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A menos actividad agrícola, menos trabajo para los ferreiros de Riotorto

Xosé María Palacios Muruais
XOSÉ MARÍA PALACIOS VILALBA / LA VOZ

SOMOS AGRO

ALBERTO LÓPEZ

La disminución de la venta de hoces se nota desde que se implantó el estado de alarma

22 abr 2020 . Actualizado a las 14:13 h.

La feria de los ferreiros de Riotorto, que se empezó a organizar en la pasada década y que este mes iba a celebrar una edición, sucumbió ante la contundencia del coronavirus y de la posterior declaración del estado de alarma. La capital del municipio, As Rodrigas, se quedó sin el principal acontecimiento anual, pero las consecuencias no se detienen ahí.

La reducción de la actividad agrícola se nota también en una menor demanda de hoces. El final del invierno y el comienzo de la primavera es un momento de demanda de esa producción, muy limitada estas semanas. El ferreiro José Mario Cabo es un buen ejemplo de la situación: por un lado, acudió a un mercado semanal celebrado en Ribadeo en marzo, y desde entonces no ha vuelto a salir; por otro, mandó a Pontevedra, una zona en la que suele tener encargos, una partida de hoces que estaba apalabrada, y apenas ha tenido más ventas.

«Agora era a época de rozar», explica Cabo, que en estos primeros meses del año, además de cuchillos, dedica tiempo a la fabricación de hoces: puede distribuir tranquilamente unas 500, dice. Pero ni en el campo hay trabajo como otros años, ni en la forja se sigue el ritmo habitual: «Non ves a ninguén, non tes ánimo nin nada», reconoce. También admite que los campos y las fincas en general tendrán algo más de maleza que otros años. Mientras tanto, va preparando piezas para cuando remita la pandemia.