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Degustar el mejor chuletón sin salir de casa

Xoán Ramón Alvite Alvite
Xoán Ramón alvite REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS AGRO

Ante el cierre de la hostelería, Gutrei Galicia vende sus carnes más selectas a través de Internet

01 abr 2020 . Actualizado a las 18:15 h.

Tras dos semanas de confinamiento son muchos los que empiezan a echar de menos placeres hasta ahora tan sencillos como el de tomarse una cerveza en cualquier terraza o un exquisito chuletón en una parrillada. Para volver a disfrutar de lo primero habrá que esperar, para lo cárnico ya hay solución. O, al menos, una alternativa viable que cuenta con el valor añadido de que el producto a degustar será el mejor del mundo.

Lo garantiza la mayorista cárnica Gutrei Galicia, con sede en Lugo, que esta semana ha puesto en marcha una iniciativa de envío a domicilio de chuletones, solomillos y diferentes cortes de ganado mayor selecto. La firma puede presumir de llevar varios años ganando reconocimientos a nivel internacional por el excelente nivel de su materia prima. De hecho, el año pasado, sus lomos y solomillos lograron cuatro medallas, dos de oro y dos de plata, en el World Steak Challenge, el mundial de la carne de Dublín.

Un producto similar al que podrá cocinar en su casa cualquier aficionado que se pase por su tienda virtual, con el aliciente añadido de que los gastos de envío son gratuitos. El producto llega envasado al vacío y se puede conservar en la nevera durante 45 días, gracias a que su maduración se ha llevado a cabo a través del sistema Dry Aged. «Se trata de un proceso de maduración en seco en ambientes de temperatura y humedad controladas durante un período mínimo de 18 a 24 días, en los cuales mejora la carne de dos modos. Primero, por la evaporación de la humedad del músculo que provoca una alta concentración en el sabor y el gusto de la carne y segundo por la enzimas endógenas, presentes de forma natural en la carne, que desintegran los tejidos conjuntivos del músculo y produce un ablandamiento en la carne que la vuelve más tierna», explica José Gutiérrez, gerente de la empresa, que señala que ni siquiera es necesario disponer en casa de una parrilla para disfrutar de este producto delicatesen. «Con una sartén y algo de cariño ya se puede cocinar. Lo único que no puede utilizarse es aceite. Resulta suficiente con untar la sartén con un poco de la grasa que rodea a la pieza para asegurar una cocción perfecta y un sabor extraordinario».

 Daño a las carnes de calidad

No esconde el daño que la actual situación está provocando al sector de las carnes de calidad. «Evidentemente lo prioritario es la salud de las personas. Bien es cierto que en lo económico muchas empresas están tocadas, entre ellas las vinculadas a la carne de vacuno mayor debido al cierre de la hostelería», explica este profesional que reconoce que la venta on line puede ser una vía válida para dar salida al gran volumen de existencias que guardan muchas empresas.

Opinión que comparten desde otras empresas del gremio, que no descartan potenciar y promocionar sus tiendas virtuales toda vez han parado de comprar nuevos animales. «Que sentido ten seguir comprando animais cando sabes que non vas ter a quen vendelos. Porque, aínda que a situación mellore axiña, van pasar moitos meses para que o consumo volva aos niveis anteriores. De feito, vai haber empresas que non aguanten a situación e acaben pechando de forma definitiva», señala el responsable de una mayorista cárnica coruñesa que reconoce que las únicas canales de vaca que se están moviendo actualmente son las que se dirigen a Francia.

Extremo que confirman varios tratantes de ganado que, sin embargo, sí reconocen seguir comprando aquellas vacas de menor calidad. «Resulta curioso pero, a día de hoxe, ten máis saída unha vaca de fábrica -la que se utiliza para embutidos y otros subproductos- que unha vaca gorda, ben engraxada. De feito, moitos matadoiros xa nin matan ese tipo de animais porque non ten saída no mercado», explica uno de estos intermediarios que se mueve por las comarcas del Xallas y Barcala.

La situación, evidentemente, se traslada a las granjas que se ven obligadas a seguir engordando animales que, en condiciones normales, ya habrían mandado al matadero. A este gasto, hay que añadir la circunstancia negativa que supone que la crisis llega en los meses próximos al verano, momento de mayor consumo cárnico del año, y por tanto cuando se registraban los mejores precios en origen.