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Esta es la granja que quiere Bruselas

Maruxa Alfonso Laya
M. Alfonso REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS AGRO

AGOSTIÑO IGLESIAS

Está en Allariz, cultiva el alimento de las vacas mediante la rotación de cultivos, fomenta la biodiversidad, recicla los purines y apuesta por el pastoreo

27 jul 2023 . Actualizado a las 10:12 h.

Son las once de la mañana y las sesenta vacas que tienen en ordeño en SAT Torneiros, una explotación en ecológico de Allariz, están a punto de salir al campo, como hacen todos los días. Quizás si pudiéramos entender lo que dicen, las escucharíamos debatir el acuerdo que Europa acaba de cerrar sobre la Política Agrícola Común (PAC). Y quizás también entonces sabríamos que eso de los ecoesquemas no es para ellas ninguna novedad. Que lo que proponen los políticos es algo que en Galicia se lleva haciendo, de manera tradicional, toda la vida. Y que cualquier granja en ecológico de la comunidad cumple con buena parte de los nuevos requisitos. Porque la explotación tipo que quiere Bruselas hace mucho que existe aquí. Es la típica granja familiar donde los animales pastan durante buena parte del día al aire libre, donde se cultiva el forraje necesario para completar sus raciones y donde el purín no es un residuo, es el abono con el que cultivan sus tierras.

AGOSTIÑO IGLESIAS

SAT Torneiros empezó trabajando en intensivo, «porque a explotación é do ano 89 e daquela era o que se levaba. Pero aquí nunca se fixo un manexo do gando en extensivo en exclusiva», explica Marcos Quintas, que heredó el negocio de sus padres. Fueron ellos los que apostaron por pasarse a la producción ecológica en el 2005, y cuando Marcos asumió el mando, tuvo claro desde un principio que esa era la forma de trabajar. Ahora, Europa le da la razón e incluye en la nueva PAC una serie de prácticas que en esta explotación ya son el pan de cada día.

Del pastoreo y la biodiversidad

La primera de ellas es el pastoreo. Fomentar esta práctica es uno de los objetivos de los ecoesquemas. «As nosas vacas saen a pastar despois do ordeño e non as recollemos ata a tardiña, cando as volvemos ordeñar», cuenta. Ellas son las encargadas de cuidar los pastos, en los que no entran tractores ni otras máquinas, respetando así la biodiversidad, otra de las premisas de Europa. «O 80 % do que temos é pradeira natural, o que facemos é intentar coidala utilizando o manexo dos animais», añade. En la finca donde sus vacas pacen hay hierba, pero también zarzas y algún que otro árbol centenario.

Uno de los problemas con los que se encontró Marcos cuando asumió la granja fue que en la zona de Ourense donde está ubicada, los pastos no siempre son suficientes para alimentar a los animales, «e tes que suplementarlles a ración con forraxes». Así que cada mes se dejaba un verdadero dineral en adquirir esos piensos que venían de fuera. La suerte quiso que un día, en unas charlas, se acercara a investigadores de Mabegondo y les expusiera su problema. Estos enseguida le propusieron llevar a cabo un sistema de rotación de cultivos, de nuevo una de las premisas que propone Europa. La granja contaba con treinta hectáreas de terreno en regadío, donde se plantó una pradera de leguminosas en invierno y maíz forrajero durante el verano. Hace tres años que e empezó con ese sistema y ahora, no solo tiene alimento suficiente para los animales, sino que incluso puede vender alguno. «Para min o cambio supuxo máis un aforro ca uns custes, porque xa tiñamos o terreo», explica.

AGOSTIÑO IGLESIAS

Contar con planes anuales de fertilización y fitosanitarios es otra de las premisas que plantea Bruselas. «Ao estar en ecolóxico, xa temos un plan de fertilización. E de uso de fitosanitarios non temos porque non os usamos», añade. Pero ¿qué pasa con los purines? Pues que aquí no son un residuo. «Todos os que se producen na granxa os utilizamos na explotación. Cos xurros e cos esterco de palla, porque as nosas vacas dormen en cama quente, facemos o abono que usamos nas fincas», asegura. Una economía circular en toda regla, en la que no se desperdicia ni las heces de los animales, ni la paja en la que descasan cuando están encerradas. Cuenta, además, que ya disponen de «unha entidade de aconsellamento» para controlar la fertilización de sus terrenos. Y que apuestan, también, por mantener la biodiversidad en las fincas que trabajan. «Non arrancamos todo para facer pastos, respectamos o monte baixo e deixamos árbores», relata.

AGOSTIÑO IGLESIAS

Marcos reconoce que no en todo tipo de explotaciones, ni en todas las zonas de Galicia, se pueden hacer estas prácticas. Pero él tiene claro que son el futuro. Que sus vacas deben ser cuidadas como se hizo toda la vida en Galicia, que es como ahora reclama Bruselas que se haga.

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