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Terras Gauda convierte el bagazo en abono y pesticida de calidad para la vid

Maruxa Alfonso Laya
M. Alfonso REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS AGRO

cedida

La bodega aplica la economía circular en su actividad para alcanzar la máxima sostenibilidad

27 may 2020 . Actualizado a las 22:47 h.

Hace ya tiempo que la sostenibilidad ambiental se convirtió en una cuestión importante en Bodegas Terras Gauda. Por eso, buena parte de sus proyectos de investigación se centraron en conseguir ese objetivo, en poner en valor la economía circular y en lograr aprovechar los residuos que genera con su actividad de cultivo de la vid y de elaboración de vinos. Una de esos estudios, el bautizado como Vitalver, ha dado ya sus primeros resultados. Se centró en buscar salidas para el bagazo, los restos del racimo que quedan después de hacer el vino. Y se ha descubierto que ahí se esconden un abono y un pesticida de calidad. La sostenibilidad está ahora mucho más cerca en esta bodega de Rías Baixas.

El aprovechamiento del bagazo se llevó a cabo utilizando un proceso de vermiconversión con lombrices de tierra, explican en esta firma. De ahí salió un vermicompost que la bodega ha utilizado para abonar sus viñedos. Más de tres años de estudio y ensayos han permitido concluir que este nuevo producto no tiene solo un impacto positivo en el suelo, sino también en el estado fisiológico de la vid y, a nivel organoléptico y analítico, en el vino. Esta es la principal conclusión del proyecto cofinanciado por del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) en el que, además de Terras Gauda, han participado Adegas Moure y dos equipos de investigación de las universidades de Vigo y Santiago, liderados por los catedráticos Jorge Domínguez y Marta Lores, respectivamente.

Para la realización de esta investigación, Terras Gauda seleccionó parcelas de viñedo con una extensión de 6,5 hectáreas en dos entornos con características edafoclimáticas diferentes, a las que el último año incorporó una finca de caíño blanco en desarrollo que se había replantado recientemente. Primero comprobó que el vermicompost de bagazo de uva mejora la estructura del suelo y favorece la presencia de microorganismos beneficiosos para la salud de la planta y, posteriormente, se amplió el alcance del programa para conocer su efecto como bioestimulante y generador de defensas naturales.

Utilizando gusanos de tierra, los restos de la uva se convirtieron en vermicompost El proyecto incluyó también una comparativa de los efectos del uso del vermicompost frente a otros abonos cuyo uso está muy extendido. Las conclusiones demuestran que los restos del bagazo son beneficiosos para el suelo, la planta y el vino. En el primero de estos elementos, por ejemplo, se ha estudiado la respiración basal, que mide la actividad microbiana del suelo. Esta fue netamente superior en las cepas donde se había empleado el vermicompost. Además, la relación carbono-nitrógeno también fue sensiblemente superior, lo que indica que este suelo constituye una mejor fuente de nutrientes de liberación lenta para las plantas. En cuanto a esas últimas, también experimentaron mejoras. Así, el contenido de clorofila fue muy superior en aquellas en las que se había utilizado el vermicompost. Incluso se observó una mayor protección frente a patógenos y la reducción de infecciones después de su aplicación en forma líquida a las hojas, ramas y frutos. En lo que respecta al peso de la uva, este llegó a incrementarse hasta en un 20 %. El proyecto incluyó también la vinificación de las uvas tratadas con vermicompost de una forma separada. En ese vino experimental, el ácido málico fue netamente más bajo, lo que suaviza y lo hace más amable. También fue inferior el PH, lo que indica una mayor estabilidad. Esos vinos experimentales destacaron también en las catas a ciegas por sus aromas, su equilibrio gustativo y su longitud. «El vermicompost tiene un claro impacto positivo en el estado fisiológico de la planta y en la producción de uva, lo que demuestra su capacidad bioestimulante en el crecimiento, desarrollo y buen estado sanitario de la vid, así como una mejora en la calidad del vino. Esto lo convierte en un importante biofertilizante y nos permite seguir una viticultura netamente sostenible», asegura Emilio Rodríguez Canas, director enológico de la bodega.