ING retira su publicidad de los programas de Iker Jiménez por la polémica cobertura de la catástrofe de la dana
SOCIEDAD
La cadena confirma que tanto «Horizonte» como «Cuarto Milenio» mantendrán su emisión a pesar de la decisión de la entidad bancaria. Mediaset se enfrenta una vez más a la pérdida de anunciantes, que en su día acabaron con «La Noria» y «Gran Hermano»
13 nov 2024 . Actualizado a las 13:34 h.A Iker Jiménez empiezan a pasarle factura las polémicas relacionadas con su programa y sus colaboradores en las últimas semanas. Su controvertida cobertura de las catastróficas consecuencias de la dana, en la que se les ha colado algún que otro llamativo bulo o la teatralización por parte de alguno de sus colaboradores, ha causado la primera baja entre los anunciantes del espacio. Ha sido el banco ING, que ha pedido retirar toda su publicidad de Cuarto Milenio y Horizonte, ambos comandados por Jiménez, debido a «la polémica generada en los últimos días», según han confirmado varios medios de comunicación. Sus anuncios sí se mantendrán, en todo caso, en otros espacios de Cuatro no vinculados al divulgador.
Con su sucinta explicación, la entidad bancaria de origen holandés se refiere a una ristra de polémicas que han sucedido en las últimas semanas en los programas de Iker JIménez, especialmente en Horizonte.
Una de ellas tuvo que ver con uno de sus colaboradores, Rubén Gisbert, que hizo durante días las veces de reportero in situ desde la zona cero de la catástrofe natural. Un vecino grabó al abogado teatralizando su estado en los momentos previos a la conexión con el programa. En el vídeo, Gisbert se tiraba al suelo sobre el lodo para mancharse por encima de la rodilla y dar un aspecto mucho más embarrado, falseando su implicación en las labores de limpieza y recuperación de la localidad. La filtración de las imágenes en redes sociales llevaron a Jiménez a desautorizarlo y prescindir de él de ahí en adelante. «He tomado la medida directa y recalcitrante de decirle que no puedo contar con él, me ha fallado», aseguró entonces. Y en el siguiente programa lanzó una lastimera justificación de lo ocurrido. «Me creí Robin Hood», llegó a expresar el divulgador.
Este episodio, sin duda, fue uno de los motivos para la decisión de ING, pero lo que la desencadenó del todo fue su otra gran polémica, relacionada con el párking de Bonaire. Los rumores sobre las sospechas de que hubiera decenas de muertos en el subterráneo del centro comercial llegaron a Iker Jiménez, que se hizo eco de ellos, confirmándolo en un tuit. «En el párking de Bonaire hay muchos cuerpos, muchos cuerpos. Muchos», escribió con contundencia y sin ningún ápice de duda el 3 de noviembre en su cuenta de X. Cuando se confirmó que no había ningún cadáver en el aparcamiento, Jiménez se escudó en que era una publicación personal y no relacionada con su programa.
Pero el caso es que la información sobre los fallecidos en el párking saltó a Horizonte solo un día después de su tuit. Fue su esposa, colaboradora en el programa, la encargada de dejar caer los datos de oídas, citando a un cámara del programa. «Estaba al lado de guardias civiles y ha oído la conversación donde se estaba diciendo que ese párking es un infierno, palabras literales», leyó Carmen Porter. Ese mismo día se confirmaba que, en una primera inspección, los agentes no encontraban ningún fallecido en los coches.
Las críticas no tardaron en caer sobre Iker Jiménez una vez se confirmó la inexistencia de cadáveres. Muchos identificaban a él y a su programa como los máximos difusores del bulo. En un primer momento, el presentador entonó el mea culpa. «Pido disculpas, pequé de indignado, intentaré desconfiar de todas las fuentes y dar información certera». Pero tras días de informaciones apuntando hacia su labor, el divulgador acabó contraatacando. Ya lo avanzó en un primer vídeo el 10 de noviembre. «Si van a por mí, piden mi cabeza y me van a descabezar, este señor no se va a quedar quieto y ojo a la que os viene», amenazó. Y cumplió con lo prometido solo dos días después, con una cronología. En ella demostraba que las informaciones de varios medios escritos y también algunas televisiones, especialmente informativos de La Sexta, apuntaban a un «gran cementerio» en el aparcamiento subterráneo antes de la publicación de su primer tuit.
Obviaba, eso sí, que aunque la desinformación de los primeros días de la tragedia había hecho presuponer a algunos informadores que el párking podía estar lleno de gente en el momento de las inundaciones, varios vídeos de personas que escaparon de Bonaire e informaciones más precisas sobre el verdadero número de plazas subterráneas ya hacían ver que el aparcamiento estaba prácticamente vacío.
«Todos pudimos ser intoxicados por las mismas fuentes acerca de un sitio al que no se podía acceder. Y muchos informamos», se justificó Jiménez, apuntando además: «Solo yo me he disculpado. Otros borran».
Cuando la salida de los anunciantes letal para los programas
Mediaset ha confirmado su determinación de continuar con los programas de Iker JIménez, que han tenido unos impresionantes datos de audiencia en las últimas semanas, a pesar de la salida de ING entre los anunciantes y de la mala fama como difusor de bulos que ha adquirido últimamente.
La caída de un anunciante tan importante como ING es, sin duda, un duro golpe contra el divulgador, aunque no suficiente para motivar su caída de la parrilla. Pero Mediaset sabe muy bien lo peligroso que es que este anuncio acabe motivando a otras empresas a seguir la senda que acaba de comenzar la entidad bancaria. Le ha pasado en los últimos años en dos sonadas ocasiones.
Hace justo este 15 de noviembre 13 años desde que La Noria, el programa conducido por Jordi González en las noches de los sábados, perdiera de golpe a todos sus anunciantes tras las críticas recibidas por la entrevista unas semanas a la madre de El Cuco, imputado en el caso de Marta del Castillo. Con ese programa habían batido récords de audiencia. La retirada de las publicidades fue igualmente histórica. Perdió todas las publicidades de Nestlé, Panrico, Bimbo, Danone, Puleva, Campofrío, Banco Sabadell, Vitaldent, Wilkinson, L'Oréal, Vodafone, El Corte Inglés, Decathlón, Audi o Mercedes-Benz. Casi nada.
Mediaset se resistió a acabar con el programa. Lo mantuvo sin cambios hasta enero y, en ese momento, en vista de los problemas económicos, lo retrasó al late night, poniendo justo antes en la parrilla un espacio que venía a ser lo mismo pero con lavado de cara, El gran debate, también presentado por Jordi González junto a Sandra Barneda, aunque centrado en temas más serios. Finalmente, en abril del 2012, La Noria desapareció para siempre de la programación de Telecinco.
El caso más reciente en Mediaset, y el más polémico, fue Gran Hermano Revolution. La controvertida gestión por parte de la cadena y de la productora de la violación dentro de la casa de Guadalix de Carlota Prado por parte de otro concursante motivó un tsunami de anunciantes que retiraron su publicidad del reality show. El reguero de marcas que abandonaron, con mensajes públicos de repulsa, fue también histórico: Nestlé, Postres Reina, Carretilla, MediaMarkt, SegurCaixa Adeslas, Holaluz, Affinity-Petcare, GSK, Milar, Telepizza, Schweppes, Tous, Nissan, Lancôme, L'Oréal, Domino's Pizza, Estrella Galicia, Biotherm, BBVA, Conforama, Nespresso, The Phone House, Pepsi Max, Casa Tarradellas, Día, Doritos, Movistar, Orange o Jazztel fueron algunas de las grandes empresas que desvincularon su imagen de la del programa.
El Gran Hermano de anónimos tardaría 7 años en regresar de nuevo a la parrilla, hasta la edición actualmente en emisión, por la mala imagen y la mala gestión por parte de Mediaset del delicado asunto.