Joaquín González: «Postergar el móvil hasta los 18 años es crear el caldo de cultivo para teléfonos de contrabando a los 14»
SOCIEDAD
Safety.net es un programa de prevención de problemáticas por el uso de pantallas por parte de los menores
22 sep 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Joaquín González Cabrera, de la UNIR, y Juan Manuel Machimbarrena de la UPV, participaron esta semana en una jornada en la Facultade de Psicoloxía de la USC sobre prevención de problemas en menores por el uso de las pantallas.
—¿Se puede prevenir la adicción a las pantallas?
—Una cuestión muy importante es hablar de la palabra adicción, la idea de no sobrepatologizar. Evidentemente, hablamos de problemas y, de hecho, a nosotros nos gusta mucho más la palabra de uso problemático. La adicción, por suerte y por desgracia, es un cajón que tiene una sintomatología y unas características muy específicas. Y de todos los problemas con los que trabajamos, solo en las apuestas y muy recientemente los videojuegos podemos hablar de la adicción.
—¿En qué problemas trabajan?
—El programa Safety tiene ocho problemas: ciberbullying, sexting, online grooming, [embaucamiento y acceso de mayores a menores de edad con fines sexuales] abuso online en la pareja, uso problemático de internet, no adicción, problemas de nomofobia, [un miedo específico a no tener el móvil, no tener batería, cobertura, datos... que genera ansiedad] el FOMO (fear of missing out o miedo a perderse algo por no estar conectado) y videojuegos.
—¿Qué hace Safety.net?
—Esas ocho cosas, que son las más prevalentes, las mete en una batidora y es el primer programa multirriesgo. ¿Hay programas que funcionan? Muchísimos. ¿Tenemos en España programas buenos? Muy buenos. Pero cuando fuimos caminando, nos encontramos con una institución educativa con muchos niños y niñas. Empezamos a tener una visión epidemiológica y a comprender que la realidad es multifactorial. La realidad es que seis de cada diez niños que sufren acoso, sufren ciberacoso. Que cuando hay sexting muchas veces hay grooming, y al revés. El uso problemático de internet cursa con nomofobia y los problemas de videojuegos y de apuestas también están juntos. Cuando empiezas a tener un calidoscopio más complejo, la prevención debe hacerse de forma más amplia.
Con Safety intentamos buscar el máximo beneficio en el mínimo impacto temporal, 16 sesiones. En ese balance, hemos intentado prevenir ocho riesgos con dos grandes módulos de competencias y módulos generales e intentar hacer un sistema instruccional, ir preparando una sesión para que refuerce lo anterior, para que haya una manera de contar el cuento e intentar impactar en esos ocho problemas y en otros riesgos que puedan aparecer en el futuro.
—¿Qué tipo de cosas trabajan?
—Hay cosas que siguen siendo todavía originales o ciertamente pioneras, como tener sesiones sobre el autoconcepto online y el uso del autoconcepto online. De hecho, tenemos un proyecto de investigación para conocer qué es eso del autoconcepto online. ¿Es un espejo del autoconcepto tradicional, es una dimensión del autoconcepto tradicional? No es fácil la respuesta. También trabajamos inteligencia emocional en contexto online, porque no es lo mismo la inteligencia que desplegamos aquí que si tengo que mandar un texto y le pongo emoticonos. Y luego está el uso consciente y crítico de los challenges.
—¿Se están patologizando cosas que en realidad no son patológicas?
—En general sí y ahora vivimos una etapa de respuesta. Hace dos o tres años los políticos ponían sellos a los centros que eran tecnológicos y hoy los queremos poner sin pantallas. Es una cosa absurda. La tecnología ha venido para quedarse y prohibir quizás sea necesario, sobre todo en ciertas etapas muy previas, pero prohibir sin educar es un fracaso asegurado. Y postergar el móvil hasta los 18 años es crear el caldo de cultivo de los móviles de contrabando con 14, de las aplicaciones de contrabando y de verlo en corrillo como antes se veía. Hemos pasado de tener una cinta grabada de Canal+ a poder ver el porno con 12 años en la taza del váter sin ninguna supervisión. Hay problemas que hay que intentar acotar y poner en resolución.
—Pero hay familias que ya pelean por restringir el uso del móvil a mayores de 16 años.
—La recomendación es la mediación parental. La mediación parental implica capacitar a las familias para maximizar beneficios y reducir riesgos. Cómo se introduce el móvil en la familia es una realidad que tienen que implementar las propias familias. Y cada respuesta es diferente.
Hay personas con 12 y 13 años que son muy maduras y puedes darle el teléfono móvil con una serie de condiciones negociadas y haciendo unos procesos de aprendizaje, una guía, aprendiendo con él, usándolo con él y dando un cierto grado de libertad, hasta que sea una persona autónoma, como en tantas otras esferas de la vida. Pero prohibir no va a solucionar que a los 16 años se vuelva un reto. Si tú no te has formado como familia, si no has sido capaz de generar una estrategia y la persona no es capaz de integrarlo en su vida, a lo mejor esto es un agujero negro que le absorbe. Ahora las familias no quieren el móvil, quieren evitar el problema, pero es que no podemos evitar el problema. El problema está aquí. La única opción es educación.
—Otro de los cambios es que la digitalización de la educación se está revirtiendo.
—Ahí está la falta de la visión política, del juicio político, del político con un buen asesoramiento técnico. El debate es mucho más serio y mucho más profundo, después de 20 años el desarrollo de la economía móvil en España. Es un problema que requiere un alcance muchísimo mayor del que los políticos dan muchas veces por falta de visión, por falta de formación y por falta de interés.
—En realidad, poco ha cambiado en el debate desde los 90, cuando se demonizaban por ejemplo los videojuegos, sobre todo los violentos.
—Los problemas tradicionales siguen estando ahí: las consolas que no se conectan a internet siguen estando, como también se sigue estando la cocaína, el cannabis... y hay otros problemas: el acoso escolar está, pero también el ciberacoso. A todos nos han pillado muy desprevenidos porque los que somos padres ahora o has tenido una formación específica sobre eso o ha cambiado todo en los últimos 7 años tanto que estás fuera del juego. Los papás de hoy un reto casi único. Es una primera generación hiperconectada y muchos no están capacitados, por eso este proyecto de capacitación en mediación parental creemos que es una llave, porque el programa Safety.net es una red de seguridad en última instancia.
«La tecnología es un chivo expiatorio. Si la quitásemos, quitaríamos más cosas buenas que malas»
Juan Manuel Machimbarrena, de la Universidad del País Vasco, es otro de los responsables del proyecto Safety, pone el acento en cómo la tecnología solo amplifica problemas que ya estaban ahí.
—Los propios adultos tenemos problemas para movernos en el entorno digital. Solo hay que ver los bulos.
—Hablamos de sexting y hablamos de cosas en los menores cuando nosotros tenemos problemas y además tenemos muy malos ejemplos, por desgracia. Lo que vemos de los influencers, lo que vemos de casos de sexting, la cultura de cancelación, es en lo que estamos en el día a día. ¿Cuántos problemas de bullying y acoso no empiezan en el grupo de WhatsApp de padres? Ahí tenemos una cosa sobre la que trabajar. La mediación parental requiere no solo de que se les enseñe a los menores, sino que también los padres sean conscientes del propio uso ¿Cómo vas a enseñar a tu hijo que no puede comer con el teléfono móvil si tú llevas desde que ese niño tiene uso de razón comiendo con el teléfono móvil? Es mucho más fácil prohibir que educar.
—¿El problema es más profundo que la tecnología?
—La tecnología amplifica problemas en muchos casos, pero también se ha convertido en un chivo expiatorio. Hay muchas cosas que están mal de base y la tecnología evidentemente no contribuye, porque tiene cosas malas. Ahora, si quitásemos la tecnología, quitaríamos muchas más cosas buenas que malas, porque las malas seguirían estando ahí. La cuestión es que muchas veces no valoramos todo lo positivo que nos da.