Dos orcas y 12 delfines agonizan en el parque marino más grande de Europa, abandonado desde enero

Iago García
I. GARCÍA LA VOZ

SOCIEDAD

Situación agonizante de mamíferos marinos en el parque Marineland Antibes, en la Riviera Francesa.
Situación agonizante de mamíferos marinos en el parque Marineland Antibes, en la Riviera Francesa. TIDE BREAKERS

Marineland Antibes, en la Riviera Francesa, cerró sus puertas a finales del año pasado, pero en sus gigantescos tanques de hormigón quedaron cetáceos atrapados. La empresa asegura que cumple con la normativa internacional

19 jun 2025 . Actualizado a las 10:48 h.

Es el ejemplo del entretenimiento de otra época. Inaugurado en Antibes, en la Riviera Francesa, en 1970, Marineland ha sido desde entonces una referencia como parque marino. El más grande del continente, ocupando 26 hectáreas. Contaba con parque infantil, minigolf y hotel, pero sin duda, lo que atraía a miles de personas cada año era la posibilidad de ver de cerca en sus aguas zoológicas a delfines, ballenas, orcas y otros mamíferos marinos. En 2018, 850.000 personas visitaron sus instalaciones.

Sin embargo, el cautiverio de especies acostumbradas a vivir en libertad, fue siempre algo polémico en su trayectoria, siendo acusado el centro de maltratar a los cetáceos, sin ofrecer, según asociaciones ecologistas, condiciones saludables para su supervivencia. Los visitantes fueron cayendo de forma paulatina y la normativa cambiaría para este tipo de instalaciones en Francia, condenando a Marineland a echar el cerrojo. Por la inminente entrada en vigor de una ley más exigente con el cautiverio animal en el país vecino, y dados los graves problemas económicos que arrastraba, Marineland cerró a principios de este año.

Lo peor, es que en sus piscinas quedaron atrapados al menos 14 animales, entre ellos dos orcas, madre e hijo, Wikie y Keijo, tan grandes que quienes se acercan al lugar aún pueden verlas en movimiento. Ambas, junto a otros 12 delfines, apenas pueden ya sobrevivir en esas condiciones, según denuncian expertos en el mundo marino como Dave Phillips, director del Proyecto Internacional de Mamíferos Marinos del Earth Island Institute. Como se muestra en vídeos grabados en sus instalaciones por organizaciones ecologistas, el agua está oxidada y con algas, exponiendo a los mamíferos marinos a graves enfermedades y a una muerte lenta. Las tomas aéreas de los animales en ese contexto sucio y tóxico, son sobrecogedoras.

Una dramática situación que ha sido denunciada por la plataforma Tide Breakers, ONG centrada en terminar con el cautiverio de cetáceos. Dado que las orcas que permanecen en Marineland se criaron allí, el caso se vuelve aún más complejo. «Tanto Wikie como Keijo nacieron en cautiverio, por lo que su rehabilitación y liberación en la naturaleza no es viable. Tras años entreteniendo al público, merecen un entorno limpio y seguro donde puedan vivir el resto de sus vidas con dignidad», apuntan desde esta organización.

Un proyecto de «santuario de ballenas» que avanza en una bahía de Nueva Escocia, Canadá, podría ser la salvación de estas orcas, pero por el momento no se ha tomado ninguna decisión efectiva al respecto.

Esta familia cetácea ha perdido a varios miembros en poco tiempo. En 2023 ya sufrió la pérdida de otro de los hijos de Wikie, Moana, por una infección bacteriana, quizás derivada de malos cuidados recibidos. Y hace solo un año fallecía Inouk, otra de sus crías, al ingerir una pieza de metal que se desprendió en el lugar. Keijo es el único hijo de Wikie que aún sigue con vida. Ambos mamíferos están inmersos en una carrera contrarreloj. «Nos decepciona la falta de planificación y la completa mala gestión de esta situación por parte del propietario del parque, Parques Reunidos», añade Tide Breakers sobre una situación cada vez más insostenible para la vida de estos animales. Por ello, demandan a las autoridades francesas una solución inmediata antes de que sea demasiado tarde.

La empresa asegura que cumple «estándares internacionales»

Responsables de comunicación de la empresa, a pesar de la denuncia de Tide Breakers y de los vídeos subidos a las redes, desmiente esta información. «Los animales no están abandonados. Más de 50 profesionales —incluyendo más de 20 cuidadores especializados— trabajan a diario en el parque para garantizar la atención y el bienestar de los animales», puntualizan desde Marineland Antibes. Sobre el aspecto del agua, tampoco es un indicador de deterioro: «Proviene directamente del mar y se filtra de forma natural. La presencia de algas en primavera es un fenómeno estacional habitual, favorecido por la luz solar y el aumento de temperatura. Este proceso natural no representa ningún riesgo». Así, tanto veterinarios como «peritajes realizados por expertos independientes», supervisan el estado de los cetáceos, cumpliendo según la propietaria de estas instalaciones «con las normativas europeas e internacionales en materia de bienestar animal, higiene y seguridad». Este «compromiso», aseguran, cuenta con el «respaldo de la comunidad científica»: «La Asociación Europea de Mamíferos Acuáticos (EEAM) ha emitido un comunicado oficial en el que confirma que los animales están siendo atendidos adecuadamente y que no existe ninguna situación de emergencia»