








Tras la entrega de premios, los alumnos de Voz Natura visitaron las instalaciones de La Voz de Galicia, de la redacción a la rotativa, para conocer de primera mano cómo se escriben y se imprimen las noticias del día a día
16 jun 2023 . Actualizado a las 17:58 h.«Me siento una hormiguita». Se le iluminan los ojos y ellos, a su vez, a los cientos de pecas que salpican su cara cuando eleva la mirada hacia las bobinas de papel apiladas en torres. Tiene nueve años y observa boquiabierta el inmenso almacén contiguo a la rotativa del que salen los rollos de folio en los que cada madrugada se imprimen miles de ejemplares de La Voz de Galicia. Mismo gesto replica el enjambre de compañeros de clase que la rodea. Perfectamente podría estar agotada la capacidad de asombro en el último tramo del paseo por las instalaciones de la sede central del periódico, en Sabón (Arteixo), pero no, ahí sigue, intacta —exclamación tras exclamación—, disparando preguntas para saciar la curiosidad. ¿Cuántos periódicos salen de aquí? ¿Cuánta tinta se gasta en imprimir cada uno? ¿Cuánto pesan los rollos de papel? ¿Alguna vez se ha caído alguno desde ahí arriba, cómo los bajan? ¿Se trabaja sin parar toda la noche? ¿Cómo se escriben las noticias, cuánta gente hace el periódico? ¿Nos vamos a ver mañana en sus páginas?
Unos treinta alumnos con sus respectivos profesores, divididos en dos grupos —del IES Arzúa y el CEIP Plurilingüe Santa Rita, de Galdo (Viveiro), ganadores de los premios Mejor Comunicación y Galicia—, encabezaron ayer el tour posterior a la entrega de galardones por las instalaciones de La Voz. Los más pequeños, de entre nueve y diez años, todo lo querían saber y los mayores, de entre 17 y veintipocos, todo mirar. Al menos un aspirante a periodista, rozando la mayoría de edad, absorbía reprimiendo el entusiasmo el paisaje de la expedición: el murmullo de la redacción, el golpeteo de las teclas, las planchas de aluminio —moldes del diario—, las apiladoras, los rieles de la colosal impresora. Y una de las pequeñas del grupo: «¡Parece una montaña rusa!».