La COP29 entra en su tramo crítico con retiradas, tensión política y pasos atrás en la negociación

rocío mendoza COLPISA

SOCIEDAD

IGOR KOVALENKO | EFE

Javier Milei saca de Bakú a sus 85 negociadores «sin comentarios», un día antes de escenificar su alianza con Trump

17 nov 2024 . Actualizado a las 13:01 h.

La Cumbre del Clima de Azerbaiyáiyán supera su ecuador con malas expectativas. Si las ausencias de los dirigentes de los principales países emisores de gases de efecto invernadero -Úrsula Von Der Leyen, Joe Biden, el primer ministro indio, Narendra Modi, o el presidente chino- ya rebajaban el perfil del encuentro, las tensiones políticas vividas en los últimos días incrementan el pesimismo sobre la firma de un acuerdo que muestre avances reales en la lucha contra la emergencia climática.

El propio presidente del país anfitrión, Ilham Aliyev, fue el primero en dinamitar el ya maltrecho clima político del encuentro, tocado desde el inicio por el triunfo electoral del negacionista climático Donald Trump, de vuelta a la Casa Blanca. Si no fue suficiente con decir durante su intervención en la Cumbre del Clima que «el petróleo era un regalo de Dios», también tachó de régimen al gobierno francés, y acusó directamente al presidente Macron de matar «de manera brutal» a los ciudadanos de Nueva Caledonia durante las recientes protestas registradas en este territorio francés, que llamó «colonia». Francia, desairada La ministra francesa de Medio Ambiente, que tenía previsto acudir a la COP29 para participar en las negociaciones, tachó de «indignas» estas declaraciones y delegó todo el trabajo en el embajador del clima francés. Josep Borrell, Alto Representante de Política Exterior de la Unión Europea, no tardó en mostrar su apoyo a Francia mientras acusaba al presidente azerí de poner en riesgo los «objetivos climatológicos vitales en la conferencia», así como la credibilidad de la propia presidencia de Azerbaiyán en la Cumbre del Clima.

Quien no dio ninguna explicación sobre por qué retiraba a sus negociadores de la COP29 fue Javier Milei, el aliado latinoamericano más fuerte de Trump. Habló con el presidente electo de Estados Unidos el pasado martes y el miércoles ordenó la retirada de la Cumbre a los 85 miembros de la delegación argentina. António Guterres, secretario general de la ONU, no afeó de forma directa la conducta del presidente argentino, pero declaró: «Todos deberían estar en la mesa donde se discute cómo afrontar el cambio climático».

Pero lo cierto es que el tema no merece respeto para ninguno de los dos mandatarios. Sabido es el escepticismo que el presidente argentino siempre ha mostrado sobre el calentamiento global, que califica de teorías del «marxismo cultural». Él y Trump son los dirigentes más críticos con la Agenda 2030 y ambos escenificaron a finales de esta pasada semana sus buenas relaciones en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), celebrada en Florida. Milei y el efecto Trump Esta alianza, más que un gesto simbólico, puede tener implicaciones que toquen a los objetivos de descarbonización globales, si se tiene en cuenta que el país alberga la cuarta y la segunda reservas mundiales, respectivamente, de petróleo y gas no convencionales. La retirada de Milei de Bakú materializa los temores sobre el efecto Trump en la COP29. Este no es otro que su discurso negacionista cunda más allá y lastre la implicación de otras partes en acuerdos ambiciosos contra la emergencia climática. Finalmente, así ha sido. Los primeros encuentros no arrojan datos esperanzadores sobre la buena marcha de las negociaciones, que deberían dar fruto esta semana, ya que finaliza oficialmente el viernes.

«Se están tirando a la basura los escasos avances que se habían logrado» en cumbres anteriores, valoró Javier Andaluz, responsable de clima y Energía de Ecologistas en Acción, presente en la COP29. Así, el objetivo común de financiaciónvolvió al punto de partida para recoger las impresiones de los países. El ambiente es de «procrastinación y bloqueo», valoró el activista.

Difícil descarbonización

Además de la financiación, los objetivos de descarbonización tampoco cuentan con un contexto fácil, si se tiene en cuenta que Trump ya ha anunciado su intención de retirar a EE UU de los Acuerdos de París, algo que podría producirse en un año. En el anterior encuentro en Dubái, los países lograron in extremis poner por escrito el objetivo de acabar con los combustibles fósiles, pero la declaración tiene que ser aterrizada y, según confirmó Sofía Fernández, también miembro de la citada organización, en los borradores no hay ni referencias a este compromiso anterior. En realidad, se esperaba poder aterrizar medidas concretas a llevar a cabo para descarbonizar las economías. En los próximos días se verá hasta dónde están los países comprometidos con un mundo libre de combustibles fósiles.