Explotaciones que no hallan personal cualificado ven como uno de los grandes hándicaps la imagen falsa que todavía existe de lo que es el trabajo en el campo y que frena, incluso, que los jóvenes se decanten por estudios de ramas como la agroganadera

m. Cedrón
m. alfonso

«Cada vez resulta máis complicado atopar xente cualificada para traballar. Polo menos nunha explotación de leite, que é o que coñezo». Suso Otero es el gerente de Cooperativa Agraria Provincial da Coruña, una organización que gestiona directamente dos granjas de producción de leche, la misma materia prima con la que luego se hacen los helados Bico de Xeado. Una de esas explotaciones está en Miño. La otra, la de San Sadurniño, está inmersa en un proceso de reforma para aumentar su capacidad y que dará empleo a unas ocho personas.

Esa granja de Ferrolterra es la muestra de cómo se ha transformado el sector lácteo gallego a lo largo de los últimos veinte años, una reconversión que, poco a poco, va tocando a cada vez más granjas, pero también al resto de ramas que forman ese robusto árbol que es el sector agroganadero en Galicia. Desde el forestal, pasando por la huerta, la planta ornamental, el viñedo...

La especialización de los empleados de las granjas de Cooperativa Agraria Provincial da Coruña es fundamental para garantizar el futuro y la viabilidad de un proyecto empresarial en constante desarrollo. Además de estar altamente cualificados, están orgullosos del trabajo que hacen.
La especialización de los empleados de las granjas de Cooperativa Agraria Provincial da Coruña es fundamental para garantizar el futuro y la viabilidad de un proyecto empresarial en constante desarrollo. Además de estar altamente cualificados, están orgullosos del trabajo que hacen.

Esa transformación es la que ha abierto la puerta del empleo en el sector primario a profesionales cualificados, una mano de obra especializada que escasea. Y lo hace en parte porque, como reconocen desde el sector, hay una imagen del trabajo en el campo que no se ajusta a la realidad y que no solo repercute a la hora de encontrar trabajadores, también a la hora de que un joven opte por estudiar una FP o un grado relacionado con el sector primario.

Una prueba es la orla de la promoción 2015-2019 del Grao en Enxeñaría Agraria del campus de Ourense, en la que solo se ven ocho graduados frente a trece profesores. Toda una paradoja teniendo en cuenta los datos que maneja el Instituto Galego das Cualificacións que marcan como empleos con una «ocupabilidad moi alta» y con un «crecemento relevante» puestos relacionados con el sector primario.

Hay una falta de autoestima del sector, cuando ser agricultor es un orgullo porque son los que nos alimentan

El por qué de esta contradicción lo explica la profesora del Campus Terra, Cristina Cabaleiro, quien apunta que aún «hay una falta de autoestima del sector cuando ser agricultor es un orgullo porque son los que nos alimentan. La raíz del problema está ya en la escuela o en el propio entorno familiar, donde en muchos casos cuando un alumno brillante quiere estudiar algo relacionado con el campo, todavía tratan de que haga otra cosa, cuando lo que requiere el sector es gente muy formada, creativa...».

Formación obligatoria

El problema, a su juicio, no está en que haya, por ejemplo, veinte alumnos en una clase de Ingeniería Forestal, lo grave es que las aulas de un ciclo de formación agraria no estén llenas. «Para cualquier persona que se dedicara al campo tendría que ser obligatorio, como mínimo, hacer un ciclo como ocurre en otros países de Europa», dice.

Más allá de encargados de explotación, entre los empleos con más demanda están los de peones agrícolas, peones ganaderos, trabajadores cualificados en actividades forestales y del medio natural, peones en huertas, invernaderos, viveros y jardines, peones agropecuarios, matachines o trabajadores de industrias cárnicas. Otros en los que el crecimiento de la demanda resulta irregular, pero en los que el grado de ocupabilidad también es muy alto son, por ejemplo, operadores de maquinaria agrícola móvil o mecánicos de maquinaria agrícola e industrial.

Por tanto, empleo hay, pero el problema es encontrar gente. «Costa moito atopar un empregado porque non hai xente formada. Hai cursos do paro de moitas cousas, pero non hai ningún que estea enfocado, por exemplo, ao manexo de tractores. Porque non vale con saber conducir o tractor. Agora a maquinaria ten moita tecnoloxía e hai que saber operar con ela», comentan desde una empresa coruñesa dedicada a prestar servicios agrícolas que busca tractorista.

Agora está todo moi automatizado. O traballo non mata, está ben pagado, pero é complicado atopar traballadores

El que tampoco se explica por qué no encuentra un empleado es José Manuel, un empresario de Xinzo con una granja de gallinas reproductoras. «Agora está todo moi automatizado, a xente traballa a súa xornada e ten dous días libres. O traballo non mata, está ben pagado, pero é complicado atopar traballadores. Chaman moitos doutras provincias preguntando se temos aloxamento, pero nos non temos», dice.

Todavía es más complicado hallar personal para hacer la temporada en el forestal, en invierno, en la recogida de la cosecha en verano o en la vendimia. Y quizá, como coinciden en el sector, es por esa imagen errónea que hay de lo que es trabajar en el campo y que en nada se parece a la realidad.

O traballo nunha granxa é unha das profesións nas que hoxe en día hai que ter un maior grao de coñecemento e máis especializado

Porque como explica Suso Otero, empresario y ganadero orgulloso de trabajar en el campo, un trabajador del sector primario, a día de hoy, tiene que tener un alto grado de conocimientos en materias como la ganadería, gestión empresarial, sanidad animal, nutrición...: «Para min hoxe en día é un dos traballos que requiren maior número de coñecementos de diferentes campos e materias. Dende logo é unha actividade de moito prestixio».

Una amplia oferta de ciclos que cubren desde la agroecología a la sanidad animal

«Aquí hay trabajo». Luis García, el director del Centro de Promoción Rural EFA Fonteboa, ha visto pasar por las aulas de este centro a decenas de alumnos que han tomado el relevo en la granja familiar o que ahora trabajan en explotaciones lácteas, de huerta... Porque ahora para ser operario de explotación o encargado de producción de una ganadería no vale cualquiera. Hay que saber, y mucho.

En Fonteboa, por ejemplo, imparten el ciclo formativo de grado medio en Producción Agropecuaria, fundamental para aquellos que busquen convertirse en operarios cualificados de granja, y otro ciclo formativo de grado superior en Ganadería y Asistencia en Sanidad Animal, enfocado para aquellos que quieren convertirse, por ejemplo, en encargados de explotación. Además, disponen de otro ciclo superior de Paisajismo

Una amplia oferta

Otra de las especialidades con gran salida dado el giro que están dando los hábitos de consumo es la que ofertará a partir del curso que viene el centro Pedro Murias, de Ribadeo, un nuevo ciclo medio de Formación Profesional de Agroecoloxía. También podrá cursarse por módulos en el centro de Sergude, en Boqueixón, una modalidad que está enfocada para aquellas personas que ya están trabajando. El nuevo ciclo forma parte de un plan más ambicioso que está desarrollando Medio Rural y que tiene por objetivo formar a todos los agentes que integran la actividad agroganadera y forestal.

Actualmente, la oferta de ciclos formativos relacionados con la familia profesional agraria es amplia. Los de grado básico como Actividades Agropecuarias, Agroxardinaría e composicións florais, los ciclos medios de Aproveitamento e conservación do medio natural, Produción agroecolóxica, Produción agropecuaria, Xardinaría e floraría o los superiores de Gandaría e asistencia en sanidade animal, Paisaxismo e medio rural, Xestión forestal e do medio natural, además del de Viticultura, son algunos ejemplos. A ello hay que sumar grados como Enxeñería Agraria, Enxeñería Agrícola e Agroalimentaria, Enxeñería Forestal e do Medio Natural o Enxeñería Forestal.