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Los científicos proponen otorgar un sello a las bodegas que apuesten por variedades de uva minoritarias

Maruxa Alfonso Laya
M. Alfonso REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS AGRO

cedida

Consideran que es la única forma de evitar la desaparición de estos tipos de uva y proponen otorgar un distintivo a las empresas que elaboren vinos de calidad con ellas

08 nov 2019 . Actualizado a las 16:44 h.

Conservar colecciones vivas de aquellas variedades de vid más desconocidas, raras o antiguas no es suficiente para evitar su desaparición. Así al menos lo considera un grupo de científicos europeos, entre los que se encuentra la directora del grupo de viticultura de la Misión Biológica de Galicia, dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Mari Carmen Martínez. Ella dirige uno de los diecisiete grupos de investigación de diez países diferentes que han decidido poner en marcha On-Farm, un proyecto europeo destinado a animar a las bodegas a cultivar estas variedades más desconocidas para hacer vinos de calidad. Entre otras cosas, la iniciativa propone otorgar un distintivo a aquellas empresas que apuesten por estas variedades de uva minoritarias. 

Los trabajos comenzarán por elaborar una base de datos en la que se incluyan variedades de vid antiguas, raras o poco conocidas que, además, estén en vías de extinción. Explican en el CSIC que se consideran minoritarias aquellas que ocupan menos del 0,02 % de la superficie total de viñedo de un país. La propuesta incide en que la forma más eficaz de preservar ese material único, y que forma parte del patrimonio agrario y cultural de las distintas zonas europeas, es que las bodegas apuesten por su cultivo y por utilizarlo en la elaboración de vinos de alta calidad. Martínez explica que es condición imprescindible para la inclusión en este registro de estas variedades y de las bodegas que las estén cultivando, que un grupo de investigación especializado en la caracterización de las variedades de la vid garantice la identidad varietal y la existencia de su cultivo en los viñedos de la empresa en cuestión. A cambio, estas firmas podrá utilizar un sello distintivo que las identifique como conservadoras de alguna de estas variedades minoritarias. 

En este proyecto europeo no participan solo los grupos de investigación, sino también algunas bodegas que ya está trabajando con estas variedades minoritarias. De la mano del CSIC han entrado en el programa cuatro bodegas de Rías Baixas. Se trata de Pazo de Galegos, con la variedad Cascón; Terras Gauda, con Caíño Blanco y Loureiro Blanco; Valmiñor con Castañal y Caíño Tinto; y Viña Moraima con Ratiño. También está el viticultor José Enrique Pérez, con la variedad Albarello, de la denominación Ribeira Sacra. Participa, además, Vítheras, bodega de la denominación asturiana Cangas con las variedades Albarín Blanco, Albarín Negro, Carrasquín, Moscatel de Grano Menudo Rojo y Verdejo Negro. 

On-Farm fue presentado por primera vez en unas conferencias que se celebraron en Burdeos en julio de este año organizadas por la International Society for Horticural Scienc (ISHS) y fue publicado por la revista científica Acta Horticulturae, figurando como coautores científicos de Albania, Austria, Francia, Croacia, Alemania, Italia, Portugal, Serbia, Montenegro y España.