Galicia perdió la mitad de sus licencias de pesca fluvial en la última década
SOMOS AGRO
Atribuyen el descenso a la falta de limpieza de los ríos y a la escasez de capturas
21 may 2019 . Actualizado a las 09:01 h.«La situación es mala, muy mala. Es imposible que pueda ir bien porque nadie hace nada por solventarlo». Es a es la respuesta de Javier Saavedra, un experto pescador de río que lleva toda su vida practicando esta disciplina, cuando se le pregunta por la temporada de este año. Y no difiere demasiado de la que ofrecen otros aficionados. Tienen claro cuál es el problema, desde la contaminación a la falta de limpieza en los márgenes de los ríos. Y cuáles las consecuencias, más dificultades para acceder a las zonas de pesca y menos capturas. «En su momento, este problema hubiera requerido de interés por parte de la administración, ahora ya requiere de presupuesto», argumenta. Las cifras le dan razón. En la última década, el número de licencias de pesca que se otorgaba en Galicia se ha reducido a la mitad. En el año 98 rondaban las cien mil, ahora apenas superan las cuarenta mil, según los datos que figuran en la página web de la Consellería de Medio Ambiente.
«Cada día que voy de pesca encuentro una cuarta menos de agua y la naturaleza cubre por completo el cauce del río, ni siquiera se ve el agua», se queja Saavedra. Explica que desde hace unos años ya no se limpian los márgenes de los ríos y eso provoca que la pesca sea impracticable. «Los que toda la vida cuidaron las orillas del río ahora ya no pueden cortar ni una rama. Y eso hace que sean intransitables», insiste. La misma opinión comparte Salva Ortega, autor de la web www.asorillasdoulla.es y pescador aficionado a la pesca de río. «Fai corenta anos, os vellos ían limpar as marxes dos ríos e coidaban moito das presas, agora iso xa non se fai», insistePero hay más problemas. El principal, que los insectos, el alimento principal de los peces, están desapareciendo. «Como hay contaminación, la cadena alimentaria está rota. Antes cogíamos cebo natural para pescar, hoy en día eso ya no existe», asegura Saavedra. Insiste en que «la alimentación de las truchas es en un 90 % a base de insectos. Pero si el río no cría insectos, no puede haber truchas y las que nacen se mueren», argumenta. «Hai uns anos, en calquera charca había ras, hoxe en día non queda nin unha. Iso por que é? Polos herbicidas que se filtran ao leito do río», añade Ortega, quien también reconoce que la falta de alimento está afectando a los ríos gallegos.
Estos son algunos de los motivos por los que muchos profesionales han abandonado la actividad en los últimos años. «La ilusión por pescar es la que te mantenía en el río, es la que te lleva a sacar la licencia, pero la realidad te lleva a no ir al río. No puedes pasar por las zarzas», se queja Saavedra. Sostiene que es la administración la que debería tomar cartas en el asunto. «Hace quince o veinte años que se empezó a complicar la situación en los ríos y cada año está peor. Lo que reclamábamos en el 2004 sigue siendo lo mismo que ahora, porque no se hizo nada», añade este pescador.
Ortega, por su parte, encuentra otro motivo para el abandono de esta disciplina. «As trabas que pon a administración son nun 90 % en contra dos pescadores», argumenta. También apuesta por repoblar algunos cauces. «Ao peixe habería que apoialo un pouco, sobre todo o salmón. Habería que facer unhas poucas máis repoboacións nos ríos», argumenta.
La temporada de este año
A pesar de todos estos inconvenientes, siguen siendo miles las personas que se apunta a la temporada de pesca en Galicia todos los años. Y los resultados son desiguales, según la zona de la que se hable. Por ejemplo, en la Terra Chá, los ríos van bien de trucha, pero la temporada está acusando el cambiante tiempo de estas semanas. Fernando Prieto, presidente de Amigos do Río Parga, asegura que el tiempo de este comienzo de mayo parece propio de marzo y afecta al desarrollo de la temporada de pesca. Lo que también parece claro, por otro lado, es que los ríos van más bien bajos de caudal y que las lluvias generan un aumento de nivel que apenas se mantiene unos días. Por su parte, Luis Sandamil, presidente de Amigos do Miño, admite que las capturas son razonablemente buenas, aunque sostiene que el número de peces decrece cada año. El nivel de los ríos resulta aceptable estos días, tras las recientes lluvias.
Expectación por el salmón en el Ulla y problemas con el visón americano en Zas
La temporada de pesca en el Ulla está siendo «moi similar á do ano pasado, aínda que tiñamos esperanzas de que houbera máis salmóns», explica Salva Ortega. Asegura que los pescadores no pierden de vista a Asturias, donde el arranque fue bastante bueno, «e creemos que no Ulla debería ser igual». Así que confían en que las cosas mejoren a lo largo de las próximas semanas. Hasta ahora se pescaron tres salmones y otros dos que escaparon.
Más al norte, el presidente de la asociación Río e Mar de Baio (Zas), David Gómez Brandariz, que es biólogo de profesión y mantiene contacto directo con los agentes medioambientales de la zona, asegura que el inicio de la temporada pesquera está siendo satisfactorio. «Bastante ben, os socios dinme que hai bastante troita e que teñen que devolver moita pequena ao río. Iso sempre é un bo sinal, porque indica que a saúde do río é boa. No noso coto (en el río Grande, entre Zas y Vimianzo) colléronse moitos días os topes, incluso por parte de pescadores de non moito nivel», explica Gómez Brandariz, para quien los problemas siguen siendo los de siempre: «Os ríos pequenos están sen limpar e resultan fundamentais porque son os que lle dan a vida aos grandes». En el lado bueno, «hai bastantes lontras, que é un animal de aquí e a súa presenza indica que o río ten unha boa saúde». No sucede lo mismo con los visones americanos, especie alóctona y muy destructiva, procedente de las sueltas en granja. El presidente de Río e Mar dice que, si bien es cierto que esta temporada apenas han caído ejemplares en las trampas colocadas por los agentes ambientales, «os socios si que se queixan de que se vén moitos no río».