David Broncano y Lalachus, una Nochevieja entre amigos y «zapeo» en directo al vestido de Cristina Pedroche

Beatriz Pallas REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

RTVE

La retransmisión informal de las campanadas del 2025 en TVE dejó imágenes para el recuerdo, con el presentador subido a un tejado de la Puerta del Sol y el saludo en directo de los rivales de Antena 3

01 ene 2025 . Actualizado a las 21:31 h.

David Broncano y Lalachus llegaron, vieron y solo los medidores de audiencias dirán si vencieron. Donde sí triunfaron fue en el corazón de muchos espectadores que agradecieron la renovación de estilo en la que confió esta vez Televisión Española al situar en este gran momento del año a dos rostros recién llegados al canal, pero de eficacia contrastada. «Si en tres meses hemos conseguido esto, ¿qué nos deparará el 2025?», vaticinaban al acabar su retransmisión desde la Puerta del Sol preguntándose en directo si quienes los han contratado a última hora, a raíz del éxito de La revuelta, habrán quedado contentos con su trabajo.

En esa noche en la que los españolitos hacemos, por una vez, algo a la vez, como ya retrató Mecano en su canción de los ochenta, la burocracia de las campanadas se había asentado en TVE como una rutina de capa y lentejuela que en este arranque del 2025 ha pasado página hacia un espectáculo calculadamente improvisado y travieso, lleno de cachitos de tele que quedarán para el recuerdo, algo parecido a lo que ocurrió con la retransmisión transformadora de Martes y Trece para recibir el 1991.

El primero, la imagen memorable de David Broncano encaramado, con su bombo, al letrero luminoso del Tío Pepe que corona uno de los edificios de la Puerta del Sol. Lalachus lo presentó como si fuera un inconsciente que acababa de llegar diez minutos antes de que empezara el programa y se hubiera subido a un tejado del que ahora no sabía cómo bajar. Obviamente no era cierto. En esa improvisación que transmitían el humorista nacido en Santiago de Compostela y la cómica de Fuenlabrada había mucho ensayo y guion, aunque consiguieron acercarse al espectador con informalidad y risas en las que muchos encontraron la cercanía de un encuentro entre amigos.

La otra foto histórica que dejó la emisión fue el zapeo a su competencia más directa para observar, aunque fuera de refilón, el vestido y el penacho de Cristina Pedroche sin necesidad de cambiar de canal. En su programa La revuelta, Broncano habla con frecuencia y naturalidad de otros canales y, en este fin de año, se dirigió a sus competidores en directo, gritándoles con un megáfono y enfocándolos mientras ellos hablaban a sus espectadores en el balcón contiguo. Broncano y Lalachus, como nuevos vecinos del edificio de la Nochevieja, lograron incluso que la presentadora de Antena 3 y Alberto Chicote saludaran a las cámaras de TVE. En la retransmisión de Antena 3 ese momento no se apreció en pantalla, porque coincidió con uno de sus múltiples cortes publicitarios, pero sí hubo un instante previo en el que Pedroche estableció contacto visual con los cómicos que vociferaban en la terraza de al lado. Instantes después del inesperado crossover, el equipo de Antena 3 colocó un biombo para preservar su secreto mejor guardado, pero la broma ya estaba conseguida. «Esto no se puede hacer, pero es gracioso», admitió Broncano con su pachorra habitual.   

Las uvas de TVE tuvieron muchas risas y también momentos serios ensamblados con naturalidad. Lalachus pidió al año 2025 tolerancia para todos los cuerpos, sin importar sus medidas, y lo hizo desde su vestido de lentejuelas con escote Bardot que la diseñadora ponferradina Silvia Fernández confeccionó en tiempo récord debido a la premura del encargo de TVE.

Broncano invocó una vez más ese artículo 47 de la Constitución que a veces leen los invitados a su programa y que establece que todos los españoles tienen derecho a una vivienda digna y los poderes públicos, la obligación de favorecerlo. En otro gesto de solidaridad, en un aparte de su balcón hizo hueco a personas que a diario sacan unas monedas disfrazados de muñegotes para la foto en la Puerta del Sol y que esa noche, en aras de la fiesta, son desalojados de su puesto.

También hubo saludo en todas las lenguas cooficiales, con un momento en el que Broncano dejó traslucir su emoción al hablar a los valencianos «en su Nochevieja más triste». A Lalachus le correspondió el saludo en gallego: «Un bico a todos os galegos e galegas. Son Lala, fodechinchos pero riquiña».

La rigidez tradicional de la ceremonia del cambio de año no impidió a Broncano ser el mismo de siempre. Enseñó las bambalinas y lo que se mueve detrás de las cámaras y se cambió en directo las botas de trekking con las que había trepado por la cubierta del edificio por unos zapatos de vestir, dejando ver los calcetines rojos que le regaló David Bisbal, el rey de esta Navidad. Reivindicó el trabajo del campo sacando del bolsillo las aceitunas de su tierra, Jaén, y tuvo palabras de cariño para los «yayos», esos abuelos que, además de los jóvenes, se han convertido en el nuevo público que, desde septiembre, lo vienen apoyando cada noche. Cuando llegaron las campanadas, se comió las uvas y se atragantó con ellas como si estuviera en pantuflas en su casa en lugar de estar protagonizando uno de los momentos más vistos del año. Y, coherente con su renuncia a beber alcohol, brindó con champín por un feliz 2025.