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Césped artificial, una opción sostenible para este verano

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SOMOS AGRO

Se trata de un producto que gana cada vez más aceptación y, por ejemplo, en zonas vitivinícolas, ayuda a reducir la labor de labranza para centrar el esfuerzo en la recolección.

13 mar 2020 . Actualizado a las 15:35 h.

El césped artificial gana cada vez más adeptos por todas las ventajas que ofrece como alternativa al césped natural en ámbitos como la decoración o el paisajismo. En muchas ocasiones, cumple las mismas funciones y expectativas que un césped natural e, incluso, hay algunos de los que a simple vista cuesta diferenciar si se trata de uno artificial o natural dado el aspecto realista que tienen y que ha ido mejorando con el tiempo.

Los beneficios que puede aportar el césped artificial a nivel de aplicación son muy amplias ya que tiene variadas aplicaciones. Por si fuera poco, también permite un ahorro de tiempo, esfuerzo y dinero que muchos usuarios valoran al decantarse por una opción u otra. Empresas como RealTurf, especializadas en el sector, enumeran una serie de ventajas para demostrar que es una alternativa tan válida como funcional. 

Para quienes disfrutan poco del mantenimiento de su jardín y mucho del tiempo que pasan en él, el césped artificial es la opción ideal ya que no hace falta regarlo, cortarlo o abonarlo. Esto supone un ahorro en agua y productos en los que habría que invertir si se contara con uno de tipo natural, además del ahorro de tiempo que se produce y que ya no habría que dedicar al cuidado.

Su versatilidad es otro factor a tener en cuenta ya que se puede instalar en prácticamente todo tipo de superficies: tierra, hormigón, cemento… y su aspecto duradero se prolonga en el tiempo y a lo largo de todo el año. Con el paso de los años, ha ido evolucionando también su textura, los materiales con los que se fabrica y su realismo, ayudando a que cada vez más resulte agradable a quienes lo pisan y lo tocan y haciendo desaparecer esa sensación de tacto recio o antinatural.

En cuanto a sus características de salubridad, cabe destacar dos factores que están muy estrechamente relacionados: la limpieza y la higiene. A diferencia del natural, el césped artifical no acumula gérmenes ni bacterias que con el natural son más propensos a adherirse a la superficie, lo cual no quiere decir que no haya que limpiarlo de forma habitual. De hecho, los nuevos modelos de césped artificial están preparados para drenarse en condiciones de lluvia, nieve, heladas y, por supuesto, cuando se proceda a su limpieza.

En RealTurf, además de dedicarse a fabricar, diseñar y vender césped artificial, asesoran a los clientes para que en todo momento sus productos se adapten a las necesidades para las que han sido adquiridas tales como jardines, piscinas, zonas infantiles, colegios, espacios de ocio, etc. El asesoramiento es primordial para este tipo de empresas. 

Precisamente, una de las aplicaciones más revolucionarias en las que ha supuesto un éxito sin precedentes ha sido en el sector vitivinícola. Al cubrir el suelo que hay bajo los viñedos con césped artificial, la superficie queda estable durante el ciclo de la uva y, a su vez, evita la evaporación del suelo y el consiguiente riego. Esto supone una opción sostenible para el viticultor y un ahorro considerable de costes de labranza al no tener que dedicar tiempo a retirar malas hierbas o a controlar y conservar mejor el nivel de humedad de las cepas.