Un tercio de españoles sufre trastornos, un 30 % más que hace un año, y el país está a la cabeza internacional en estrés y consumo de antidepresivos
08 abr 2024 . Actualizado a las 13:49 h.La salud mental de los españoles está sufriendo un paulatino y grave deterioro en los últimos años, pero es que, además, el empeoramiento sucede de forma acelerada. Son las dos principales conclusiones de un estudio elaborado por la Fundación Axa, que ha preguntado sobre el particular a ciudadanos de 18 a 75 años de 16 países desarrollados en tres continentes (Europa, América y Asia) y que constata que el volumen de trastornos psicológicos en España es superior a la media internacional.
Algo más de un tercio de los jóvenes y adultos españoles, el 34 %, tienen problemas de salud mental. El porcentaje indica que el empeoramiento del último año es enorme, puesto que quienes admiten tener trastornos son siete puntos más que quienes lo hicieron en el 2022, es decir, un 30 % más. El volumen de afectados es incluso superior al del 2021, en pleno shock pandémico, cuando el 28 % de españoles se confesaron afectados por males psicológicos.
La patología que en mayor proporción limita a los españoles es la depresión. La sufre hasta un 17 %, pero seguida muy de cerca del trío que forman la ansiedad, las fobias y el estrés postraumático, con un 16 % de afectados, y con los trastornos alimentarios (anorexia y bulimia) en tercer lugar, con un 3 % de perjudicados. Los porcentajes de afectación de estas dolencias son muy altos, pero es que, como ocurría con el dato general, se han disparado en los últimos doce meses, con aumentos de cuatro puntos en los dos grupos de patologías principales, lo que significa ascensos del 25%.
Uno de los factores de riesgo que explica este gran deterioro de la salud mental es el alto nivel de estrés que confiesan los españoles. Casi dos de cada tres, el 62 %, refieren vivir habitualmente con un nivel medio alto de estrés, el porcentaje más importante desde que comenzó la pandemia, tres puntos por encima del 2022.
Entre los elementos que pueden estar en el origen del malestar y los trastornos destacan el sufrimiento psicológico, que constata uno de cada tres ciudadanos, una complicada situación financiera, el aislamiento social y el duelo por la pérdida de un familiar (todos por encima del 20 %), además de los problemas familiares, separaciones o acontecimientos traumáticos, en tasas ya más bajas.
La investigación aporta otros dos datos que confirman que el empeoramiento de la salud mental en España es un hecho sostenido en el tiempo, creciente y que se desbocó con el shock del coronovirus. Las bajas laborales por trastornos psicológicos se han duplicado en España (han crecido el 111 %) en los últimos siete años y de ese enorme incremento el 61 % se ha producido desde el inicio de la pandemia.
Algo muy parecido puede observarse con el consumo de ansiolíticos e hipnóticos. Casi 4,5 millones de españoles los toman a diario, un 11 % más que hace una década. El consumo se disparó en los últimos tres años, pasando de que los usase a diario 87 de cada mil españoles a 93 de cada mil. Aún es más evidente la extensión acelerada del mal psicológico si nos fijamos en los antidepresivos. Los toman a diario 4,6 millones de españoles, 97 de cada mil. Este dato supone un aumento del 45 % en solo una década.
Si todos las cifras describen la existencia de un preocupante problema de salud, la comparación con las de los otros 16 países testados apunta a que la situación española es peor que la de la media de estos países. El 34 % de españoles con problemas de salud mental está dos puntos por encima de la media internacional y, de hecho, solo tienen una tasa peor 5 de los 16 estados chequeados. El ránking negativo lo encabezan Estados Unidos (40 %), Turquía (38 %), Reino Unido e Irlanda (37 %) y México (36 %), con Japón como el país con menos afectación, 19 %, seguido de lejos por Suiza y Francia, con el 26 %.
Un 22 % de autodiagnóstico
La peor situación comparativa internacional de España la evidencian dos factores concretos. El estudio indica que es el segundo país con mayor padecimiento de estrés medio alto tras Irlanda (le supera solo por dos puntos) y es el territorio con más altos porcentajes de consumo habitual de psicofármacos. Es el enclave donde más población los ha tomado en alguna ocasión, el 36 %; es el lugar, salvo el Reino Unido, donde más ciudadanos ingieren antidepresivos, ansiolíticos y somníferos cada semana, el 16 %; y también son el estado donde más gente los toma al menos una vez cada mes, el 27 %.
El elemento comparativo que mejor deja a España es que hasta el 65 %% de quienes tienen problemas psicológicos han visitado a un médico para pedirle ayuda en los últimos doce meses -la mitad de ellos a un psicólogo o un psiquiatra-, tasa solo superada ligeramente por Francia y Bélgica, con un 67 %. No obstante, también se constata un preocupante y creciente 22 %, cerca de la cuarta parte, que se autodiagnostica.
Por contra, uno de los datos más negativos es que solo cuatro de cada diez cree que la sanidad pública le da el apoyo oportuno para tratar sus problemas mentales. Este 40 % de satisfechos son cinco puntos menos que hace un año y cuatro puntos más de sentimiento de desatención que el detectado en la media de los 16 países analizados.