Un suceso en el Atlántico altera la temporada de ciclones tropicales

SOCIEDAD

NOAA

Aguas muy cálidas en la parte oriental del océano obligan a modificar la previsión sobre la actividad de tormentas y huracanes

03 jun 2023 . Actualizado a las 17:05 h.

Cada 1 de junio comienza la temporada ciclónica en el Atlántico norte que se extiende hasta el 30 noviembre. Durante estos meses se dan las condiciones propicias para la formación de tormentas tropicales y huracanes. En concreto, la temperatura del mar alcanza en torno a los 27 grados. A partir de este valor en océano entra en estado de ebullición. 

Todos los años por estas fechas las principales instituciones científicas publican sus predicciones sobre qué se puede esperar de cada temporada. En el 2023 estaba previsto una actividad baja debido al inminente fenómeno de El Niño.

Aunque estén lejos el uno del otro, lo que sucede en el Pacífico ecuatorial afecta al Atlántico tropical. Cuando se produce un calentamiento del Pacífico y se declara El Niño, los vientos en las capas altas de la atmósfera en el Atlántico, también llamado cizalladura, soplan con más fuerza. Entonces, ese aire intenso acaba barriendo muchos de los sistemas de bajas presiones cuando se encuentran en un desarrollo inicial.

Sin embargo, una circunstancia atípica que se está produciendo actualmente en el vecino océano ha obligado a modificar el pronóstico. «Si bien anticipamos un El Niño fuerte para la temporada de huracanes, tanto el Atlántico tropical como el subtropical siguen con una anomalía cálida de récord. El Niño aumenta el viento vertical en el Caribe y Atlántico tropical, pero el calor anómalo en el Atlántico tropical y subtropical puede contrarrestar algunos de los aumentos típicos de la cizalladura vertical provocados por El Niño. Se estima que la probabilidad de que se forme un gran huracán esté cerca del promedio», reconoce en un artículo el Departamento de Ciencias Atmosféricas de la Universidad de Colorado.

Hay que recordar que la temperatura media del océano lleva varios meses registrando el valor más alto desde 1981. Y una de las anomalías cálidas más intensas se está registrando en Atlántico oriental. Una extensa zona de aguas muy calientes se extiende desde la costa occidental de África hasta la Península. 

Es decir, en los próximos meses se va a librar una batalla entre una anomalía oceánica que podría ser una máquina de producir ciclones y un fenómeno meteorológico que precisamente suele impedir que se formen. Habrá qué ver cuál de los dos tiene más peso.

La apuesta de la Universidad de Colorado incluye la formación de 17 tormentas que serán nombradas, 7 huracanes y al menos tres de ellos serán huracanes de categoría mayor, 3 o superior. Una previsión muy parecida ha presentado el Centro Nacional de Huracanes (NCH), la institución científica de referencia en lo que se refiere a actividad ciclónica tropical. Su predicción señala que hay 70 % de posibilidad de que sea una temporada normal o superior a la media y solo un 30 % por debajo de lo normal, lo que cabría esperarse con El Niño en pleno desarrollo. 

Este tipo de estimaciones siempre tiene un interés especial para la Península en general y Galicia en concreto. Los ciclones tropicales suelen nacer al noroeste de la costa de África. Una vez formados, lo natural es que viajen hacia el oeste a través de los vientos alisios. Sin embargo, puede darse el caso, como otros años, de que asciendan en latitud y se presenten cerca de nuestras costas.