El plan de residuos nucleares entierra el almacén centralizado de Villar de Cañas
SOCIEDAD
La última central española se cerrará en el 2035, siete años después de lo previsto
28 dic 2023 . Actualizado a las 05:00 h.El Consejo de Ministros ha aprobado, a propuesta del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, el séptimo Plan General de Residuos Radiactivos, con el que descarta definitivamente la construcción del almacén temporal centralizado (ATC), establece un calendario de cierre de centrales nucleares entre el 2027 y el 2035 y contempla un coste de 20.200 millones que sufragarán los titulares de las instalaciones atómicas.
Con esta decisión, el Gobierno entierra un proyecto gestado en el 2009 por el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero, también socialista, dirigido a la construcción de un almacén único donde fueran a parar los residuos nucleares de toda España. La elección del enclave en la localidad de Villar de Cañas (Cuenca) fue aprobada en diciembre del 2011 por el Gobierno de Mariano Rajoy y, desde entonces, se han invertido 300 millones de euros en el proyecto.
Sin embargo, el alcalde de Villar de Cañas, Alejandro Pernías (PP), se ha resistido al acuerdo y ha anunciado que recurrirá ante el Tribunal Supremo la decisión del Consejo de Ministros. «Si esto no lo arregla la política, lo tendrán que arreglar los tribunales», dijo, ante la pérdida de una iniciativa que, a su juicio, iba a atraer empleos e inversiones al pueblo.
El nuevo plan establece la política del Gobierno en materia de gestión de los residuos radiactivos, incluido el combustible nuclear gastado, y del desmantelamiento y la clausura de las instalaciones nucleares.
Respecto al cierre de las plantas, el programa anterior preveía su desaparición para entre el 2021 y el 2028, mientras que ahora se extenderá entre el 2027 y el 2035. La energía nuclear sigue cubriendo en torno al 20 % de las necesidades eléctricas en España.
También recoge el desmantelamiento de las centrales nucleares a los tres años del final de su funcionamiento, excepto Vandellós I (parada desde 1989 por un accidente grave), cuya última fase se ejecutará a partir del 2030.
En lugar de un almacén centralizado, contempla siete almacenes temporales descentralizados (ATD) en los emplazamientos de las centrales, para el combustible gastado y los residuos de alta actividad, hasta su traslado al almacenamiento definitivo.
El almacenamiento definitivo del combustible gastado y los residuos de alta actividad se ubicarán en un almacén geológico profundo (AGP), una solución técnica que ya se había planteado, pero que se había rechazado.