Blas Cantó, sobre la época de Eurovisión: «Podría haberme quitado la vida»

Javier Herrero MADRID / EFE

SOCIEDAD

Raúl Terrel | EUROPA PRESS

«Tuve pensamientos autolíticos todo el rato», confiesa en el lanzamiento de su nuevo disco, «El príncipe»

02 jun 2023 . Actualizado a las 17:35 h.

Cinco años después de su primer álbum en solitario, Blas Cantó reaparece discográficamente hablando con El príncipe, un trabajo que reivindica el pop vitalista y certifica el final de un largo «bucle depresivo» por el peso de una serie de circunstancias que su paso por Eurovisión hace dos años solo agravó.

«Vamos a ser francos: en esa época podría haberme quitado la vida, porque tuve pensamientos autolíticos todo el rato, pero no por el festival, sino por el momento en el que estaba», confiesa el músico murciano en un momento de su entrevista con Efe.

El fallecimiento de su padre, después el de su abuela y la presión de la responsabilidad de representar dos años consecutivos a España en Eurovisión minaron la salud mental de Cantó (Ricote, 1991), que celebra haber salido «airoso» de ese proceso («Y mira que fue tela», añade) gracias en parte a un entorno que lo protegió de comentarios hirientes.

«Al final tenemos que tener una responsabilidad emocional y social. No todo vale en las redes sociales, de la misma forma que no vas por la calle diciéndole a la gente lo que piensas todo el rato, ni insultándolo constantemente», denuncia frente al odio que algunas personas aprovechan para lanzar sobre los artistas, especialmente los candidatos en este concurso.

Relata que logró rehacerse a través de la terapia, la escritura y un profesional de su discográfica, Warner Music, que un día le dijo: «Ya no se llora más», una frase que se repitió una y otra vez a partir de entonces. «Y luego empecé a escribir canciones, a quitarme el mono porque llevaba mucho tiempo sin hacerlo. Creo que saqué mis mejores letras y mis mejores melodías en un período muy creativo de repente, quizás porque en el 2021 no hice gira y porque viví lo que pude vivir», analiza.

Así surgió el disco que se publica este viernes con un título que surgió de otra conversación casual, en una sesión de maquillaje en la que le dijeron que le iban a dejar como «un príncipe». Ese sería el nombre del álbum, pensó, el mismo apodo por el que su madre lo llamaba de niño, pero con el propósito precisamente de romper cierta idea que se tiene de él.

«Se ha creado una imagen de Blas Cantó muy diferente al que vive en casa. Y Blas no es perfecto, ni quiere serlo, pero parece que tienes que cantar canciones todo el rato vocalmente difíciles, que tienes que ir hecho un pincel y ajustado, que no puedes hablar de chicos, solo de chicas o quedarte callado, no puedes salirte del tiesto en las entrevistas ni dar titulares incendiarios, que los he dado», analiza.

Empezó a romper con tal prototipo con el primer sencillo, El bueno siempre acaba mal, la única de los 12 cortes del álbum que no ha escrito personalmente en un disco vitalista que reivindica el pop y en el que predominan por abrumadora mayoría los medios tiempos y los cortes rápidos de menos de tres minutos con la asistencia de multitud de productores para darle muchos colores bajo su batuta y voz.

«Es el reflejo de lo que está pasando con los más jóvenes. Antes la personalidad de un artista estaba en tela de juicio si cambiabas de género o investigabas en otro, pero los tiempos han cambiado gracias a artistas como Rosalía, que han allanado el camino para hacer lo que uno quiere sin limitarse», destaca entre temas como Animal distinto, Cenizas o Marte.

En esa búsqueda, a mitad de recorrido el álbum detiene sus pulsaciones con el bolero La cura, la balada El príncipe y una sorpresa para todos, El perdedor, su particular incursión en la música mexicana desde una óptica más moderna y electrónica de la mano de Kamikazes.

«De toda la vida en mi casa es la música que más se ha escuchado: Alejandro Fernández, Luis Miguel, Ana Gabriel, Juan Gabriel, Rocío Dúrcal... Y claro, yo decía: '¿Por que yo no hago eso?'. Y lo hice, aunque me costó mucho vendérsela a la compañía», confiesa.

El lanzamiento de su segundo disco en solitario ha coincidido con la salida de El proceso, su colaboración para Mantra, actual formación de Carlos Marco, su amigo y excompañero en la «boy band» Auryn, de la que él personalmente no descarta un retorno eventual «a largo plazo».

La confesión de Blas Cantó llega en unos días en los que se ha hablado de Alejandro Sanz, que confesó «no estar bien» o de otros artistas como Daniel Diges, que también representó a España en Eurovisión como Cantó, que aseguró que sufrió una depresión a los 18 años.