Investigadores valencianos prueban en Galicia un plan de lucha biológica

M. Alfonso

Desde hace unos años, los cítricos gallegos son víctima de Trioza erytreae, un insecto también conocido como Psílido africano que transmite el huanglongbing o greeening, enfermedad que puede causar grandes daños a esos árboles. La presencia de esta plaga en Galicia ha traído pequeños problemas a la comunidad, de hecho se han implantado una serie de medidas para evitar su propagación, pero es en otras regiones de España donde miran con más temor lo que aquí está sucediendo. Es el caso del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA), que lleva años buscando fórmulas para combatir a este insecto, para el que hasta ahora no existe ningún tratamiento efectivo. Una de sus investigaciones parece que está teniendo éxito. Es la lucha biológica a base de Tamarixia dryi, un pequeño insecto que parasita a la Trioza.

«Este insecto transmite la enfermedad más grave que afecta a los cítricos y para regiones con gran importancia citrícola, como la cuenca mediterránea, supone un grave riesgo que la Trioza llegue aquí», explica Alberto Urbaneja, coordinador del centro de Protección Vegetal del IVIA. Por eso su departamento lleva años buscando fórmulas que permitan erradicar la presencia de ese insecto. Uno de sus programas más exitosos, y que el pasado año implantaron también en Galicia, es la lucha biológica. La comunidad gallega fue donde se detectó, por primera vez en la península, la presencia de Trioza, «pero en esa región hay una ausencia total de enemigos naturales eficaces de esa plaga». Es por eso que los investigadores optaron entonces por marcharse a Sudáfrica, pues ese es el país de origen del Psílido que transmite el greening.

Especialmente eficaz

«En Sudáfrica Trioza no es una plaga preocupante porque tienen varios insectos parasitoides que la controlan», añade Urbaneja. De ellos, los investigadores Alejandro Tena y Jesica Pérez, hicieron una primera selección de tres, pero había uno que «era especialmente eficaz». Era la Tamarixia dryi, una avispilla cuyas hembras ponen los huevos debajo de los psílidos y cuando estos eclosionan, su descendencia se come al psílido. Su intención era la de traer ese insecto a España para soltarlo y que este ayudara a controlar a la Trioza, pero el proceso no fue sencillo.

«Hubo que hacer todos los estudios requeridos por el Ministerio de Agricultura y el de Medio Ambiente para comprobar que esta avispilla solo afectaba al Psílido de los cítricos y no a otros. Y también que estaba libre de otras enfermedades patógenas», asegura. Precauciones todas ellas necesarias. Posteriormente, en colaboración con el Instituto Canario de Investigaciones Agrarias (ICIA) se optó por soltar este parásito en una parcela experimental de Tenerife, pues fue en Canarias donde se detectó por primera vez Trioza en España, en el año 2004 posiblemente arrastrado por los vientos alisios desde la isla de Madeira. «En solo un año hemos obtenido resultados espectaculares, Tryoza ha desaparecido prácticamente de las islas Canarias», asegura Urbaneja. Diversos estudios posteriores confirmaron que el parasitoide se había instalado en el 85 % de las parcelas estudiadas en Tenerife y que se había expandido, de manera natural, a otras islas.

La parte gallega

En este proyecto también colabora el departamento de Sanidade Vexetal de la Xunta de Galicia, pues esta comunidad es la primera de la península en la que se ha detectado la plaga. Por eso el siguiente paso en el proyecto del IVIA fue el de realizar una suelta experimental de Tamarixia en la comunidad. «Fue una suelta muy experimental, en puntos muy determinados y con muy pocos individuos», asegura Urbaneja. La misma medida se llevó también a cabo en Portugal, otro país que también está afectado por Trioza.

La suelta se repitió en la comunidad gallega durante el pasado verano y, en esta ocasión, ya de forma más masiva. Los investigadores están ahora a la espera de ver cómo evoluciona la Tamarixia en invierno, pero los primeros resultados son muy alentadores. «Los resultados que estamos obteniendo hasta ahora son positivos. Vemos que el parasitoide se ha dispersado muy bien y solo nos falta saber cómo va a pasar el invierno», añade. Si la experiencia es un éxito, el sistema podría aplicarse en otras zonas de España. Y es que, a estas alturas, ya se ha detectado Trioza en todas las comunidades del norte de España, desde Galicia hasta el País Vasco.