Luz Cánovas: «Gracias a las bombas y los estimuladores muchos pacientes con cáncer pueden hacer una vida casi normal»

María Cobas Vázquez
m. cobas OURENSE / LA VOZ

SOCIEDAD

Luz Cánovas es anestesióloga y responsable de la Unidad del Dolor del CHUO.
Luz Cánovas es anestesióloga y responsable de la Unidad del Dolor del CHUO. SERGAS

Expertos de toda España debaten en Ourense sobre cómo paliar el dolor en enfermos oncológicos

08 mar 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Setenta expertos en dolor se reúnen este fin de semana en Ourense para hablar de las novedades en el abordaje del padecimiento en los pacientes con cáncer. Son anestesiólogos, oncólogos, rehabilitadores y psicólogos que forman parte del grupo de trabajo de la Sociedad Española de Dolor. Y también tendrá un lugar destacado la Asociación Española contra el Cáncer por los recursos que pone a disposición de los enfermos y sus familias para su bienestar físico y psíquico.

Protagonismo especial tendrán los largos supervivientes, que son «los grandes olvidados», en palabras de Luz Cánovas, responsable de la unidad del dolor del CHUO y coordinadora del grupo de trabajo de la sociedad —además de una de las impulsoras de que el encuentro cambiase su sede habitual en Madrid por la ciudad de As Burgas—. «Un porcentaje elevado de pacientes van a tener secuelas», señala. Por eso han realizado un estudio sobre los tipos de dolor y las complicaciones derivadas de la enfermedad, así como de las opciones terapéuticas novedosas. Y abordarán las posibilidades que ofrece la estimulación medular para paliar el padecimiento postquimioterapia como puede ser una neuropatía —que se caracteriza por el dolor y la pérdida de sensibilidad en las manos y los pies—. «Queremos discutir si en casos rebeldes iniciamos ya una indicación del uso de estos dispositivos», señala Cánovas, que se están aplicando en el extranjero. Se refiere a los pacientes con dolor refractario, como se conoce a aquel de tipo crónico que no responde a los tratamientos habituales con opioides estándar.

Hay muchos enfermos oncológicos que no tienen dolor alguno o el que padecen es muy leve. A veces sin ayuda y otras con ella. «Los dispositivos implantados, tanto las bombas como los estimuladores, son los grandes responsables muchas veces de que los pacientes con cáncer puedan hacer una vida que se acerca bastante a una normal, aunque no lo es del todo porque tienen que venir a quimio y radioterapia y pasar controles».

Paliar el dolor de los enfermos no solo tiene una consecuencia directa en que no sufre en el momento, sino también en su supervivencia. «El diagnóstico ya tiene un gran impacto en la vida del paciente. Si consigues aliviar el dolor y además se lleva a cabo un apoyo psicológico y con ejercicio físico van a tener un estado de salud mucho mejor y van a soportar mejor los tratamientos, por lo que tendrán una supervivencia mejor», explica Cánovas. Defiende la importancia de la reunión: «Todo lo que nos aporta repercute en nuestros pacientes».