, carburantes, la luz y hasta el plástico con el que hacen las bolas de forraje.

Los jabalíes no respetan nada. «Otros años venían atraídos por el olor a maíz al acabar el verano, pero ahora ni siquiera dejan que crezca. En cuanto se siembra, arramplan con todo», afirma Felipe Lago. Las pérdidas materiales son cuantiosas, aún empezando la siembra, «porque ya han dañado miles de metros cuadrados en O Rosal y A Guarda».

«Cantas veces imos ter que plantar o millo este ano?, porque xa van tres veces que entran e levan todo», lamenta Ricardo González, que, a sus 75 años, asegura que nunca se sufrieron daños tan grandes en los cultivos de la zona. El problema radica en que los mamíferos salvajes campan a sus anchas por las conocidas como zonas bajas, que son las humanizadas, y además, justo cuando en el tecor de la zona no se pueden haber batidas ni soltar perros.

Los afectados urgen una solución porque las incursiones en los cultivos suponen una losa para la supervivencia de las explotaciones. Han pedido ayuda directa a la sociedad de caza A Rosaleña, pero manifiesta que se encuentra de manos atadas. «Entendemos o grave problema dos veciños e queremos axudar porque os xabarís andan nas zonas baixas rompendo todo canto atopan. Levamos dende o 3 de maio pedindo a Medio Ambiente que autorice, cando menos, meter os cans para espantalos e que volvan ó monte, pero non temos contestación algunha», explica, con impotencia, Francisco Javier Riveiro, presidente de la sociedad de caza A Rosaleña. Afirma que el año pasado, la Xunta sí autorizó esta medida y que tuvo una gran efectividad. «Os xabarís invadiron as zonas baixas e hai que darlles unha solución ós veciños, pero nós estamos atados de pés e mans», insiste Riveiro. Reclaman una batida excepcional o, en su defecto, una suelta de perros que los ahuyente de manera temporal de las fincas colonizadas para atenuar su «impacto devastador».

«Mi mujer el otro día tuvo que esconderse, a plena luz, porque entraron tres jabalíes en la finca. Entran y arrasan con todo, tanto pasto de vacas como maíz, y hacen socavones que dejan impracticable el terreno», señala Sergio Gómez.

«Temos máis de duascentas vacas e o ano pasado tivemos que renunciar a plantar millo porque o destruíron. Agora danan todo, levantan a herba e rompen os silos», apunta también Gustavo Expósito. Los viveros que hay en la zona de As Baladas, en O Rosal, son también víctimas. «Este ano xa tiven que plantar varias veces y no veo solución posible», lamenta Rosana Vicente.