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A Limia urge modernizar el regadío para blindar el futuro de la agricultura

María Cedrón REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS AGRO

Santi M. Amil

Medio Rural presenta a Next Generation un plan para llevarlo a cabo

23 may 2021 . Actualizado a las 19:40 h.

El agua es un bien fundamental, aunque en Galicia llueva con abundancia. Eso es algo que saben bien en la comarca de A Limia. Optimizar ese recurso para abrir las puertas a nuevos cultivos que garanticen el futuro de la agricultura en la zona, haciéndola más sostenible, es uno de los grandes objetivos del proyecto de mejora y modernización del regadío en las comunidades de regantes de la zona que la Consellería de Medio Rural ha presentado a los fondos Next Generation. La inversión que requiere el plan de la Xunta es de 34 millones de euros, que solo suponen el 6 % del presupuesto destinado al sector agroalimentario y pesquero en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) que el Ministerio de Agricultura tiene previsto invertir en la mejora del regadío en España (563 millones de euros), según los datos desglosados esta semana por el Ministro de Agricultura, Luis Planas.

La idea es dotar de infraestructuras de regadío a las comunidades de regantes de Alta Limia, Corno do Monte, Lamas-Ganade y San Salvador de Sabucedo. Llevar a cabo esas obras daría un fuerte impulso a la agricultura porque, como explican desde la Asociación de Empresarios, Gandeiros e Agricultores de A Limia (Adegal), «permitiría una mayor rotación de cultivos. Además, al plantar especies que requieren más materia orgánica favorecería la economía circular porque podrían aprovecharse los restos que generan las explotaciones ganaderas».

Esas mejoras, como describe el proyecto presentado por Medio Rural, también permitirían, entre otras muchas cosas, hacer una adaptación de los modelos agrícolas al cambio climático, «mediante la reducción del consumo de agua, además de emplear energías renovables».

La actuación que se llevaría a cabo implica la realización de las obras necesarias para la captación de aguas subterráneas, desde pozos de sondeo al almacenamiento en balsas para su regularización y su posterior distribución mediante una red de tuberías hasta las zonas de riego previamente definidas.

Los acuíferos

El agua usada procedería de acuíferos, resultando la captación de aguas subterráneas mediante obras de sondeos, donde se alojarán los equipos de bombeos necesarios. Al mismo tiempo, la distribución de agua en la zona regable se realizaría mediante redes de riego colectivas a presión, cada una colocada en su correspondiente estación de bombeo para garantizar el riego a demanda. La regulación entre los bombeos desde esas captaciones y la demanda de riego se hace mediante balsas de regulación.

Al mismo tiempo, dispondrán de unos hidratantes multiusuario por cada unidad de riego. De esa forma, como recoge el plan, una unidad de riego quedará definida por la superficie que pueden regar desde un mismo hidrante, en torno a 10 hectáreas.

El modelo elegido es de riego a presión, capaz de garantizar a cada parcela un caudal prácticamente continuo y una presión mínima para el adecuado funcionamiento del riego por aspersión o goteo.

El área regable será dividida en subzonas, lo que supondrá una mayor facilidad de cara a la ejecución de las obras, al igual que una mayor funcionalidad de cara a la gestión de la zona regable.