Hito en la universidad pública española: Antonio, malagueño de 21 años, acaba Derecho con matrícula de honor en todas las asignaturas

Iago García
IAGO GARCÍA LA VOZ

SOCIEDAD

Antonio Rico, el 7 de agosto, durante el reportaje que grabó para Canal Sur.
Antonio Rico, el 7 de agosto, durante el reportaje que grabó para Canal Sur. CANAL SUR

Nacido en Nerja, ya demostró antes sus altas capacidades, con un 13,9 en Selectividad en la convocatoria de 2021. En las 38 materias que componen el grado que estudió consiguió la máxima nota posible

08 ago 2025 . Actualizado a las 15:03 h.

Antonio Joaquín Rico, nacido en Nerja, Málaga, hace 21 años es, aparentemente, un joven como cualquier otro de su edad. Ilusionado, tras haber acabado una carrera universitaria, con labrarse un futuro profesional. Claro que en su caso, quizás parta con una ligera ventaja con respecto a sus compañeros por su intachable expediente académico. Tenía desde niño la pretensión de ser abogado y ha acabado Derecho demostrando ser un jurista de matrícula de honor. Bueno, de muchas matrículas de honor. Es más, de todas las matrículas de honor. Porque sí. Antonio, se ha graduado con la máxima nota posible en todas y cada una de las asignaturas de la carrera, 38 en total, cursadas en Universidad de Málaga (UMA).

«Me decía un día, "mamá, salió la nota de Civil, matrícula de honor". "Mamá, Penal, matrícula de honor". "Mamá, Mercantil, matrícula de honor". Si es que mi niño es un fuera de serie. De pequeño era muy curioso, en el instituto tuvo siempre 10», comenta su madre orgullosa en el programa Andalucía Directo, de Canal Sur. Su hijo la escucha con atención, mientras el chaval cuenta que su género cinematográfico favorito es lógicamente el de los dramas legales, sintiendo especial admiración Las dos caras de la verdad. En esa cinta, un impecable Richard Gere, encarna a un abogado ambicioso y sin escrúpulos, que debe defender a un joven acusado del asesinato del arzobispo de Chicago. Sin embargo, el caso tiene un trasfondo que hará que el letrado altere por completo sus convicciones. «Cuando vi esa película confirmé mi vocación, me dije "quiero ser abogado" porque a veces la realidad de lo ocurrido no puede aclararse por completo. Para unos es de una manera. Para otros, de otra. Incluso cuando tú crees que estás defendiendo la verdad muchas veces puedes darte luego cuenta por un giro en los acontecimientos, por una prueba, por una coma, de que todo puede cambiar», razona no solo sobre sus gustos con las películas, si no con lo que le llamó de la abogacía.

Su sueño desde niño

Antonio es buen estudiante desde siempre. En su instituto, el IES El Chaparil de su localidad brilló, obteniendo en 2021 una nota en Selectividad de un 13,9, la más alta de Andalucía en aquella convocatoria. Teniendo en cuenta sus altas capacidades, algunos familiares y amigos quisieron llevarle por otro camino, quizás pensando en un futuro más cómodo, accediendo a profesiones que reportasen un mayor sueldo o prestigio. Pero el joven quería quedarse cerca de casa y defender a sus clientes, no contemplaba otra opción. «Me decían, "¿por qué no te vas fuera?", "¿porqué no "Derecho y ADE"? Yo seguí mi instinto y creo que no me ha ido tampoco muy mal», defiende su postura. Con este oficio quiere ver «el desarrollo de las cosas que te pueden pasar, desde que se te considera persona, desde que naces hasta que mueres, si se puede abortar o no, incluso antes de que seas persona, cuando eres un feto, todo se regula». Ahí radica el gran motivo de su elección: «Es una carrera que implica todo y creo que la elegí también por eso, porque toca todo el ciclo de la vida». 

Dificultades al principio de la carrera

Aunque sea, como suele decirse, todo un coquito, tuvo que compaginar la carrera con varios problemas personales, sobre todo al principio. Anímicamente se vio afectado los dos primeros cursos por la separación de sus padres. De hecho, ya hace mucho tiempo que ha roto toda relación con su progenitor. Debido a eso no pudo estar «muy centrado». Fueron algunas amistades le apoyaron «un montón» y «me han ayudado a despejarme». «Digamos que personas que no deberían de fallarte nunca a mí me han fallado. Y por eso en primero de carrera fue más cuesta arriba. Pero al mismo tiempo, ver que sacaba todo matrículas me sirvió de motivación», recuerda sobre cómo se sobrepuso y vivió es punto de inflexión. 

Pese a su gran éxito en los estudios, Antonio no se considera especial. Fan de Joaquín Sabina, disfruta sobre todo estando con su familia materna y promete, pase lo que pase en el futuro, no olvidar su origen humilde en Nerja. Y deja un mensaje a los jóvenes que se preparan en estos momentos ante el siempre incierto mercado laboral que tienen por vivir: «A todos, por desgracia, nos ocurren cosas, pero que eso no haga que dejemos de estudiar o perseguir nuestro futuro porque al final parte de nuestro destino depende de nosotros mismos»   

A corto plazo cursará dos másters, quiere doctorarse en Derecho Mercantil y su gran sueño es conseguir tener despacho propio y combinar la abogacía con la docencia. «Me gusta tanto el derecho que quiero llegar a la máxima distinción que se pueda», concluye.