Descubren cómo las células cancerígenas del neuroblastoma manipulan las defensas del cuerpo

Jon Garay COLPISA

SOCIEDAD

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Es un hallazgo clave para tratar con medicamentos uno de los tumores más frecuentes en los niños

26 jun 2023 . Actualizado a las 15:32 h.

La lucha contra el cáncer tiene muchos frentes. Uno de ellos lo conforma el neuroblastoma, uno de los tumores más comunes en niños menores de cinco años y la mitad de los cánceres en bebés. En conjunto, supone el 10 % de los cánceres infantiles, según datos recopilados en un estudio del Hospital Vall d'Hebron. Un grupo de investigadores ha analizado por primera vez la metástasis en la médula en estos tumores y ha descubierto que las células cancerígenas manipulan a unas células del sistema inmunitario para que no las combatan. La buena noticia es que este proceso podría revertirse con medicamentos. Los resultados se publican este lunes en la revista Nature Communications.

El neuroblastoma se origina en las células del sistema nervioso todavía inmaduro de los menores. Aproximadamente dos terceras partes se presentan en la glándula suprarrenal, situada por encima de los riñones, o cerca de la médula espinal, en las células que controlan el ritmo del corazón, la presión y la digestión. Pueden aparecer también en el pecho, el cuello y la pelvis. Los autores del estudio se centraron en la interacción de las células tumorales metastásicas con los monocitos, unas células del sistema inmunitario que se forman en la misma médula. «Las células tumorales parecen manipular su entorno para que apoye su crecimiento en lugar de luchar contra ellas. Nuestro análisis ha demostrado que los monocitos reaccionan y liberan citoquinas que estimulan el crecimiento del tumor», explican.

La clave para revertir este proceso está en dos proteínas, la MK (midkina) y MIF (factor inhibidor de la migración de macrófagos). «Los medicamentos dirigidos a MK y MIF interrumpen esta interacción patológica y actualmente están bajo investigación. A través de la inhibición selectiva, podría ser posible devolver estos monocitos patológicamente alterados a su estado original», aseguran.

El neuroblastoma se divide en dos tipos, el ganglioneuroma, que no se disemina pero puede crecer, y el ganglioneuroblastoma, que puede tanto crecer como propagarse. Entre los síntomas iniciales están la fatiga, pérdida de peso y de apetito. Si se localizan en la médula espinal, pueden causar debilidad en los brazos y piernas. En el caso de localizarse en el estómago, provoca dolor abdominal y problemas para orinar y evacuar. Los neuroblastomas de bajo riesgo pueden desaparecer sin tratamiento y en otros casos basta con la cirugía. Pero en los de alto riesgo, cuando se ha extendido, obliga a emplear quimioterapia, radioterapia e incluso transplante de médula.