Patrocinado porPatrocinado por

La ley de recuperación de tierras logra al fin que se movilicen fincas abandonadas

maría Cedrón REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS AGRO

José Manuel no recordaba haber visto cultivadas antes las tierras donde ahora ha sembrado cereal. Este es el segundo año que tendrá cosecha. Plantar su propio grano le ahorra costes de producción porque evita ir a comprarlo a Xinzo, como hacía antes.
José Manuel no recordaba haber visto cultivadas antes las tierras donde ahora ha sembrado cereal. Este es el segundo año que tendrá cosecha. Plantar su propio grano le ahorra costes de producción porque evita ir a comprarlo a Xinzo, como hacía antes. Miguel Villar

Más de 5.400 propietarios mostraron interés en las nuevas aldeas modelo

23 may 2022 . Actualizado a las 09:52 h.

«Hai xente do meu tempo que nunca viu estas terras sementadas. Eu tampouco o recordo. Lémbrome delas antes da concentración que se fixo hai uns 25 anos. Pero o 90 % delas continuaban abandonadas». José Manuel Justo Ribero, Schuster, es de Santa Baia de Montes, en el concello ourensano de Cualedro, tiene 46 años y hace dos, cuando ya comenzaban a darse los primeros pasos para diseñar la Lei de Recuperación de Terra Agraria de Galicia, arrendó al Banco de Terras unas fincas en la aldea de Carzoá que estaban inundadas de zarzas. Ubicada a unos cuatro kilómetros de su casa, ese lugar se hizo conocido, a su pesar, el 13 de septiembre del 2020, cuando las llamas llegaron a las puertas de las casas. «A min ardeume toda a herba que tiña recollida xa», dice. Y justo un mes después fue cuando devolvió la productividad a parte de esas fincas al sembrar unas 30 hectáreas de cereal y hierba. «Xa as tiña preparadas antes de que vira o lume, non había masa para arder», recuerda.

La primera cosecha la recogió en julio del año pasado, un par de meses después de que entrara en vigor una ley que este 22 de mayo cumple su primer año de vida. En esos doce meses, según los datos que maneja la Consellería do Medio Rural, un total de 5.461 propietarios de fincas se han mostrado interesados en sumar sus 25.260 parcelas a alguna de las herramientas de movilización de tierras que recoge la norma. Juntas suman 4.637,05 hectáreas de terreno. Por ahora es un 1 % de las 512.308 de superficie agraria susceptible de ser aprovechada para cultivos o usos forestales que, según un informe realizado por los grupos de investigación GEN y Ecosot, de la Universidade de Vigo, y de Ecoagrasoc e Territorio-Biodiversidade-Teblo de la USC para la Consellería do Medio Rural, estaban infrautilizadas o abandonadas en Galicia en el 2019.

Las parcelas de esos propietarios son las que están en disposición de usarse en las 19 aldeas que están ya aprobadas —las de Osmo, en Ourense; y Trascastro o Parada dos Montes, en Lugo, son las que ya están terminadas— y los diez polígonos agroforestales para los que hay acuerdo para iniciar el proceso de aprobación o está a punto de publicarse en el Diario Oficial de Galicia el acuerdo para iniciar esos trámites. A mayores, hay otros cinco polígonos donde está pendiente la recogida de firmas de los propietarios de la tierra.

En Carzoá se ha aprobado una aldea donde ahora está en elaboración el proyecto para saber qué cultivo o ganadería es el más adecuado. El segundo paso será comenzar los trabajos de desbroce. Además, está en proceso la aprobación de un polígono que estará dedicado a la ganadería extensiva de vacuno, porcino, ovino o caprino, y cultivos complementarios. Justo lo que hace José Manuel en sus terrenos. «Nós tamén temos agora interese en terreos na aldea». Porque antes de echar hierba y cereal en Carzoá, tenía que «ir mercalo a Xinzo, e iso supón máis gasto», añade este agricultor y ganadero que tiene una explotación de vacuno y ovino. Más allá del ahorro económico, también valora la mejora del entorno. «Ou facemos isto ou isto acaba todo en mans do lume. Xente que ao inicio non se animou a incluír as súas parcelas, agora está facéndoo porque ve as terras coidadas», comenta.

Hasta el 30 % de la superficie de algunos polígonos no tiene un dueño identificado

Cuando la Axencia Galega de Desenvolvento Rural (Agader) empezó a hacer números para dibujar los grandes objetivos de la Lei de Recuperación de Terra Agraria de Galicia, calculaba que en torno a un 10 % de las parcelas rústicas repartidas entre 1,6 millones de titulares tenían dueño desconocido. Un año después de la puesta en marcha de la norma, la directora xeral de Agader, Inés Santé, explica que, tras el trabajo de campo realizado hasta ahora para investigar la propiedad de la tierra en las aldeas y polígonos que están tratando de poner en marcha, han comprobado que «o índice de propietarios descoñecidos chega a un 30 % nalgúns polígonos e naqueles que están ubicados en zonas de moito abandono onde non hai nin catastro se eleva a un 70 %».

Localizar a los propietarios de la tierra e informarles de cada paso que da la Administración para poner en marcha una aldea o un polígono es uno de los factores que ralentizan el proceso: «A lei recolle un procedemento moi detallado e garantista para dar a maior transparencia ao proceso. Hai que facer notificacións individuais, publicacións no DOG, exposicións públicas... Todo iso fai que os procesos, sobre todo no caso dos polígonos, sexan moi lentos», comenta Santé.

Con todo, también destaca que la respuesta favorable a la hora de poner las tierras a disposición de la aldea o el polígono es mayoritaria por parte de los vecinos. Es más, muchos que al principio no entraron quieren hacerlo luego cuando ven que alrededor de su parcela la tierra vuelve a producir.