«El objetivo no es que una mujer congele sus óvulos a los 30 y sea madre a los 50»

María Viñas Sanmartín
maría viñas REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Mariana García García, responsable del Laboratorio de Reproducción Asistida del Hospital Teresa Herrera, y Ana Pereda Ríos, ginecóloga del Chuac, especialista en Medicina Reproductiva.
Mariana García García, responsable del Laboratorio de Reproducción Asistida del Hospital Teresa Herrera, y Ana Pereda Ríos, ginecóloga del Chuac, especialista en Medicina Reproductiva. GONZALO BARRAL

Las gallegas con endometriosis podrán preservar sus ovocitos a partir de este mes

04 dic 2024 . Actualizado a las 13:59 h.

La idea no es medicalizar la maternidad, que debe ser temprana, insisten las especialistas en medicina reproductiva del Chuac Mariana García y Ana Pereda; la primera, responsable del laboratorio y la segunda, ginecóloga y obstetra. Lo hacen al exponer el nuevo plan de reproducción asistida de la Xunta, que eleva hasta los 45 años el límite para someterse a tratamientos de fertilidad y amplía el acceso a la congelación de óvulos a mujeres con enfermedades que afecten a su reserva ovárica y a las gallegas sanas de entre 30 y 35 años que hayan decidido posponer su maternidad.

Pregunta. Hasta ahora solo podían congelar sus óvulos las pacientes oncológicas.

Ana Pereda. Sí, se les aconseja conservar su fertilidad antes de someterse a quimioterapia, que daña sus ovocitos. Desde este mes, podrán hacerlo también mujeres con otras enfermedades que afectan a la reserva ovárica, como la endometriosis. Y ya a partir del 2026, se hará algo que no está instaurado en ninguna cartera de servicios nacional ni internacional, que es facilitarle a las mujeres de entre 30 y 35 años que no tengan deseo de ser madres en este momento la congelación de sus óvulos. Pero el objetivo no es que una mujer congele sus óvulos a los 30 y sea madre a los 50; de hecho, el objetivo no es usar todos los que se preserven, es usar los menos posibles y, de usarlos, hacerlo cuanto antes. Pero supondrá tener esa segunda bala en la recámara.

P. Podrá entonces congelar sus óvulos cualquier mujer de entre 30 y 35 años que así lo desee?

A. P. Así como la preservación oncológica tiene unos criterios, tendremos que acotar a qué tipo de mujeres sanas podemos ofrecer esa asistencia.

P. ¿Recurren muchas mujeres a la reproducción asistida?

Mariana García. Ha habido un incremento en los últimos años, fundamentalmente de mujeres solas o sin pareja masculina.

P. A partir de los 35 años, la reserva ovárica de una mujer cae de manera exponencial. ¿Un tratamiento de fertilidad es igual de efectivo a los 40 que a los 45?

A. P. No. Simplemente por la edad. Las mujeres tenemos X óvulos para toda nuestra vida, pongamos 100 millones; nacemos con ellos. Llegamos a los 25 años con 20 millones, a los 35 años con dos y a los 40 años con 100.000. Parecen muchos, pero la reproducción es una carrera de obstáculos. De los poquitos que nos quedan a los 38, la gran mayoría están viejos, llevan todos esos años esperando a ser gestados. Son pocos y tienen peor calidad, es mucho más difícil que den lugar a embarazo, ya sea de manera espontánea o con nuestras técnicas. De hecho, las famosas que se quedan embarazadas con 48 o 50 no lo hacen con sus propios ovocitos, sino con ovocitos donados de mujeres de menos de 35.

P. ¿Cualquier mujer puede recurrir a estos ovocitos jóvenes donados?

A. P. En la cartera de servicios públicos, solo se contempla en mujeres que han sufrido un fallo ovárico precoz, lo que conocemos socialmente como una menopausia precoz. Son chicas que no tienen reglas.

P. ¿Cuál es hoy el gran reto de la reproducción asistida?

M. G. A día de hoy no hay ningún test, ni genético ni bioquímico, que nos permita saber la calidad de un ovocito, solo podemos deducirla por su morfología. Hay embriones con un potencial implantatorio alto que no logran salir adelante y hay muchos niños en casa que vienen de embriones con potencial bajo. El gran reto es ahora conseguir técnicas no intrusivas que nos permitan seleccionar embriones con potencial implantatorio real y, además, carentes de patologías. No sabemos nada del material genético del ovocito.

Dentro de cuatro años, el doble de personal

El plan de Sanidade prevé una inversión de 7,8 millones que se destinarán a optimizar el funcionamiento de las unidades para reducir los tiempos de acceso a las consultas y pruebas.

P. ¿Qué mejoras se contemplan?

A. P. Primero, una dotación mucho más amplia de la que tenemos en recursos humanos, fundamental tanto en laboratorio como en la parte de clínica. Nuestra unidad del hospital va a pasar a tener el doble de personal a lo largo de estos cuatro años. Y luego hay una apuesta muy importante por renovar y adquirir equipamiento técnico.

P. Cuanto antes se inicie un tratamiento, más probabilidades de éxito. ¿Cómo están los tiempos de espera para acceder a ellos?

A. P. Desde hace años, la mujer no debe pasar por el ginecólogo general; simplemente con decirle a su médico de cabecera que tiene más de 35 y no se queda embarazada este debe derivarla directamente en la unidad de reproducción. Ahora mismo, en A Coruña, la demora para esa primera consulta no llega a tres meses. Nuestro objetivo es que sea de menos de dos meses. Para inseminación, no hay lista de espera; si tenemos que ir a un tratamiento más complejo, como la fecundación in vitro, andamos en unos seis meses de espera.

«La fertilidad cesa unos años antes de que se produzca la menopausia»

Tanto a la hora de preservar la fertilidad como a la de lograr un embarazo, lo ideal es intentarlo antes de los 35 años, reiteran las expertas.

P. Si una mujer congela sus óvulos a los 30 , ¿podrá acceder a ellos en cualquier momento?

A. P. Cuando los necesite, pero cuanto antes mejor. Es cierto que la ley de reproducción asistida limita por abajo, estableciendo que hay que ser mayor de edad, pero no por arriba. Sí aconseja no procurar el embarazo en mujeres en las que haya un cese de la fertilidad. ¿Qué es el cese de la fertilidad? Todos creemos que es cuando una mujer deja de tener reglas, pero no es así; la fertilidad cesa unos años antes de que se produzca la menopausia. No debemos de buscar el embarazo activamente en una unidad de reproducción en mujeres mayores de 50 años y, a poder ser, tampoco en mayores de 40 años. El intervalo ideal es de 25 a 30 años. A partir de ahí comienzan las complicaciones.

P. La reproducción asistida suele asociarse con embarazos gemelares.

A. P. Afortunadamente, cada vez menos y nosotros abogamos cada vez más por la transferencia de un único embrión por cada transferencia. Muchas mujeres piensan que si les ponen dos tienen el doble de posibilidades, pero no es así, la tasa de embarazo aumenta en torno a un 6 %, lo que aumenta es la tasa de gestación múltiple, que pasa de prácticamente un 0 % a un 23 %. Una gestación gemelar entraña muchos más riesgos.

P. ¿A qué tratamientos de fertilidad se puede acceder en la sanidad gallega?

M. G. Aunque pueda parecerlo, en el laboratorio no hacemos magia, somos casi meros espectadores. Lo que hacemos es poner en contacto dos tipos de células. Podemos hacerlo de una manera más intrusiva, forzando la inseminación al introducir un espermatozoide dentro de un óvulo, que es lo que se conoce como microinyección intracitoplasmática, o únicamente ponerlos en contacto dentro de unas condiciones fisiológicas determinadas y que la fecundación se produzca sola. A partir de ahí, somos meros observadores del desarrollo embrionario y debemos definir si un embrión es competente y puede ser transferido para intentar un embarazo, si puede ser vitrificado —congelado para intentar una gestación posterior— o si tiene que ser descartado porque no tiene opción a dar lugar a una implantación.

P. ¿Esto qué supone para a la mujer? ¿Tiene que inyectarse hormonas? ¿Cómo es el proceso?

A. P. Lo primero es hacer un estudio básico, bien sea de una pareja o de una mujer sin pareja masculina. El estudio consiste en hacer analíticas y ecografías, y a continuación la mujer comienza el tratamiento. Nuestras hormonas endógenas, las que produce nuestro propio cerebro, la hipófisis, nos valen para generar un ovocito al mes, pero en un tratamiento de este tipo el número ideal de ovocitos a obtener sería de entre unos ocho y 15, y para obtenerlos necesitamos suplementar las hormonas que nosotras producimos, que las tenemos comercializadas a nivel farmacológico. La mujer debe, por tanto, autoinyectarse ese tipo de medicación durante unos 12 días. En esos 12 días tiene que acudir al centro cada 48 horas con el objetivo de ir monitorizando, viendo ecográficamente y analíticamente cómo van respondiendo sus ovarios. En el momento en el que sus ovarios tengan unas estructuras que se llaman folículos, que es donde crecen los ovocitos, en un tamaño ideal, se considera que están aptos para ir al siguiente paso, que es la extracción o función folicular. La mujer acude a quirófano y en una intervención sencilla, no agresiva, que dura entre unos 15 minutos y  media hora, extraemos esos ovocitos, y esos ovocitos son los que le pasamos al laboratorio. 

P. ¿Quién decide la técnica que se va a aplicar?

A. P. Lo decide el laboratorio en función de las características de la pareja y del material que les llega, de cómo ven los ovocitos y los espermatozoides. De entrada, hay ciertos criterios: por ejemplo, para una mujer de 39 años que viene con una pareja y presenta una esterilidad de seis meses o más el tratamiento de entrada va a ser fecundación in vitro. Si se le añade un factor seminal, posiblemente en el laboratorio decidan directamente ir a la técnica más compleja, que es la microinyección, que es hacer un agujerito a cada ovocito y meter directamente el espermatozoide.

P. ¿Cuánto tiempo puede alargarse?

M. G. El día de la punción lo consideramos el día cero, porque es el día en el que tenemos que tener el gameto femenino y el gameto masculino, y se va a hacer la inseminación. Luego tenemos entre seis y siete días de cultivo; no existen actualmente ni equipos de incubación ni medios de cultivo que soporten mantener un cultivo embrionario más allá de siete días. Los óvulos en el día cero se ponen en contacto con los espermatozoides y más o menos 20 horas después tiene lugar la fecundación y podemos valorarla, es decir, ver cuáles son aquellos ovocitos que en contacto con los espermatozoides han sido fecundados y ver, también, si esa fecundación ha sido correcta; si no lo ha sido, los descartamos. Con aquellos ovocitos que ya son cigotos, porque ya están fecundados, se inicia el desarrollo embrionario: cada 24 horas se suelen dividir entre una o dos veces en los tres primeros días y, a partir del tercer o cuarto día, las divisiones ya son más rápidas hasta que en el día cinco deberíamos tener ya un embrión diferenciado que se llama blastocisto. En ese momento es cuando hacemos la selección embrionaria: vemos si se han detenido a lo largo de ese recorrido en el incubador y qué características tienen para poder calcular el potencial implantatorio de los embriones. Como de momento solo tenemos una forma de clasificarlos, que es desde el punto de vista morfológico y cinético, decimos que los embriones son excelentes o de tipo A cuando tienen un potencial implantatorio alto, es decir, cuando tienen unas características morfológicas y cinéticas determinadas; que son buenos o de tipo B, con un potencial implantatorio medio alto; que son medios si son embriones tipo C; y que tienen un potencial implantatorio más bajo si son tipo D. Es importante insistir en que esto es solo es el potencial implantatorio teórico, que no quiere decir que un embrión D no implante. En resumen, en el laboratorio tenemos un ciclo de fecundación in vitro de unos siete días.