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Los 27 valoran elevar al 25% la partida para ecoesquemas de la PAC y Planas reivindica el acuerdo del 20%

Somos Agro EP / REDACCIÓN

SOMOS AGRO

Sandra Alonso

El ministro de agricultura asegura que el porcentaje acordado ya supone un «esfuerzo de innovación» para agricultores, ganaderos y administraciones públicas

27 abr 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Los ministros de Agricultura de la Unión Europea estudian una propuesta para elevar de manera progresiva al 25% la partida de los pagos directos que los Estados miembros deberán reservar a los nuevos ecoesquemas en la futura Política Agrícola Común (PAC), en un intento para acercar posturas con el Parlamento Europeo. El titular español de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha intervenido en el debate para recordar que el acuerdo que los Veintisiete cerraron hace meses y que contemplaba que esta dotación fuera del 20% era un «buen acuerdo», al tiempo que ha apuntado que el sector agrícola europeo es el que más contribuye a la transición ecológica europea.

Los eco-esquemas son una nueva ayudas a agricultores y ganaderos que quieran ir más allá de los requisitos ecológicos obligatorios y adopten medidas adicionales en favor del clima y el medio ambiente. Su dotación es, precisamente, el principal punto de desacuerdo entre las capitales y la Eurocámara en las negociaciones de la nueva PAC. En este contexto, la sugerencia de Portugal -como presidencia de turno de la UE este semestre- al resto de socios pasa por aceptar que se eleve este porcentaje hasta el 22% durante los dos primeros años de aplicación de la nueva PAC (2023 y 2024) y alcanzar el 25% a partir de 2025.

El Gobierno luso busca el permiso de los Estados miembros para poder intentar llegar a un acuerdo con los negociadores del Parlamento Europeo, que en sus líneas rojas acordaron que los eco-esquemas se beneficiaran de un 30% del presupuesto de los pagos directos. Lisboa quiere sellar un acuerdo con la Eurocámara sobre los tres reglamentos de la nueva PAC a finales de mayo.vEn particular, la ministra lusa de Agricultura, Maria do Céu Antunes, ha defendido que su propuesta recoge el «equilibrio» necesario para llegar a un pacto con los eurodiputados sobre esta cuestión en las próxima semanas. «Tenemos que mostrar flexibilidad y apertura si queremos un acuerdo», ha dicho durante su intervención

Mantener todas las flexibilidades

Planas ha sido el primer ministro en tomar la palabra tras la intervención de su colega portuguesa y ha subrayado que el acuerdo que los Estados miembros alcanzaron en octubre «era sin duda un buen acuerdo», al tiempo que ha recordado que la propuesta inicial de la Comisión Europea para la PAC «no fijaba ningún porcentaje». Además, el ministro español ha señalado que el sector agrícola europeo es el que más contribuye a conseguir los objetivos verdes del bloque dentro del nuevo presupuesto comunitario. «Esto habría que valorarlo», ha afirmado. En la misma línea, ha asegurado que reservar un 20% a los eco-esquemas ya es un «esfuerzo de innovación» tanto para agricultores y ganaderos como para las administraciones públicas. En cualquier caso, ha pedido que se mantengan «todos los elementos de flexibilidad» que se incluyeron en el acuerdo de octubre entre los Veintisiete, en especial el período de «aprendizaje» de dos años.

Bruselas celebra la propuesta portuguesa

El comisario de Agricultura, Janusz Wojciechowski, ha celebrado que la propuesta portuguesa para desbloquear las conversaciones con el Parlamento Europeo es «un paso en la buena dirección», y ha recordado que la 'arquitectura verde' es el «núcleo» de la PAC que entrará en vigor en 2023 y se desarrollará hasta 2027. El polaco ha enfatizado que los eco-esquema son una «enorme oportunidad» para impulsar la transición ecológica del sector agroalimentario europeo y que este contribuya a que la UE alcance los objetivos marcados en el Pacto Verde Europeo.

A juicio de Wojciechowski, la nueva propuesta de Portugal «manda una señal positiva al Parlamento Europeo». El polaco también ha señalado que las «flexibilidades también son razonables», pero ha subrayado que «no deben significar» que los fondos pensados para la transición verde sean desviados a otras actividades.