Patrocinado porPatrocinado por

Los ataques del lobo afectan a una media de dos reses equinas por semana en A Capelada

A. F. C. CEDEIRA / LA VOZ

SOMOS AGRO

CEDIDA

Un ganadero denuncia la muerte de dos potros y tres yeguas

10 dic 2021 . Actualizado a las 21:22 h.

Los ataques del lobo se repiten en el entorno de la sierra de A Capelada, en el municipio de Cedeira. Los propietarios estiman que cada semana afectan a una media de dos reses, sobre todo ganado equino, pero también ovino o vacuno. Ismael Durán, ganadero y presidente de la Asociación Ecuestre A Crina, ha perdido un potro «que ía para semental», una potra y tres yeguas en las últimas semanas. «Matan un, dúralles para tres ou catro días, e despois matan outro», explica. Asegura haber visto una manada con uno seis ejemplares adultos, por lo que teme que «dentro de dous anos podería haber vinte».

Un vecino del lugar de San Román de Montoxo grabó cómo pasaban los lobos por el medio de las casas, «a uns cen metros do campo da festa». «Iso non se vai apaciguar, cada vez hai máis e van seguir aumentando, porque non se ve ningunha forma de eliminalos», señala Durán. Vaticina que «a situación empeorará» en la sierra de A Capelada, una superficie de diez mil hectáreas de monte comunal, «imposible de valar». «Os cabalos galegos de monte son animais salvaxes, e non é posible gardalos pola noite, como se propón. Cando se fai a rapa temos que ir unhas vinte persoas e botar varios días para poder xuntalos. É inviable pechar o monte», argumenta. Y vuelve a advertir del peligro de extinción de esta raza equina, que desempeña una función muy relevante en la zona, «para a prevención dos incendios forestais».

El primer impacto es económico, puesto que la ganadería representa una importante fuente de ingresos para muchas familias de la zona. «É un aporte moi grande e xera moitos cartos porque hai moitas cabezas de gando», subraya. «O problema segue aí e vai a máis porque aquí o lobo non ten ningún depredador e ten comida», teme.

Cedeira no es la única zona afectada por los ataques del lobo. En Espasante se produjo uno hace unos días, con una res muerta, y en el interior del municipio de Ortigueira se han repetido en los últimos meses (el último acabó con una pareja de asnos). «Estos días no hemos tenido ataques porque ya no hay terneros pequeños y a las vacas, por el momento, no les han atacado», apunta Rosa Lois, vecina de Senra con una explotación ganadera familiar en Grañas do Sor (Mañón).

Hace un par de semanas, un vecino de esta zona observó desde el coche, a mediodía, «un lobo paseando por el medio de las vacas», sin consecuencias. Un vecino de Monfero se queja de las dificultades para cobrar la indemnización por la muerte de reses: «Mantemos o lobo á nosa conta».