Evitan en directo la violación de una chica en un «reality show» estadounidense

P. V. REDACCIÓN

SOCIEDAD

Un miembro de la tripulación del barco se metió desnudo en la cama de una compañera que estaba semiinconsciente. La rápida intervención de los responsables de la producción previno el abuso sexual

12 ago 2023 . Actualizado a las 12:52 h.

Los espectadores del reality show estadounidense Below Deck Down Under se quedaron conmocionados durante la emisión de la última temporada del programa ante un desagradable episodio: un intento de violación por parte de uno de los participantes a una compañera, que consiguió evitarse gracias a la rápida intervención de miembros de la producción, que desalojaron al hombre del camarote, y que acabó derivando en la expulsión del potencial agresor y de otra compañera de tripulación.

El reality, cuya temporada en emisión fue grabada hace ya un año, sigue las vicisitudes de varios miembros de la tripulación que trabajan y viven en un gran barco de lujo que recorre aguas australianas, y se sustenta, principalmente, en las relaciones y antagonismos que surgen entre sus participantes. Pero las polémicas, normales en cualquier programa de telerrealidad, nunca habían llegado hasta un punto de tal gravedad, que recuerda al infame episodio sucedido el Gran Hermano español con la concursante Carlota Prado.

En el caso del programa estadounidense, todo comenzó también con alcohol de por medio. Durante la cena, la víctima de la situación, Margot Sisson, confesó que se encontraba «muy borracha», por lo que la jefa de azafatas, Aesha Scott, ya dejó entrever que estaría pendiente de ella.

Es entonces cuando entra en acción el marinero Luke Jones, que, a pesar del estado de su compañera, no dejó de flirtear con ella y de proponerle ir a acurrucarse y toquetearse en el asiento trasero de un coche.

Margot dejó claro que no tenía ninguna intención de hacer eso, y que quería irse para cama sola, así que Aesha Scott la ayudó. La acompañó a su camarote y se aseguró de que quedaba ya segura en su lecho para que ningún «borracho» se «aprovechase de ella», apuntó.

Pero la noche es larga. Poco después, Luke se acercó, en calzoncillos, al camarote de Margot, para convencerla de que fuese con él al jacuzzi, pero ella se negó y se quedó en cama mientras él fue a darse un baño.

Al volver del jacuzzi, y con solo una toalla alrededor de su cintura, Luke aprovechó entonces que sus compañeros estaban ocupados arreglando un corte en la luz del barco para irrumpir, de nuevo, en el camarote de Margot, hasta subirse a la litera de la azafata, que estaba semiinconsciente. 

Miembros de la producción del programa intervinieron inmediatamente, se saltaron la cuarta pared y se mostraron ante las cámaras para decirle al marinero que la dejase dormir sola.

Luke se lo tomó mal: «¿Te puedes pirar un puto segundo?», le dijo de malas formas al cámara, ya completamente desnudo, mientras les cerraba la puerta en las narices. «No podemos hacer eso, Luke; ella dijo que no; dijo que no», replicaron, exigiéndole que abriese la puerta.

Finalmente, el marinero entró en razón y abandonó la habitación, mientras Aesha Scott, jefa de azafatas, regresaba de arreglar el apagón y entraba en la habitación de Margot para explicarle a la chica lo que había pasado. «Ugh, ¿y estaba desnudo?», preguntó Margot tras saber que se había metido en su cama sin su permiso.

En ese mismo instante, otra de las azafatas, Laura Bileskalne, se interesaba por el estado del potencial agresor, Luke, preguntándole qué es lo que había pasado y mostrándose comprensiva con su compañero.

Poco después, el capitán Jason era alertado del desagradable episodio por Aesha, que le relató, entre lágrimas, lo que había pasado con pelos y señales. La decisión del que ostenta la máxima autoridad del barco fue tajante. Se dirigió al camarote de Luke para decirle que pasase ya esa misma noche en un hotel y, al día siguiente, informó al resto de la tripulación de que lo habían despedido. «Lo acepto», dijo el marinero antes de irse, y confesó sentirse decepcionado consigo mismo.

Quien no se lo tomó tan bien fue la amiga de Luke, Laura Bileskalne, que consideró injusta la decisión del capitán y se pasó el resto del día empatizando con su compañero despedido y argumentando que estaba de broma y bajo los efectos del alcohol, además de insinuar que parte de la culpa la tenía la propia Margot.

Su actitud tuvo consecuencias también inmediatas. El capitán Jason acabó también despidiendo a Laura por no ser capaz de reconocer la necesidad de respetar los límites.

El precedente español: Carlota Prado

El incidente del programa estadounidense recuerda poderosamente a uno de los episodios más infames de la televisión española, sucedido en Gran Hermano Revolution, en el año 2017, y que sepultó este formato de telerrealidad en nuestro país hasta la fecha (aunque Telecinco recupera este año su versión con famosos).

Sucedió también tras una fiesta, en la que una de las concursantes, Carlota Prado, se fue a la habitación visiblemente intoxicada y prácticamente inconsciente, y el que era su pareja dentro del programa, José María López Pérez, aprovechó para mantener con ella relaciones sexuales a pesar de la negativa expresa de ella. Las cámaras, a continuación, mostraron cómo, mientras él practicaba el sexo con ella, la chica estaba completamente inconsciente.

A diferencia del reality norteamericano, la producción del programa no actuó instantáneamente, y lo único que se hizo desde el control de producción es advertirles sobre la correcta colocación de los micrófonos.

Fue al día siguiente, tras la polémica generada entre los espectadores del directo, cuando el programa llamó a Carlota a una sala y le mostró, sin preparación psicológica alguna, las desconcertantes imágenes.

Los resolución judicial de los hechos no llegó hasta este año, cuando, en el mes de abril, finalmente se estableció una pena de cárcel de quince meses para el perpetrador y una indemnización de 7.000 euros por parte de la productora a la víctima por daño moral.