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Alerta máxima entre los agricultores y los empresarios gallegos: mariscos, mejillones y vinos, en la diana de los aranceles de Trump

M. Alfonso / E. Abuín REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS AGRO

MARTINA MISER

EE.UU. gravará con un 25 % la importación de una larga lista de productos europeos

04 oct 2019 . Actualizado a las 12:00 h.

Con preocupación, mucha preocupación, han acogido las diferentes organizaciones agrarias y empresariales la amenaza de los aranceles americanos. Todo un señor jarro de agua fría: una penalización del 25 % a partir del próximo 18 de octubre para una larga lista de productos agroalimentarios, entre los que figuran las aceitunas, el aceite de oliva, el queso fresco o algunos productos porcinos. Y el vino. Decisivo para las exportaciones gallegas. Mucho.

Estados Unidos es el principal destino de las exportaciones de las cinco denominaciones de origen gallegas. Solo el pasado año, estas transacciones supusieron 14 millones de euros, mientras que en el actual ejercicio ya han facturado más de ocho millones. La denominación más perjudicada sería la de Rías Baixas, cuyas cifras de venta en el país superan los dos millones de litros anuales. Allí prefieren esperar a que la amenaza de Trump se concrete antes de hacer valoraciones.

La incidencia de la medida sería menor en otras como Ribeiro. Es cierto que esta denominación vende algo menos de medio millón de litros en Estados Unidos, pero también lo es que los aranceles podrían suponer un frenazo a una práctica, la de exportar, que todavía es incipiente.

Menos preocupación hay, en cambio, en el sector porcino. Los productores de Porco Celta, raza autóctona gallega, aseguran que es muy complicado exportar «cando non nos chega nin para abastecer o mercado galego», aseguran en Asprocel, la asociación de productores. Y en la Federación Galega de Porcino su presidente, José Antonio Vidal, explica que «desde Galicia non se exporta porcino».

Tampoco se escapa del golpe de Trump el mejillón gallego. El secretario general de la patronal conservera, Anfaco, Juan Manuel Vieites, no oculta que el anuncio de Trump es «preocupante». Solo hace falta tener presente que, después de la UE, Estados Unidos es el principal destino de las exportaciones españolas de conservas de pescados y mariscos, para avistar el alcance que puede tener la medida para la industria conservera. «No entendemos por qué los productos del mar han sido incluidos, considerando que este sector es ajeno a la disputa comercial entre la UE y Estados Unidos, no pertenece a ningún elemento de la cadena de valor de producción aeronáutica y supone un volumen comercial bajo frente a dicho sector».

España exportó en el 2018 un total de 5.584 toneladas de conservas y preparados de pescados y mariscos, por valor de 43,7 millones de euros. Eso viene a suponer el 80 % de la partida de crustáceos, moluscos y demás invertebrados acuáticos preparados o en conserva, capítulo que, además, el año pasado se incrementó en un 43 % con respecto al ejercicio anterior. Según explica Vieites, los productos incluidos en la lista preliminar son un 4 % de los incluidos en la partida (la 1605), que pasaría de no tener arancel a estar gravadas con un 25 %.

Lista abierta

Y como la relación todavía no está cerrada, el sector teme que pueda ampliarse a nuevos productos, lo que profundizaría el efecto negativo que conlleva este escenario para las exportaciones españolas, para la competitividad y el empleo de la industria nacional.

Aunque el atún, producto estrella de las conserveras gallegas, no está en la lista, ya está gravado con un 36 %. En el caso de los bateeiros, la preocupación es menor, pues, según explicó Ricardo Herbón, presidente de Opmega, no hay exportación directa a Estados unidos, y los únicos envíos al país son los que hacen «algúns clientes nosos». Muy puntuales.

Los que sí han puesto el grito en el cielo son los integrantes de la Federación Nacional de Industrias Lácteas. Porque el queso será otro de los damnificados. Argumentan que los aranceles suponen la pérdida del principal mercado exterior para el queso nacional y recuerdan que el pasado año se ingresaron 88 millones por las exportaciones de este producto a Estados Unidos. El estadounidense es el principal mercado de destino para las exportaciones del sector lácteo nacional, con un crecimiento del 50 % en los últimos cinco años.

 Respuesta contundente

Desde la Unión de Pequeños Agricultores, una de las asociaciones agrarias con más presencia en el país, se reclamaba ayer una respuesta contundente tanto por parte del Gobierno español como de la Unión Europea. «Agricultores y ganaderos vuelven a ser las principales víctimas colaterales del conflicto comercial que está orquestando Donald Trump», lamentaban. «Aún no alcanzamos ni siquiera a vislumbrar», los daños que esta medida puede causar.