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Asaga se suma a las quejas por los daños que el jabalí ocasiona en Deza

Somos Agro REDACCIÓN

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La asociación propone que se permita cazarlos en zonas vedadas y montes quemados

28 jun 2019 . Actualizado a las 10:36 h.

Las quejas sobre los daños que el jabalí está ocasionando en los pastos, maizales y huertas de la comarca del Deza no dejan de llegar. Esta semana fue el presidente de Xuncoaga, Manuel Fernández, el primero en denunciar los destrozos que este animal ocasionó en sus cultivos de Castro de Cabras. Quejas a las que se sumó Unións Agrarias, quien anunció reuniones para estudiar acciones reivindicativas que lleven a la Xunta a tomar medidas. Ahora, es la Asociación Agraria de Galicia (Asaga) la que reclama que se ponga en marcha un plan de acción. Su presidente, Francisco Bello, se reunirá el lunes con la directora xeral de Patrimonio Natural, Belén do Campo, para trasladarle el problema.

Asaga recuerda que lleva meses denunciando esta situación y, por eso, ante el aumento de los daños ocasionados por el jabalí, mantuvo contactos con los agricultores, ganaderos, cazadores y responsables de las directivas de los tecores de las zonas afectadas. Los resultados de esta conversaciones serán planteados en la reunión del lunes. La asociación sostiene que los agricultores y ganaderos ven con mucha preocupación los numerosos daños que se están registrando en sus tierras y reclaman que se tomen medidas, «aínda que sexa drásticas», para evitar las pérdidas. Los daños, por ahora, solo están afectando a prados y plantaciones nuevas pero, según los cazadores, en breve podrían afectar también a los cultivos de maíz. «Xusto antes da época de recollida do millo é cando as femias de xabaril coas súas crías causan importantes danos nas plantacións de millo», denuncia la entidad.

Los cazadores, por su parte, comparten el temor y confirman los daños, pero aseguran que siempre estuvieron muy limitados y presionados para llevar a cabo su actividad. Desde la asociación aseguran que este sector culpa al acoso de los ecologistas, al respeto que deben guardar sobre las zonas de seguridad, que acaban sirviendo de refugio al jabalí y a los excesivos trámites y obligaciones burocráticas.

Asaga recuerda que ya alertó el pasado 17 de octubre de este problema, en una reunión que Bello tuvo entonces con la conselleira de Medio Ambiente, Ángeles Vázquez. En ella solicitó que se cambiasen algunos de los artículos del reglamento de caza. Sugirió, entre otras cosas, «que se reducise o número mínimo de cazadores necesarios para que se poida realizar unha batida de xabaril de 10 a 5, e que se permitise cazalos en vedados e en montes queimados, para evitar que esas áreas actúen como refuxios dos que é imposible sacalos». Y es que, argumenta la asociación, uno de los problemas en los que coinciden agricultores y cazadores es en la innecesaria prohibición de cazar jabalíes en vedados de caza, zonas de adiestramiento o quemadas.

Asaga aboga por buscar soluciones, no enfrentamientos, entre agricultores y cazadores con la Administración autonómica. Por eso propone seguir aportando alternativas entre todos los implicados en este problema. A Medio Rural y Medio Ambiente reclama que estudien conjuntamente qué tipo de ayudas se deben conceder a los afectados cuyos cultivos se han visto dañados por la acción del jabalí.