La misión Prefire de la NASA ha logrado estudiar el espectro completo de energía que el planeta irradia al cosmos
09 sep 2024 . Actualizado a las 19:49 h.La temperatura de la Tierra es el resultado de un proceso muy complejo en el que intervienen la energía procedente del Sol y el calor que emite el planeta hacia el espacio exterior en forma de radiación infrarroja invisible al ojo humano y que interactúa con los gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono, el metano y el vapor de agua, que se encargan de devolver parte de ese calor a la superficie.
La gran parte de la energía solar se concentra en los trópicos. Después, los vientos y las corrientes oceánicas transportan el calor hacia el Ártico y la Antártida, que reciben mucha menos luz solar. El entorno polar emite gran parte de ese calor al espacio en forma de radiación infrarroja. Hasta ahora, esas emisiones nunca se habían medido.
La misión Prefire de la NASA ha logrado estudiar el espectro completo de energía que la Tierra irradia al cosmos, recopilando también datos sobre la cantidad de calor que los entornos ártico y antártico emiten al espacio.
Uno de los dos satélites cúbicos del tamaño de una caja de zapatos se lanzó el 25 de mayo desde Nueva Zelanda, seguido por su gemelo el 5 de junio. El primer satélite comenzó a enviar datos científicos el 1 de julio y el segundo lo hizo el 25 de julio. Ambos están en órbitas asincrónicas, casi polares, lo que significa que pasan sobre los mismos puntos en el Ártico y la Antártida con pocas horas de diferencia, recopilando el mismo tipo de información. Esto proporciona a los investigadores una serie temporal de mediciones que pueden usar para estudiar fenómenos relativamente efímeros como el derretimiento de las capas de hielo y la formación de nubes y también cómo afectan las emisiones de infrarrojo a lo largo del tiempo.
La misión ayudará a los investigadores a comprender mejor cuándo y dónde el Ártico y la Antártida emiten radiación infrarroja al espacio. Esto incluye la forma en que el vapor de agua atmosférico y las nubes influyen en la cantidad de calor que escapa de la Tierra. Los datos también aportarán información para entender el cambio climático de origen antropogénico provocado por el aumento de los gases de efecto invernadero y que está afectando con más intensidad a los dos polos del planeta.