Los documentos de instrucciones previas se triplicaron en Galicia desde el 2014

Marta Otero Torres
marta otero LA VOZ

SOCIEDAD

María Pedreda

Más de mil gallegos registraron en el 2023 por escrito qué cuidados quieren al final de su vida

04 feb 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde el año 2014, las notarías gallegas han triplicado el registro de documentos de instrucciones previas (DIP), mediante los que una persona puede consignar las pautas que deben seguirse cuando su enfermedad le impida comunicarse con el equipo médico que debe decidir sobre su tratamiento. El aumento ha sido más notable desde la pandemia y la entrada en vigor de la ley de la eutanasia, el 25 de junio del 2021.

Según ha confirmado el Colegio Notarial de Galicia, de los 5.716 documentos notariales de Instrucciones Previas tramitados en los 10 últimos años, 2.554 se registraron en ese trienio, un 44,7 % del total, con aumentos sucesivos del 26,5 % en 2021, 29 % en 2022 y, a falta de computar los suscritos en diciembre pasado, 23,5 % en 2023. Además, en los dos últimos años, la solicitud de eutanasia se ha incluido en el 63 % y el 79 % de los DIP, respectivamente. El 65 % de las personas otorgantes de Instrucciones Previas son mujeres y el 35 %, hombres, y su media de edad es de 66 años.

La vicedecana el Colegio Notarial, María José Gil Caballero, explica que se trata de «dejar por escrito qué quieres que pase cuando hay unas situaciones clínicas determinadas, por ejemplo, una situación terminal progresiva avanzada». En este mismo documento se puede precisar si la persona quiere que se le aplique la prestación de ayuda para morir, por la ley de la eutanasia. «Si no pones en ese documento que solicitas que se te aplique esta prestación —explica—, cuando llegue el momento tendrás que seguir un protocolo más largo, y mucha gente al no tener un documento de instrucciones previas se muere antes de recibir esta ayuda».

Gil subraya la importancia de designar una persona como representante para este tipo de situaciones. «Esta persona va a procurar que el personal médico cumpla lo que tu quieres cuando no lo puedes expresar. Hay que designar un representante y un sustituto, que sea alguien de tu confianza y que comparta tu forma de pensar». Esto, asegura es muy útil sobre todo cuando hay varios hijos, «porque a veces, si no hay documento y cada uno piensa una cosa se ponen a discutir con los médicos y el proceso es más complicado».

El DIP aborda otro tema delicado: las instrucciones sobre la donación de órganos. «Es bueno dejarlo por escrito porque, por ejemplo, si la persona ya deja claro que no quiere donar pues hay que respetarlo y ya se evita que el que has nombrado de representante tenga que discutir ya con los médicos».

¿Y es complicado realizar este documento» «No —explica la vicedecana—, el notario escucha a la persona y va guiándole en las opciones que tiene, porque hay posibilidades que son contradictorias entre sí». Eso sí, recomienda que, si uno va acompañado a firmar el documento tiene que tener claro «que la otra persona no puede ejercer ningún tipo de presión sobre él o ella. Es como un testamento tienes que ser libre de elegir y lo puedes cambiar cuando quieras».

La secretaria general técnica de la Consellería de Sanidade, Natalia Lobato, señaló recientemente que el sostenido aumento de los DIP es muestra de la «conciencia colectiva que los pacientes han adquirido sobre sus propios derechos y de su autonomía para tomar decisiones sobre sus cuidados y su muerte».

 Un instrumento legal «muy recomendable», también para las personas jóvenes

Margarita Tasende, responsable del Rexistro Galego de Instruccións Previas, recomendó e un encuentro celebrado a finales de enero que todos los DIP realizados en notaría se inscriban luego en el registro gallego para que, en caso de necesidad, el personal sanitario pueda averiguar si un paciente posee ese documento, conocer su contenido, incorporarlo al historial clínico y avisar al representante que haya sido designado por él.

En relación con la eutanasia, hizo hincapié en que el DIP no puede ser ambiguo, sino que «tiene que hacer constar de forma expresa que se pide ayuda para morir». Por su parte, la presidenta de la Comisión de Garantía y Evaluación de la Eutanasia en Galicia, Nieves Molíns, se refirió a la «dimensión ética» de la labor médica y al necesario «diálogo con el paciente para conocer y tener en cuenta sus valores éticos, su modo de vida y sus creencias».

La doctora Molíns incidió asimismo en la conveniencia de que la persona que otorga un DIP lo revise y, en su caso, actualice a lo largo del tiempo, dada la relevancia de las disposiciones que en ellos se contienen. Por último, José Luis Jiménez, médico y miembro también de la Comisión de Garantía y Evaluación de la Eutanasia, insistió en que el documento de instrucciones previas debe ser «dinámico y revisarse con regularidad».