El calor extremo de este nuevo verano anómalo ha causado más de 1.800 muertes

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La playa de Samil, el pasado martes.
La playa de Samil, el pasado martes. M.MORALEJO

Algunas estimaciones incluso cuadruplican esta cifra. Hay un punto a partir del cual la curva de la mortalidad se dispara: los 26,9 grados

26 ago 2023 . Actualizado a las 09:51 h.

El Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria (MoMo) del Instituto de Salud Carlos III cuantifica 95.904 defunciones desde el 1 de junio, de las que 1.834 se pueden atribuir a las altas temperaturas. Los datos reflejan el máximo el pasado 12 de agosto, con 79 fallecimientos. Los últimos disponibles son del día 22, cuando las muertes atribuibles al calor fueron 68, pero hay que tener en cuenta que van con cierto retraso y se actualizan continuamente.

Las estimaciones de la aplicación Mortalidad Atribuible en verano por Calor en España (MACE) —desarrollada por Dominic Royé, jefe de Ciencia de Datos de la Fundación para la Investigación de Clima (FIC) junto con Aurelio Tobías, del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), y Carmen Íñiguez, de la Universidad de Valencia— cuadruplican sin embargo esta cifra. Se nutre de los datos de muertes observadas del MoMo y de las temperatura promedio de España calculada por la Aemet; con esta información calcula que desde el 1 de junio y hasta el 22 de agosto se han producido 8.821 muertes achacables al calor. De ellas, 3.034 se han producido en los días de calor extremo, del que hasta ahora se han contabilizado 15.

Por meses, agosto acapara 10 de esos días y 1.883 defunciones, frente a las 1.151 de julio, cuando se registraron 5 días de temperaturas excesivas. En junio no hubo ninguno de los dos.

Hay un punto a partir del cual la curva de la mortalidad se dispara: los 26,9 grados. La temperatura media este verano ha sido de 24,5, aunque en agosto es de momento de 26,2 y en julio fue de 25,3.

Los golpes de calor apenas representan entre el 2 y el 3 % de las causas de muerte imputables a las altas temperaturas. Lo que estas hacen, sobre todo, es agravar patologías previas, sobre todo cardiovasculares y respiratorias. El calor somete al cuerpo a un estrés térmico que se agrava de noche, de modo que el exceso de temperatura nocturna aumenta el riesgo de mortalidad, tal y como puso de manifiesto un estudio del 2021 sobre los efectos de las noches calurosas en la mortalidad en el sur de Europa, del que Royé es coautor. De acuerdo con el artículo, la mortalidad diaria está asociada con temperaturas que superan los 20 grados de noche, independientemente de las diurnas.