El sector afronta con incertidumbre el nuevo cierre de la hostelería

m. alfonso

Cada vez que las autoridades decretan un nuevo cierre de la hostelería, el sector primario gallego se echa a temblar. Porque son muchos los productores que tienen en restaurantes y bares a sus principales clientes. Entre ellos, las bodegas. Ellas fueron de las primeras en sentir el duro golpe que supuso el confinamiento del pasado mes de marzo. Porque en cuanto la hostelería paralizó su actividad, sus pedidos dejaron de llegar. Ahora que los establecimientos hosteleros vuelven a estar cerrados en buena parte de España, las denominaciones de origen siguen buscando estrategias con las que afrontar la ausencia de sus mejores clientes. Casi todas ellas han hecho cuentas. La crisis del coronavirus les ha supuesto que en el 2020 vendieran entre un 11 y un 40 % menos que durante el ejercicio anterior. Un descalabro que fue mayor donde mayor es también la dependencia de la hostelería.

En Rías Baixas están relativamente satisfechos porque lo que podría haber sido una debacle se cerró con un 11 % menos de vino calificado que durante el 2019. No es una buena cifra, reconocen, pero no está mal si se tiene en cuenta que la cosecha de ese año fue, además, muy inferior en kilos. «El 2019 fue un año muy bueno en ventas, con 27 millones de litros. Ahora nos hemos quedado en algo más de 24, que tampoco está mal», explica el gerente del consello regulador, Ramón Huidobro. El descalabro fue mucho mayor durante los meses de confinamiento severo, pero también es cierto que en cuanto llegó el verano, las cifras de ventas volvieron a dispararse.

Más impacto tuvo el coronavirus en la denominación de origen de O Ribeiro. Explica su presidente, Juan Manuel Casares, que si hacemos caso a la venta de etiquetas, la caída en las ventas fue de un 10 %. Pero no considera que ese dato refleje la realidad de lo que está sucediendo. De hecho, si se estudian otras variables, como los aforos o los datos de embotellado, el descenso puede rondar el 30 %. «Esta claro que este 2021 xa non nos sorprende como principiou, pero non principiou ben», asegura el máximo responsable del consello regulador, quien confía en que la situación se pueda recuperar a medida que pasa el tiempo. En la Ribeira Sacra, por su parte, su presidente, José Manuel Rodríguez, sostiene que en el último año han vendido un 18 % menos que durante el ejercicio anterior. En su opinión, estas cifras serían consideradas incluso buenas en otras denominaciones de origen españolas, «pero é certo que supoñen un baixón razoable». Argumenta que buena parte de sus bodegas están ya en la alimentación, además de en la restauración, de ahí que el impacto por el cierre de la hostelería no fuese tan grande como se preveía inicialmente. Aunque también advierte que los problemas no han terminado. «Calquera se atreve e dicir nada, aquí hai que ir partido a partido», argumenta.

En Valdeorras se muestran algo más pesimistas. «Desde o mes de decembro non se move practicamente nada, so algo en alimentación», asegura el presidente del consello regulador, José Luis García Pando. Y sostiene que la situación es mala porque no solo Galicia está cerrada, sino que también hay restricciones en todo el norte de España, donde se sitúan buena parte de sus clientes. «O problema é que non é so Galicia, e en toda España e en todo o mundo», lamenta. Calcula que el descenso en las ventas registrado durante el año pasado ronda el 20 %.

Donde más impacto ha tenido el coronavirus ha sido en Monterrei. Según su presidenta, Lara Rodríguez, hasta un 40 % pueden haber caído las ventas en esta denominación de origen. «Temos moitas adegas familiares que non chegan á alimentación e por iso calculamos que as perdas van andar entre o 30 e o 40 %», argumenta.