
En los últimos 92 días, según el Instituto de Salud Carlos III, se pueden atribuir al exceso de temperaturas un total de 2.809 muertes
09 sep 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Junio, julio y agosto del 2023 suman en España 552 nuevos registros de altas temperaturas, tanto diurnas como nocturnas, un período sofocante que ha dejado anomalías de 1,5 grados en la práctica totalidad de los estaciones meteorológicos que forman parte de la red de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). El ejemplo más llamativo fue el 23 de agosto, un miércoles en el que se batieron más de una veintena de récords y hasta 48 estaciones superaron la barrera de los 40 grados.
Ese día, Bilbao registró la máxima más alta de todo el país con 44 grados en el aeropuerto a las 15.04, jornada que pasó a la historia como la más calurosa del 2023 con 29,1 grados de media, seis por encima de la habitual para esa época del año. Sin embargo, el récord del verano lo marcó Valencia en su aeropuerto con 46,8 grados el 10 de agosto. Suponen 3,5 grados más del mayor registro anterior, que data del 6 de julio de 1986.
En los últimos años el calor también se ha convertido en un compañero incómodo por las noches. Estar al fresco y conciliar el sueño este verano ha sido tarea complicada en muchos puntos de la geografía, donde los termómetros no han bajado de los 20 grados de madrugada. En España, las noches tropicales —aquellas en las que las mínimas no son inferiores a 20 grados— son comunes en las zonas costeras; sin embargo, esta anomalía se ha convertido en algo habitual a lo largo y ancho de la península Ibérica. Tanto es así que se ha pasado de hablar de noches tropicales a tórridas —más de 25 grados— e incluso infernales —más de 30—. Lo saben en Málaga, donde el mercurio del termómetro no bajó de los 30 grados el 20 de julio. El momento más fresco del día fueron 31,6 grados a las 23.17 horas.
Explican estas anomalías el cambio climático y «la construcción de las ciudades», aseguran los expertos. La estructura de estas impide la circulación de brisas nocturnas que, aunque muy débiles, refrescan las noches de zonas de playa o de fuera de la ciudad. Es el conocido efecto isla de calor.
2.809 muertes por calor
En los últimos 92 días, según el Instituto de Salud Carlos III, se pueden atribuir al exceso de temperaturas un total de 2.809 muertes. «Todas ellas se deben a complicaciones de patologías previas— señala la científica Cristina Linares—. Necesitamos planes de prevención».