Sin baño, sin ventana y sin poder ponerte de pie en todo el curso: alojamientos para universitarios en cápsulas de tres metros cuadrados
SOCIEDAD
Un hostal en un barrio de Carabanchel agota sus plazas en minúsculos cubículos a un precio de 395 euros al mes. El problema habitacional para los estudiantes, que también se sufre en Galicia, hace proliferar este tipo de soluciones residenciales
04 sep 2024 . Actualizado a las 15:03 h.Olvídate de cocinar, fregar o poner lavadoras. Que a lo mejor no te gusta, pero forma parte del día a día en cualquier casa. Di adiós a sentarte a comer con tus compañeros de piso. No habrá ni una sola «previa» en el salón antes de salir un jueves. También tendrás que ir a la biblioteca sí o sí en caso de que necesites mesa y silla para estudiar o para hacer tareas en el ordenador. No podrás ni siquiera ponerte de pie de septiembre a julio «en tu casa», si es que se le puede llamar así. Todo gracias al maravilloso alojamiento que como estudiante universitario has escogido. Porque tú lo vales y el esfuerzo de sacarse una carrera no tiene precio. Bueno, sí. 395 euros al mes por «vivir» en una cápsula de 3 metros cuadrados. Aunque puede parecer una broma, esta fue la oferta en Idealista que ofrecía Gallery Hostel en el barrio de Opañel de la localidad madrileña de Carabanchel. El anuncio se retiraba hace solo dos días de la conocida plataforma de venta y alquiler inmobiliario. No quedaban ya plazas.
Aunque este tipo de alojamientos ya son muy habituales en nuestro país, la polémica ha surgido al tratarse de una oferta que no está destinada a un uso turístico de una sola noche. En Galicia existen desde hace años muchos albergues que incluyen este tipo de soluciones. Por un precio similar, estos tres en la provincia de Lugo ofrecen más intimidad en sus cápsulas que las típicas literas. En ellas duermen los peregrinos después de una etapa del Camino o una persona que simplemente busca una solución funcional y a buen precio para unas horas.
Lo más llamativo de esta propuesta es que se destina a estudiantes para todo el curso académico. Las dificultades para encontrar residencia o piso son cada vez mayores para los universitarios, quienes compiten como demandantes de alquiler con el boom de los pisos destinados a uso turístico y, en general, con una oferta escasa con respecto a la demanda, especialmente en las grandes urbes gallegas.
Ya el pasado junio en Santiago, cerca de 2.000 personas suplían a las inmobiliarias en el desesperado intento de encontrar habitación utilizando grupos de WhatsApp. La Voz se ponía días después en la cola de una inmobiliaria y cazaba el sentir de la mayoría de los que buscaban alojamiento, ya de forma desesperada. «Tampoco pedimos mucho porque ya sabemos cómo son las condiciones. Que no se caiga el techo a cachos y poco más», señalaba una estudiante. Unas palabras que quizás expliquen cómo es posible que dormir en una cápsula sea ya en Madrid un hecho consumado para los universitarios. Que pueda llega a Galicia algo así no es descabellado, atendiendo por también a lo relatado por una joven en A Coruña a este periódico. Marina dijo a finales de este mismo mes haber visto «más de 40 pisos en 15 días», con propietarios reticentes a alquilar a estos perfiles por preferir «estabilidad» y convertir el proceso en una odisea con, según la empleada de una inmobiliaria, «requisitos muy exigentes».
Enchufe propio y taquillas, «el no va más»
En el Gallery Hostel de Carabanchel, ubicado en la calle La Solana 20 del distrito madrileño, todas las cápsulas destinadas a estudiantes se han agotado, tal y como avanza el medio Madrid Total. En total, el establecimiento ofrece 26 cápsulas individuales, además de otras 14 dobles. Hay que compartir los 7 baños y, en el precio se incluye la ropa de cama y las toallas. Entre las prestaciones que se relatan en su web, quienes habiten los cubículos contarán con enchufe propio, regulador de luz o taquilla. Y ya está, opcionalmente existe acceso a cocina y lavandería, lógicamente compartida con todos los demás. Pagándolo a mayores, puede incluir desayuno. La pregunta es si, residiendo 10 meses al año, en el caso de que solo no se esté estudiando en Madrid en julio y agosto, realmente compensa acabar pagando 3.950 por curso por estas condiciones. El reducidísimo espacio y la falta de privacidad se hacen así hueco en el mercado inmobiliario de los jóvenes. Jóvenes en España, no en Japón, donde las soluciones habitaciones de escasas dimensiones son mucho más habituales por la elevada población en relación a la escasa superficie del país. Al menos en este caso no existen fianzas y se tiene la seguridad de que no habrá negativas del casero o la inmobiliaria a la hora de reparar un electrodoméstico o paliar humedades.