Galicia participa en un proyecto europeo para crear la primera terapia CAR-T contra los tumores sólidos

SOCIEDAD

La plataforma TraffikGene del Ciqus desarrollará el vehículo que transportará de forma selectiva los linfocitos T modificados a las células cancerígenas
22 jun 2023 . Actualizado a las 15:11 h.En la guerra contra el cáncer la estrategia seguida por las terapias CAR-T es algo así como convertir a un soldado raso en un Rambo destructor de células tumorales. El soldado son las células T del sistema inmunitario del propio paciente, a las que se les manipula genéticamente para introducir un receptor que se une de forma específica a una proteína, un antígeno, localizado en las células cancerosas. Y es en ese momento cuando se transforma en un Rambo aniquilador de tumores, una táctica que ha funcionado en enfermedades hematológicas como leucemias o linfomas, en las que incluso se ha logrado la remisión total. Pero con el tiempo los superpoderes adquiridos pierden fuerza. Se agotan por la resistencia que le opone el microambiente tumoral. Es una de las razones que explican que esta inmunoterapia personalizada no acabe de funcionar en los cánceres sólidos, como el de colon, mama o pulmón.
La estrategia, entonces, pasa por mejorar las terapias CAR-T para que mantengan activos sus poderes, pero sobre todo en el microambiente tumoral, el entorno celular del que se nutre el cáncer y que lo protege de los ataques. Además, una fuerza exagerada en el núcleo de la célula cancerígena podría provocar una respuesta inmune desproporcionada y generar inflamación. Y este es, precisamente, el objetivo del proyecto CAR-T-Rex, que acaba de ser financiado por el Consejo Europeo de Innovación (CEI) con 2,7 millones de euros y en el que participa el Centro Singular en Química Biolóxica e Materiais Moleculares (Ciqus) de la Universidade de Santiago. Su misión es crucial en el objetivo de lograr una inmunoterapia CAR-T para tumores sólidos: identificar el mejor vehículo para transportar el material genético a las células cancerígenas. O, lo que es lo mismo, entregar un CART-T evolucionado, más complejo que los actuales, justo en el lugar donde los linfocitos T del sistema inmune adquieren sus superpoderes.
El equipo gallego fue seleccionado por el desarrollo de una tecnología propia e innovadora, creada dentro del proyecto TraffikGene, que permite el transporte a las células de diferentes ácidos nucleicos con potencial terapéutico de forma selectiva, fácil y segura. Los vehículos son péptidos -pequeñas proteínas- creadas por síntesis química, mucho más baratos y fáciles de producir que los virus que habitualmente se utilizan en este tipo de estrategias. Y son menos tóxicos.
Pero en el nuevo proyecto europeo el reto es aún mayor, porque no solo hay que introducir un ácido nucleico en la célula, sino varios. A diferencia de las terapias CAR-T habituales, la que ahora se pretende desarrollar incluye un sistema de edición genética creado por la empresa israelí TargetGene Biotechnologies que se introducirá en el microambiente tumoral para evitar, precisamente, el desgaste de la inmunoterapia. Y solo en este este entorno.
«Lo que haremos es utilizar la biblioteca de vehículos peptídicos que tenemos para seleccionar los mejores candidatos y probarlos en el material genético que nos aporten los colaboradores para entregarlos de manera eficiente y poco tóxica. Pero aquí el reto es mayor porque hay que transferir varios ácidos nucleicos a la vez. Y ahí es donde nuestro trabajo puede jugar un papel muy relevante», explica Marisa Juanes, la responsable del proyecto europeo en el Ciqus, junto con Alberto Fuentes, que forman parte del equipo dirigido por Javier Montenegro, responsable también de la plataforma TraffikGene. Existe otro desafío: «en este caso son células que están en suspensión, que no están pegadas a la membrana, por lo que la dificultad es mayor», resalta Juanes.
«El proyecto -explica Montenegro- intentará desarrollar nuevas células CAR-T cuya activación no se detenga mientras se encuentren en el microambiente del tumor».
En esta línea abunda Alberto Fuertes, quien subraya que «las terapias CAR-T pierden su eficacia con el tiempo», por lo que con lo que con la nueva iniciativa de lo que se trata es de «introducir una maquinaria de edición genética, más perfeccionada que el CRISPR, para que este agotamiento no se produzca en el microambiente del tumor».
El consorcio europeo está liderado por la empresa portuguesa Stemmatters y, además de la compañía israelí y del equipo gallego, que recibirá una financiación específica cercana a los 600.000 euros, participan la Universidad de Debrecen (Hungría) y el Leibniz-Institut für Immnuntherapie de Alemania.
«Aspiramos que este proyecto nos permita aumentar la versatilidad de la tecnología de entrega de ácidos nucleicos de TraffikGene, lo que validaría su aplicación en un nuevo contexto terapéutico», destaca el investigador Alberto Fuertes.
En todo este proceso la química juega un papel crucial. Es lo que destaca Javier Montenegro, quien señala «que en Galicia se está haciendo química de primer nivel desde siempre. Aquí tenemos un polo químico muy importante». Y añade: «En el Ciqus podemos crear nuevas moléculas a la carta y hoy por hoy cubrimos todo el espectro que necesita la sociedad, desde nuevas formas de carbono, catalizadores, materiales termoeléctricos, nanopartículas y materiales biocompatibles para materiales terapéuticos». Este potencial es también lo que ha permitido ganar varios proyectos europeos. CAR T-Rex es el último.