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«El futuro del vino, y de los productos agroalimentarios, es la exportación»

Maruxa Alfonso Laya
M. Alfonso REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS AGRO

MIGUEL VILLAR

El responsable de la feria que se celebra en Ciudad Real lo tiene claro: hay que apostar por la internacionalización

09 mar 2020 . Actualizado a las 10:08 h.

Fenavin es una de las ferias del vino más prestigiosas de Europa. Cada dos años, este certamen convierte a Ciudad Real en capital de los vinos europeos. Por ella pasan 1.800 bodegas de las 2.600 que hay en España y más de 7.000 compradores de un centenar de países diferente. Su director, Manuel Juliá Dorado, mantuvo ayer un encuentro con los bodegueros de O Ribeiro para hablarles de internacionalización, un aspecto que considera clave en el mundo del vino y en el de cualquier producto agroalimentario. «Hay que entender que el futuro del vino, y de cualquier sector agroalimentario, está en la internacionalización. España exporta 40 millones de hectolitros de vino y consume diez millones, así que los mercados internacionales en el mundo del vino son fundamentales».

—Trump, el coronavirus... No estamos en el mejor momento para hablar de internacionalización.

—En el caso de Trump puede ser un problema para algunos vinos, pero el mercado del vino es tan amplio que si en un sistema no te quieren, hay un centenar más donde serás aceptado. Es cierto que aquellos que venden en Estados Unidos sí que se les están complicando las cosas, pero para mí existen canales más que suficientes para entrar. El mundo es muy grande y con la bandera de Vinos de España hay muchos mercados dispuestos a acoger nuevas tendencias. Y en cuanto al coronavirus, haya o no haya el vino se va a seguir bebiendo. Puede que no podamos hacerlo en grupo, pero es seguro que se va a beber. Nos pondremos a un metro de distancia y chocaremos las copas en vez de las manos. Eso no está prohibido.

—¿Cómo ve la situación de los vinos en Galicia con respecto a esa internacionalización?

—El vino blanco gallego está muy relacionado con las tendencias internacionales de los mercados del vino. Son vinos con poca barrica y jóvenes. Es cierto que aquí las cifras de exportación son muy bajas, como en el caso de O Ribeiro. Hay una batalla que hay que librar. La principal cuestión que tiene que tener en cuenta una empresa que quiera exportar es que aquí no se trata de internacional versus nacional. El verdadero mercado es el internacional y las empresas que exportan se hacen más competitivas. Eso va a funcionar también en el mercado nacional. Galicia tiene unos productos muy competitivos. Sus vinos blancos, en especial los de O Ribeiro, no se pueden desaprovechar. Tenemos que llegar al mercado con una imagen de Galicia y tenemos que contar con unas estructuras de apoyo en los mercados, y también con un apoyo de márketing y promoción. Entre la Xunta, los consellos reguladores y las bodegas debe haber unión para acercar este producto a los mercados internacionales. Este es un camino que hay que hacer y yo creo que las bodegas están concienciadas.

—Usted dirige Fenavin, ¿cómo es la presencia gallega en esta importante feria?

—Participan 150 bodegas de Galicia que se dan cuenta de que lo que están haciendo es dar a conocer sus vinos. La suerte que tiene nuestra feria es que se celebra en España y tiene unos precios bajos. Desarrolla, además, una función muy ligada a la internacionalización, porque participan más de siete mil compradores de 104 países diferentes. Tenemos centros de negocio, túneles del vino y un montón de instrumentos que favorecen los negocios. La última edición empezó con 7.200 reuniones, de las cuales 600 eran de bodegas gallegas.

—En Galicia las bodegas se escudan en su pequeño tamaño para no salir a los mercados exteriores ¿es eso una excusa?

—Hoy en día hay muchos instrumentos que permiten que, aunque seamos pequeños, los costes no sean tan grandes. Hay la posibilidad de agrupar a las bodegas. Si quince o veinte se unen es fácil que puedan hacer actividades en terceros países para vender sus vinos. Las administraciones deben ofrecer paraguas para que esas agrupaciones de empresas puedan tener una oportunidad. También hay programas comunitarios, que ayudan con los costes. Así que no hay ya ninguna excusa para no internacionalizarse. Solo hay que lanzarse y tener primero unos criterios, que la administración debe ayudar a las bodegas a buscar. Porque lo que hagas en los mercados internacionales te va a ayudar en el mercado nacional.