Marta, voluntaria con enfermos de cáncer: «La gente en situaciones así no piensa en un final»
SOCIEDAD
Esta «uruguayo-viguesa» fue paciente oncológica y desde hace 11 años acompaña a quienes pasan por el mismo trance
30 ene 2024 . Actualizado a las 18:35 h.En el 2011 le tocó a ella. El mazazo del diagnóstico, las recurrentes visitas a los médicos, la quimioterapia... No podía más. Precisaba ayuda psicológica y la encontró en la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC). Todo salió bien y ahora, desde hace 11 años ya, es ella la que dedica el tiempo que le queda a acompañar a otras personas con cáncer y familias en la misma situación.
Marta González Otheguy, «uruguayo-viguesa» como se define ella porque lleva ya 26 años en la ciudad olívica, forma parte del Programa para la Atención Integral a Personas con Enfermedades Avanzadas de la Fundación ”la Caixa”, desarrollado de la mano de la AECC. Son cerca de mil en toda España y llevan atendidas a más de 650.000 personas desde el año 2008.
«No toda la gente es capaz. Exige empatizar con una persona que no conoces de nada y una implicación psicológica y emocional que no siempre estás en condiciones de soportar». Ella misma rechazó participar en algún momento porque «hay que estar psicológicamente bien y saber gestionarlo». Entrar en la vida —e incluso en la casa de una familia, porque además de por teléfono asisten de manera presencial— exige mucho compromiso, más en los casos graves, cuando se intuye un desenlace fatal. En esos momentos hay de todo, incluso «quien no quiere saber demasiado, ir pasando esos momentos de la mejor manera posible, sin dolor, sin molestias y sin preocuparse por cosas superfluas», explica Marta que incluso se ha dado cuenta de que «la gente en situaciones así casi no es pesimista. No piensa en un final. Se centra en los pequeños planes, está pensando en el futuro próximo y eso es toda una lección de vida».
Hay «quien se siente culpable», como le pasó a ella, a quien le llevó un tiempo aprender y asumir que para nada tenía la culpa de lo que le estaba pasando. También se dan casos de gente «que lo ve todo horrible» y «tampoco puedes ir contra eso». Ella asume todos los casos con la misma filosofía que es «respetar mucho y siempre buscando las cosas positivas, porque uno tampoco puede meterse en la vida de nadie». Pero entiende que para cualquier enfermo de cáncer es muy importante «un pequeño gesto, una palabra que lo cambia muchísimo», porque alguien que ha pasado por lo mismo pueden entender cosas que a lo mejor ni siquiera es capaz de comprender su propia familia.
Marta también colabora en otras muchas campañas con la AECC y anima a todo el que pueda a que lo haga, porque las necesidades son muchas, sobre todo en investigación «que es lo que permite que algunas estemos donde estamos», recalca. En su caso, «poder servir a los demás, ser útil», es lo que le motiva». De hecho, reivindica la figura del voluntario anónimo «al que también hay que cuidarlo» por las situaciones a las que se enfrenta.