La investigación sobre el origen de Colón establece de forma definitiva que sus restos reposan en Sevilla
SOCIEDAD
La hipótesis gallega es una de las ocho entre las que se encuentra la clave genética que RTVE desvelará el sábado en el documental «Colón ADN»
10 oct 2024 . Actualizado a las 21:25 h.Habrá que esperar a su emisión, que RTVE ha programado con toda la intención para este sábado, 12 de octubre (La 1, 22.35 horas). Pero, de momento, veinte años de investigación sobre un enigma histórico extraordinariamente intrincado están a punto de concluir. El documental Colón ADN. Su verdadero origen, que la televisión pública ha impulsado junto a la firma Story Producciones, promete ofrecer la clave que permitirá acabar con las centenarias discusiones sobre el lugar en el que nació o la etnia a la que pertenecía el descubridor del Nuevo Mundo. Su base científica es, desde luego, sólida. Se levanta sobre el trabajo que el catedrático de Medicina Legal y Forense de la Universidad de Granada, José Antonio Lorente, ha desarrollado desde el 2003, cuando en compañía del historiador Marcial Castro exhumó los restos que descansan en la catedral de Sevilla y se atribuyen al almirante. El largometraje, que extiende un barniz de dramatización sobre su esencia periodística, acaba de ser presentado en la Real Academia Nacional de Medicina, en Madrid. Y por lo pronto ha servido ya un potente adelanto: «Los restos que se encuentran en Sevilla pertenecen, definitivamente, a Cristóbal Colón».
Comprender la importancia de esta conclusión requiere conocer el azaroso destino del cuerpo del descubridor tras su fallecimiento en Valladolid, en 1506. De explicarlo se encargó su descendiente Cristóbal Colón de Carvajal y Gorosabel, duque de Veragua, a veinte generaciones de distancia: «Fue enterrado en Sevilla, en la Cartuja de las Cuevas. Cuando muere su hijo, ya se había construido la primera catedral del Nuevo Mundo, en Santo Domingo, en la actual República Dominicana, y el emperador Carlos I autorizó que aquel fuese el lugar de enterramiento de sus descendientes —es más, el presidente dominicano ofreció recientemente al archinieto del almirante la posibilidad de descansar él mismo también allí, llegado el momento, claro está— y cuando se pierde la isla, pasan a La Habana». Desde allí, en 1892, su cuerpo es trasladado de nuevo a Sevilla. Pero algo se pierde por el camino, puesto que en el presbiterio de la basílica dominicana fueron hallados, tiempo después, algunos restos más, que por supuesto fueron asignados inmediatamente a Colón. Algo de lo que el Estado caribeño ha hecho una de sus señas de identidad.
Ninguno de los esqueletos está completo, ni a una orilla ni a otra de la Mar Océana, así que la disputa continúa abierta. Los resultados del doctor Lorente son concluyentes, pero que los restos de Sevilla pertenezcan a Cristóbal Colón no quiere decir que en Santo Domingo no permanezca una parte de su osamenta. El genetista granadino explica su hallazgo: «En el comienzo de los estudios, a partir del 2003, se hizo un adelanto basado en una compatibilidad. Pero la probabilidad estadística era baja, porque no teníamos suficiente cantidad de ADN. Hoy en día sí se ha podido comprobar con nuevas tecnologías y queda definitivamente afianzada aquella conclusión parcial. No es el esqueleto completo, pero sí un número significativo de huesos».
La República Dominicana no ha querido ceder material genético para este estudio, por lo que de lo que allí yace en el Faro a Colón, una pasmosa pirámide contemporánea de setenta metros de altura, nada puede afirmarse desde un punto de vista científico. Sí entra en juego en el documental, en cambio, una de las hipótesis más antiguas de las muchas que discuten el origen genovés que la historiografía oficial concede al navegante: la posibilidad de que Colón hubiese nacido en el entorno de la ría de Pontevedra, acuñada por el historiador Celso García de la Riega, y su derivada, que identifica al almirante con el mismísimo Pedro Madruga. Citada en varias ocasiones a lo largo de la presentación, la participación galaica se hizo posible gracias a la intervención de la asociación Colón Galego, que preside Eduardo Esteban Meruéndano. Es una de las ocho teorías finales (en realidad hay más de 25, desde Noruega a Hungría) entre las que se encuentra la clave genética que será revelada el sábado. Entre otras, las dos vertientes portuguesas, que apuntan a un corsario y a un noble; la castellana, que también dibuja a Colón como el hijo de una familia noble; la judía, en un tiempo de persecución feroz contra su religión; la vasconavarra, que lo hace pertenecer a la raza maldita de los agotes; la mallorquina, como hijo natural del príncipe de Viana, y por tanto sobrino de los reyes católicos; y, por fin, la tradicional, la genovesa.
¿Qué sucederá el sábado por la noche? «La fiabilidad del análisis genético es prácticamente absoluta. Ha sido replicado por diferentes laboratorios y será publicado en una revista científica internacional. Nosotros generamos datos fiables que damos a los historiadores, y son ellos quienes deben realizar su interpretación. No somos nosotros quienes tenemos que decir una cosa u otra». Esto es lo que argumenta el catedrático de Granada. Ni Regis Francisco López, director del documental, ni Ainhoa del Castillo, productora ejecutiva de Story Producciones, fueron un paso más allá acerca de lo que ambos definieron como «una historia de valentía», cuya cuenta atrás ha comenzado.
Las dos hipótesis del origen gallego de Colón
En VILAXOÁN
La clave, en un sepulcro de granito del siglo XV
Alfonso Phillipot fue el primero que enunció una teoría revolucionaria. El investigador identificó a Cristóbal Colón con una figura histórica de la Galicia medieval: Pedro Álvarez de Soutomaior, el poderoso señor que dejó huella en la cultura popular con el sobrenombre de Pedro Madruga. Para la historiografía oficial, el rebelde Álvarez de Soutomaior, enfrentado a los Reyes Católicos, falleció en Alba de Tormes, en 1486, cuando acudía a reconciliarse con los monarcas. Aquella muerte se rodeó de extrañas circunstancias que, para Phillipot, echaron tierra sobre lo que verdaderamente sucedió: Madruga habría cambiado de identidad para adoptar la de un navegante genovés que, seis años más tarde, descubriría América.
De resultar cierto, los restos de su primo Xohán Mariño de Soutomaior, fundador de la villa y el puerto de Vilaxoán, deberían mostrar un grado de coincidencia elevado con las muestras genéticas que Lorente tomó en Sevilla en el 2003. En el 2022, siete fragmentos óseos fueron extraídos de su sepulcro, sellado en 1496 en la iglesia de Sobrán.
EN POIO
El cementerio medieval del gremio de mareantes bajo el foco
La hipótesis original sobre el origen gallego de Cristóbal Colón se debe al historiador Celso García de la Riega. La autenticidad de la documentación que aportó sobre la presencia en el entorno de Pontevedra de una familia apellidada Colón, aunque cuestionada durante años, fue ratificada décadas más tarde por el Instituto del Patrimonio Cultural de España. Un códice medieval, el Livro do Concello, con anotaciones tomadas en el período 1431-1463, apuntala las tesis de García de la Riega, como ha destacado la asociación Cristóbal Colón Galego. Si bien de forma mucho más difusa que en el caso de Pedro Madruga, también serán sometidas a escrutinio en el documental de TVE.
Según sus investigaciones, el almirante habría nacido en una familia perteneciente al poderoso gremio de los mareantes. De ser así, sus parientes tendrían que haber recibido sepultura en el cementerio medieval sobre el que se levanta la iglesia del Divino Salvador, en Poio. En su caso, las excavaciones se realizaron a ciegas, acotando un rincón del antiguo camposanto. La universidad ha analizado dos fragmentos óseos extraídos en aquel lugar.