El deporte salud como actividad esencial, ha quedado para siempre en la sociedad

Pablo Gómez Cundíns
Periodista con más de dos décadas de experiencia en información deportiva y gastronómica.

La lucha contra la pandemia de covid-19 basó su estrategia en un pilar fundamental: la restricción de la movilidad. Del mismo modo, desde el momento en el que el confinamiento decayó en sus diferentes fases, la actividad al aire libre fue la vía de escape para las personas que residían en las ciudades. En las zonas rurales, la historia fue bien diferente.

La lucha contra la pandemia de covid-19 basó su estrategia en un pilar fundamental: la restricción de la movilidad. Del mismo modo, desde el momento en el que el confinamiento decayó en sus diferentes fases, la actividad al aire libre fue la vía de escape para las personas que residían en las ciudades. Ellas, más que los habitantes de las zonas rurales, fueron las más damnificadas por las medidas impuestas por las autoridades sanitarias, que vertebraron el regreso a la nueva normalidad en función del g rado de actividad física permitido..

Fue en esos momentos cuando la percepción mental del ejercicio se bifurcaba para distinguir, más que nunca, entre deporte competición y deporte salud. Ese poso permanece hasta hoy, en cierta medida, aunque todo apunta a que el tiempo diluirá el recuerdo hasta situar a la población en un escenario prepandémico.

Discrepan los deportistas y los especialistas de este sector a la hora de analizar la evolución y los efectos de la pandemia en la actividad física. Unos consideran que se ha vuelto al punto de partida y otros sostienen que el covid condicionará el futuro para siempre.

Están fuera de toda duda los beneficios de la actividad preventiva, por su contribución al refuerzo del sistema inmunitario, la erradicación del sedentarismo y el sobrepeso, la disciplina alimenticia saludable. Por ello, incluso telemáticamente, los profesionales de todos los ámbitos se esforzaron en concienciar a la población en este sentido. La transversalidad y universalidad de la práctica deportiva engloba hasta el deporte escolar y actividades recreativas o de turismo activo.

Madó González, psicóloga del deporte, ex directora técnica de la Federación Gallega de Atletismo y una de las impulsoras de esta disciplina a nivel aficionado en A Coruña por medio del club La Mochila del Deporte. «Sinceramente, creo que hemos vuelto a como estábamos hace tres años», avanza.

«El primer año, por decirlo de alguna manera pospandémico, en marzo del 2021, sí hubo cambios importantes en la práctica del atletismo. Se notó un incremento en el número de niños y niñas que se acercaban a las escuelas a preguntar, fundamentalmente porque el atletismo es un deporte al aire libre y sin contacto», argumenta.

«También es cierto, que el Protocolo Covid de la Federación Gallega y la Xunta fue de los más estrictos. Durante muchos meses, los entrenamientos en la pista de Elviña, por ejemplo, eran por cupos, un número reducido de atletas de cada club y sin poder coincidir más de un equipo en la instalación. Las competiciones, pese a que eran al aire libre en su mayoría, se hacía con salidas escalonadas y con mascarilla, al menos mientras no hubiese distancia entre atletas», describe con respecto a la adaptación de las rutinas a las alteraciones que supuso la pandemia por motivos de prevención del contagio. Precisamente, ese fue uno de los caballos de batalla en todas las actividades que implicaron una interacción social, el deporte incluido.

Madó González explica que «casi tres años después, el número de niños que se inscriben en las escuelas se ha mantenido y, si aumenta, no es por una razón de que deseen una práctica de deporte al aire libre, sino por otros motivos. Ya no hay cupos en las instalaciones y no tiene efecto el protocolo», argumenta.

«Desde el punto de vista de nuestro comportamiento, hemos vuelto a la situación que había hace tres años, es decir, los atletas de diferentes clubes compartimos espacios, no se usan mascarillas (salvo alguna excepción) y, como entrenadoras, no tenemos esa preocupación de que mantengan las distancias cuando están estirando, por ejemplo. Por tanto, concluiría que las pautas de comportamiento son similares a las de antes de la pandemia», describe.

Como psicóloga del deporte, Madó González añade que «el aspecto de la salud mental creo que es un tema diferente y más grave. Después de los Juegos Olímpicos de Tokio, celebrados en el 2021, se viene hablando más de este tema, fundamentalmente, porque varios deportistas de élite y con gran repercusión mediática le dieron visibilidad al problema».

«Desde la psicología vemos esto con buenos ojos porque se habla más del tema y aumentan los medios para poder ayudar a los deportistas que sufren este tipo de dolencias. Ahora bien, yo diría que el mayor número de casos no es debido al covid. Simplemente, es probable que ayudase a dar más visibilidad y a que estemos más concienciados con estos temas», concluye.

El atletismo, como deporte global que incluye diferentes disciplinas, es un buen ejemplo para entender la evolución de los últimos tiempos. El presidente de la federación gallega (FGA), Iván Sanmartín, explica que su disciplina, «al tratarse de un deporte individual, cuya práctica se realiza fundamentalmente al aire libre y al no existir contacto físico directo entre los deportistas, fue uno de los que ha podido adaptarse de una manera más sencilla y rápida a las condiciones derivadas de la pandemia. La Federación Galega de Atletismo, después de la fase más dura de confinamiento por la emergencia sanitaria y tras un trabajo intenso con la Secretaría Xeral para o Deporte en la elaboración del protocolo Fisicovid DXT Galego, retomamos la competición en las pistas del Centro Galego de Tecnificación Deportiva en Pontevedra ya el 7 de agosto de 2020». «Fuimos capaces de desarrollar la práctica totalidad de los Campeonatos de Galicia en pista al aire libre de ese año. En la temporada 2021, todavía con ciertas restricciones, fue el momento de recuperar las pruebas en ruta. Ya en 2022 la recuperación, en cuanto a los eventos desarrollados por esta Federación, fue prácticamente total», relata.

Eso sí, desde que las autoridades sanitarias permitieron la práctica deportiva al aire libre y una vez elaborado el protocolo destinado a los entrenamientos de escuelas y clubes, la FGA notó un crecimiento sensible del número de licencias, especialmente en las categorías de menores. «Posiblemente deportistas de otras modalidades llegaron al atletismo como refugio, al ser una modalidad que ofrecía mayores garantías en cuanto a una práctica segura para la prevención de la transmisión del covid», reflexiona Sanmartín.

«No me atrevería a decir que hemos vuelto a un escenario totalmente de prepandemia, pero sí creo que regresamos a una cierta normalidad», añade. «A estas alturas del 2023 nos encontramos celebrando los campeonatos y pruebas en pista cubierta y la participación es realmente buena, hasta el punto de que los clubes nos demandan la organización de un mayor número de pruebas, algo que no siempre es posible por la falta de fechas o por cuestiones técnicas», ejemplifica.

El dirigente federativo no quiere responsabilizar por completo al covid por el cambio de tendencia en las costumbres de los deportistas. «En cuanto a las pruebas al aire libre, los campeonatos de Campo a Través están teniendo una afluencia dentro de la media de los últimos años, al igual que la marcha. En el caso de las pruebas en ruta, conocidas como carreras populares, también se está restableciendo la participación, si bien aún no llega a los volúmenes prepandemia, pero considero creo que es achacable más al gran volumen de pruebas u otras cuestiones que a la pandemia», explica.

Sin embargo, en lo relacionado con la percepción del deporte, cree que «el atletismo ha ido ganando prestigio y consideración el los últimos años, pero esto no viene solo a partir de la pandemia, es consecuencia de muchos factores. Tenemos grandes atletas olímpicos que son un importante referente, clubes que han mejorado sus estructuras, técnicos reputados y con excelente formación, unos jueces cada vez más capacitados y el trabajo de esta Federación ha sido bueno».

«El atletismo, igual que la sociedad, evoluciona. Es cierto que se están produciendo ciertos cambios en las preferencias de un número importante de atletas, ahí está el crecimiento del trail running, especialidad a la que esta Federación sabrá darle su protagonismo. También la categoría máster cada vez exige mayor actividad. En todo caso la evolución que vive el atletismo es natural y no derivada de la pandemia y desde luego que no existen reticencias», apunta.

«En una situación tan complicada como una pandemia, creo que hemos sabido dar respuesta y seguir adelante con el atletismo, incluso hemos salido reforzados y creciendo, eso nos hace ser optimistas respecto al futuro. Estoy seguro que todos los estamentos del atletismo gallego empujarán fuerte para que cada vez seamos más grandes y nuestro deporte alcance unas cotas mayores de protagonismo en la sociedad. El atletismo siempre, más rápido, más fuerte, más lejos», avanza para concluir.

Otro de los ejemplos claros se da en el seno de la Federación Gallega de Montañismo. Su presidenta, Josefina Maestu, destaca que «la pandemia ha causado la interrupción más significativa tanto en el calendario deportivo mundial como en los hábitos de ejercicio físico saludable desde la Segunda Guerra Mundial», con el consiguiente impacto en la salud física y mental.

«La imposición del teletrabajo y el confinamiento han incrementado el sedentarismo, uno de los principales riesgos de mortalidad según la Organización Mundial de la Salud. Además, el cierre de los gimnasios y de los centros de fitness tampoco ha ayudado a muchas personas a mantener sus rutinas de ejercicio. Un estudio realizado por la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO) revela que el 44 % de la población española aumentó de peso entre uno y tres kilogramos durante la primera mitad del 2020. En este incremento tuvo mucho que ver el abandono de las rutinas de ejercicio: el 56 % de los entrevistados confesó haber sucumbido a la inactividad entre marzo y abril del año pasado», razona Maestu.

«Algunos científicos creen que la reducción de la actividad física experimentada durante los primeros meses de la pandemia podría conducir a un aumento anual hasta 11,1 millones de nuevos casos de diabetes tipo 2 y provocar más de 1,7 millones de muertes en todo el mundo», destaca.

«Ahora ha llegado el momento de poner el foco en la importancia de proteger la salud. Las miradas apuntas hacia una alimentación sana, la actividad física y el cuidado emocional son claves para alcanzar el bienestar», recomienda.

Es en este punto en el que las disciplinas auspiciadas por la Federación Gallega de Montañismo cobran protagonismo. Los deportes de montaña, en especial el senderismo es una de las claves para recuperar la actividad física que se practicaba antes de la pandemia. «Sabemos que caminar diez mil pasos diarios es vital para disminuir los problemas relacionados con el colesterol y el corazón. Además, es importante exponerse al sol unos veinte minutos cada día para compensar los niveles de vitamina D y realizar estiramientos para desentumecer el cuerpo, sobre todo cuando se pasa mucho tiempo sentado frente al ordenador o en la misma postura», apunta, antes de defender: «No estoy en contra de los lugares cerrados para hacer ejercicio físico, pero la actividad física al aire libre ofrece ventajas mayores que las que ofrece realizar actividad bajo techo. Por ejemplo, hacer ejercicio al aire libre te pone en contacto directo con la luz solar. Varios estudios han demostrado que el cerebro de las personas tiene niveles más altos de serotonina los días soleados y brillantes. La serotonina es el estabilizador natural del estado de ánimo del cuerpo. Ayuda a reducir los síntomas de depresión y ansiedad. La luz del sol también aumenta la ingesta de vitamina D. La vitamina D ha demostrado ser una forma eficaz de mejorar su estado de ánimo».

«Por lo tanto, si en condiciones de normalidad es importante hacer ejercicio al aire libre, tras la etapa del covid, con todas las secuelas negativas que tuvo sobre la salud mental, ahora recobra un mayor relevancia ejercitarse en el entorno de la naturaleza», concluye.

«Para muchas personas la práctica de senderismo, montañismo, escalada, alpinismo… modalidades que se encuadran dentro de la Federación Gallega de Montañismo, es una práctica adictiva que te hace sentir mucho mejor, tanto por la práctica de ejercicio físico que fortalece la salud física y emocional, como por, el componente socializador», describe respecto a uno de los aspectos más diferenciadores de las actividades que potencia.

«Podemos observar que el número de licencias en las federaciones de montañismo ha aumentado a nivel nacional (un 9,9%, hasta 273.549 federados), tal como se puede extraer del Anuario de estadísticas deportivas 2022, elaborado por Elaborado por la División de Estadística y Estudios, Secretaría General Técnica Ministerio de Cultura y Deporte, publicado en mayo del 2022. Al igual que han aumentado en otras federaciones con el componente de práctica de estos deportes al aire libre: como el caza, ciclismo, golf y surf, lo cual es positivo porque federarse implica un compromiso mayor. Actividades de otro perfil, como el baloncesto y el balonmano sufren una disminución del número de licencias deportivas», explica.

«Podemos decir que las actividades físicas y deportivas al aire libre se convirtieron en salvavidas para muchas personas después del confinamiento provocado por el covid», concluye rotunda.

Más hacia lo concreto, uno de los deportistas que certifica que sostienen estas argumentaciones es José Antonio Rial, atleta de trails y practicante de fitboxing. «En mi ámbito, que es el trail running, al ser una actividad en exterior, la adaptación ha sido muy fácil, puesto que al aire libre no necesitas mascarillas ni utilizas materiales que debas compartir, como es el caso de los gimnasios. La higiene del material no es un gran problema ya que solo utilizas material que llevas tú, con lo cual compartes lo mínimo imprescindible», explica.

«El trail running ha sido uno de los deportes que ha podido volver a la normalidad desde un principio, debido a sus características, deporte al aire libre, no se comparte material, no está masificado. Realmente la gente tiene la percepción de que es un deporte bastante seguro frente al covid», reitera.

«Algunos hábitos hemos tenido que adaptarlos. Por ejemplo, el poco material que podías compartir con alegría, como cuando alguien necesita agua. Antes bebía directamente de tu bidón, ahora le compartes agua en su bidón», cuenta. «Otros como geles, sales... los puedes compartir sin problema puesto que vienen envasados y los puedes consumir sin problemas higiénicos. Y otros como frontales, sí los sigues compartiendo sin problemas, aunque miras más las cosas», describe.

«En el trail se puede decir que hemos vuelto al escenario prepandemia en alto porcentaje. Los hábitos son prácticamente los mismos. Los horarios de entrenamientos, la forma de acceder a los sitios, los recorridos. No se ha visto alterado para nada», razona. «No veo reticencia por parte de la gente a quedar con otra gente o a participar en pruebas, ya que al ser al aire libre da mucha más libertad y en cierto modo permite una laxitud que otros deportes no permiten, por ejemplo el deporte en recintos cerrados como gimnasios», aprecia.

«Entiendo que el deporte de correr por montaña no ha sufrido tanto las consecuencias de la pandemia por sus características, incluso he visto que se ha producido un bum debido a que la gente prefiere pasarse a deportes que son más seguros con respecto al covid. Cada vez ves a más gente, no sólo corriendo sino simplemente paseando y disfrutando del paisaje al aire libre», dice.

Acto seguido contrapone su experiencia como practicante habitual de fitboxing. «Compartes un lugar cerrado y dispones de un material común para todo el mundo: sacos de boxeo, pesas, esterillas...», describe.

«En los principios de la pandemia era obligatorio entrenar con mascarilla, se instalaron máquinas para depurar el aire, se implantó la obligación de desinfectar el material que utilizado una vez terminada la clase... La adaptación fue un poco dura, puesto que hacer entrenamientos cardio con mascarilla complica mucho la respiración. Había ocasiones que prácticamente te tragabas la mascarilla. Durante los primeros momentos de pandemia tuvieron que reinventarse y organizar clases utilizando medios como las redes sociales donde daban ejercicios funcionales para hacer en casa», recuerda.

Para José Antonio Rial, determinados hábitos derivados de la pandemia deberían haberse instalado incluso antes de una emergencia sanitaria, como la obligatoriedad de desinfectar el material tras su uso. «Antes acudías a un gimnasio y utilizabas el material en cuanto otra persona lo dejaba. Esto en cierto modo era un hábito malo y que ahora a supuesto una mejora», reitera.

«Ahora los grupos son más reducidos, se ha ampliado las distancias y la gente es más cuidadosa a la hora de compartir material. En cierto modo sí ha habido un cambio en la consideración de todos los deportes de interior. Se mira más el no estar pegado, el tener medios de ventilación o depuración de aire..., aunque ahora en cierto modo la gente se ha relajado mucho», explica

«El futuro en el ámbito de los deportes de interior parece que plantea la necesidad de ofrecer más seguridad en el uso de las instalaciones, tanto en higiene, como en comodidad y distanciamiento así como la higienización del material. La mentalización de la gente a la hora de utilizar el material, así como el uso de otras zonas comunes como las duchas y baños, donde la gente ha extremado la higiene», concluye.

En este proceso que describe Rial ha tenido que vivirlo, y sufrirlo, en primera persona Oli Vilela, que junto a Diego Fariña, dirige el centro de entrenamiento personal SaúdeTraining SCP en A Coruña. «En nuestro caso fue complejo, ya que compartíamos tanto el espacio como el material la hora de realizar nuestros entrenamientos con los alumnos. Tuvimos que transformar la sala de fisioterapia en sala de espera, para que no coincidieran a la hora de salir y entrar. Sobre la marcha creamos un sistema que a día de hoy sigue instaurado. Distribuimos la sala de entreno en lo que le llamamos en su momento ‘zonas seguras’, un área amplia de entrenamiento donde tienes todo el material necesario para desarrollar la sesión y solo acceden a ese material el entrenador y el alumno», avanza.

Vilela hace hincapié en los efectos que tuvieron las medidas en la economía particular de cada pequeña empresa. En su caso, dado que su actividad se basa en la fuerza, para disponer del mismo material en todas las áreas y mantener la calidad del servicio, se vieron obligados a comprar más material de peso libre, como mancuernas, barras, discos… «en un momento que no era fácil».

«Mucha gente dejó de venir a entrenar y bajamos el volumen drásticamente, alrededor de un 40 %. Nuestro sector sufrió mucho y durante los peores momentos optamos por entrenamientos mediante videollamada. Creo que la pandemia ha ofrecido la posibilidad de demostrar el poder de adaptación que tiene esta sociedad. Todavía mantenemos ese entrenamiento telemático», relata.

«Cuando pudimos volver a abrir las puertas, la gente empezó a venir a entrenar manteniendo las condiciones de seguridad. Una de ellas fue la mascarilla. Aunque diversos estudios corroboran que el entrenamiento con mascarilla no influye negativamente en los niveles de dióxido de carbono, ya que permite perfectamente la difusión de los gases, la realidad sobre el terreno era otra. Tenemos una fuerza de voluntad imparable. Si nosotros como profesionales tuvimos que adaptarnos, los alumnos se merecen un monumento. Sentían que sufrían mucho más con la máscara», analiza.

Sin embargo, tras esos momentos complicados, el paso del tiempo y a la habituación han diluido el efecto pandémico. Oli Vilela considera que «pasados estos tres años, se ha vuelto a niveles anteriores. El mayor problema es que la gente paró de golpe y estuvo mucho tiempo en este punto. Por ello la vuelta ha sido muy dura». «Concretamente aún tenemos casos de valoraciones nuevas de alumnos que seguían sin haber hecho nada desde entonces. Pero podemos decir que nos hemos recuperado y superado. Lo que ahora nos influye es la crisis que estamos viviendo», matiza.

La tendencia de la que anteriormente hablaban los presidentes de federaciones con disciplinas que se practican en espacios abiertos afectó directamente al sector en el que Vilela desarrolla su actividad. «La afluencia a actividades de práctica al aire libre afloró mucho, y nosotros lo notamos. De nuevo nuestro sector se tuvo que volver a adaptar. En un inicio, un porcentaje alto de gente no quería venir a entrenar a sitios cerrados por miedo, aunque siguiéramos todas las normas de seguridad, o porque no soportaba entrenar con mascarilla. Ahora mismo la gente ya ha vuelto a la normalidad», corrobora.

Sin embargo, el desarrollo en interiores no ha frenado la evolución en la consideración del deporte respecto a antes de la pandemia. «Ha ido a mejor. Nunca sabes lo que tienes, hasta que lo pierdes. En este caso, nos dimos cuenta al instante. No poder salir a caminar, ni practicar el deporte que te gusta durante una temporada entera por ejemplo», considera, antes de apuntar: «Si miramos desde el punto de vista de la salud, hay patologías que si le privas de hacer ejercicio se recrudecen mucho. Muchos de nuestros alumnos lo pasaron muy mal, acostumbrados a entrenar varias veces a la semana. Un amplio porcentaje vienen por algún tipo de patología de espalda, en este tipo de casos es muy importante la adherencia. Esta pandemia hizo que perdiéramos calidad de vida en todos los aspectos, no solo salud física sino también mental, y en esto la actividad física es un diamante, por ello ahora quiero creer que la gente lo valora mucho más».

Los centros de entrenamiento personal proliferaron de un tiempo a esta parte. Para Oli Vilela, «eso solo puede ser porque la gente ha optado por entrenamientos más personales y menos masificados, por cuidarse más y entender que estamos hechos para movernos. También ahora se valora mucho más la figura de un profesional del ejercicio».

Para la profesional de la actividad física, el futuro presenta otro reto mayúsculo. «Nunca se para de aprender. Ahora debemos afrontar esta crisis económica en la que estamos y seguir luchando por calidad de vida. La inversión por hábitos de vida saludable debe de ser una prioridad, pues el que sufre el dolor eres tú, el que sufre la depresión eres tú. Esta pandemia derribó muchos pilares tanto físicos como mentales. Toca volver a cimentarlos y mantenerlos como eje. La lectura positiva de todo esto es que se ha puesto en valor la práctica deportiva, tanto federada como no, y que el esfuerzo por conservar esto es más fuerte que antes. Sigamos cuidando la actividad física y tres años después del inicio de la pandemia podemos decir que se le está dando el sitio que se merece», concluye.

Desde la Secretaría Xeral para O Deporte de la Xunta de Galicia, con José Ramón Lete Lasa a la cabeza, se apunta que «o deporte galego foi moi afortunado, pero a fortuna é directamente proporcional ao traballo realizado». «O 15 de xuño de 2020 Galicia saía do estado de alarma, sendo a primeira comunidade en facelo pola súa mellor situación epidemiolóxica. Nese momento, xa contaba co protocolo Fisicovid-Dxtgalego, unha guía adaptada a cada unha das 58 federacións (hoxe, 59) e 300 especialidades deportivas nas que se establecen as medidas para facer fronte á crise sanitaria ocasionada polo covid-19 no ámbito do deporte federado de Galicia e que foi replicada en moitos outros territorios grazas ao seu éxito», explica en lo relacionado con las pautas de comportamiento deportivo en convivencia con el virus.

«Ademais, o 30 de setembro dese mesmo ano 2020, ante a incidencia dos contaxios no deporte e a inoperancia do Consejo Superior de Deportes, Galicia publicaba a orde que esixía test serolóxicos ou probas similares para os equipos e deportistas galegos e os procedentes doutras comunidades no ámbito das competicións deportivas oficiais non profesionais de ámbito estatal. O deporte galego nunca se detivo, e iso foi grazas ao traballo de todos os deportistas que nos deron un grande exemplo a todos coa súa espectacular adaptación e escrupuloso cumprimento das normas nun momento moi complicado», relata con orgullo.

«Nun primeiro momento, a maioría de federacións deportivas viron reducida a súa actividade e o número de licenzas federativas diminuíu considerablemente, cunha perda que a inicios do ano 2021 xa era de preto de 123.000 licenzas. A federación máis golpeada pola crise do coronavirus foi a de fútbol que, tamén a inicios do 2021, contabilizaba 63.000 permisos menos. Non obstante, esta caída foi soportada por outras federacións deportivas como surf, pesca, pádel, caza ou actividades subacuáticas, que viron incrementado o seu número, xa que, segundo as resolucións ditadas pola Xunta e os criterios estudados ao detalle polos expertos sanitarios e técnicos deportivos, podían seguir a desenvolver a súa práctica con certa normalidade», argumenta con respecto a la toma de decisiones del Gobierno autonómico en los momentos más críticos.

La Secretaría Xeral ofrece los datos de evolución del compromiso de los deportistas con las actividades reguladas: «Esta situación deixa un fortalecemento do movemento federativo deportivo galego. As federacións que tiñan perdido deportistas, recuperáronse ao longo do 2021 e do 2022, e as que, pola contra, gañaron practicantes, mantiveron ese incremento. Deste xeito, co exercicio de 2022 pechado, o número de licenzas deportivas en Galicia xa chega ás 292.477, cando o número de licenzas prepandemia (2019) era de 273.769, polo que estas aumentaron nun 7 %. Esta recuperación tamén se pode ver no programa Xogade, que xunta a oferta lúdica e deportiva, federada e escolar, para os rapaces galegos de entre 6 e 16 anos, e que pechou 2022 con máis de 120.000 mutualizados, moi preto dos 128.000 prepandemia».

«O mellor exemplo da recuperación do deporte está nas carreiras populares como a última edición da Carreira Pedestre de Santiago, que contou cunha afluencia masiva de 3.500 deportistas. A Xunta de Galicia, a través da Secretaría Xeral para o Deporte, investiu, ademais das liñas de axuda ordinarias, preto de oito millóns de euros para a reactivación do deporte galego en axudas directas para federacións e clubes deportivos ao longo de 2021. Hoxe, grazas a todo este traballo conxunto podemos dicir que o tecido deportivo galego mantivo as súas cifras superando os 6.000 clubs no rexistro de entidades», añade Lete Lasa.

También desde las autoridades deportivas autonómicas se coincide en que ha cambiado la consideración del deporte respecto a antes de la pandemia. «Dende logo que si. Xa durante a propia pandemia observamos a importancia do deporte e dos hábitos saudables para reducir as enfermidades provocadas pola inactividade física e o sedentarismo», avanzan.

El estudio «Comparación de perfís de aptitude física obtidos antes e durante a pandemia covid-19 en dúas grandes mostras independentes de nenos e adolescentes: Proxecto DAFIS» puso de manifesto cómo las restricciones de la pandemia afectaron a la condición física de niños y adolescentes gallegos a través da plataforma DAFIS, unos datos en consonancia con las conclusiones del estudo realizado por el INIBIC-SERGAS, las federaciones deportivas y la Secretaría Xeral para o Deporte sobre la incidencia del covid en el deporte federado gallego. Los resultados mostraron que la actividad física frecuente mejora sustancialmente la forma física y el estado de salud de niños y jóvenes. «Se o deporte xa era importante no noso día a día, agora o é aínda máis», zanja.

«Non hai dúbida de que coa desaparición das restriccións, a demanda deportiva multiplicouse. Sabemos que a poboación de Galicia precisa unha oferta deportiva axeitada ás súas necesidades, polo que todo este avance do tecido deportivo tradúcese dende a Xunta de Galicia en apoio. Neste 2023 contamos co orzamento deportivo máis alto da historia con máis de 44 millóns de euros e un total de 18 para a mellora e a construción de novas infraestruturas deportivas. Queremos que os galegos practiquen deporte, pero tamén que o fagan nas mellores condicións», reflexiona.

Con respecto al futuro, Lete Lasa considera: «Sinceramente, despois de ver o gran exemplo que rendeu o deporte galego nos complicadísimos anos da pandemia e da espectacular reacción dos deportistas ás restriccións impostas, confío en que o deporte galego continue a medrar e siga recollendo os froitos de todo o traballo realizado. O futuro en Galicia é esperanzador e sobre todo, saudable».

El Ayuntamiento de A Coruña, con tendencia a la promoción del deporte desde la pandemia, apreció, precisamente, la reducción de la actividad deportiva al mínimo desde marzo del 2020 hasta finales del 2021, con la anulación de actividades de todo tipo y la suspensión de carreras y pruebas del calendario ordinario. «Se puede decir que hoy, en muchos aspectos, esa suspensión de la actividad deportiva se ha superado e incluso se han mejorado las cifras anteriores a la pandemia. Así, en las escuelas deportivas municipales había 3.483 inscritos en el curso 2019-2020, aumentando su número a 3.635 en el curso 2022-2023. En los circuitos de carreras populares, Coruña Corre, se ha notado también una recuperación importante tras el parón de 2020 y 2021. En el 2018 había 4.474 participantes y en el 2019, 5.661. Hoy son 4.828. Sí se ha percibido un comportamiento distinto con las grandes carreras, el medio maratón pasó de 1.585 participantes en el 2018 a 1.287 en la última edición este año, con un ligero repunte con respecto al 2022. En el maratón la diferencia fue mayor: de 655 participantes en el 2018, se pasó a 406 en el 2022, prácticamente la mitad de la media de las ocho ediciones anteriores (la mayor cifra fue de 952 participantes en el 2012)», valoran desde el concello.

«En general, la práctica deportiva se ha recuperado en todas las instalaciones municipales mejorando incluso las cifras previas a la pandemia en algunos ámbitos», concluyen.

Con el paso del tiempo se ha ido demostrando el efecto que posee una infección activa por covid en el desarrollo normal de la actividad física, de modo que los especialistas han tenido que adaptar determinadas actuaciones con vistas a la reintegración de los deportista a la competición, o de los practicantes aficionados a la actividad más saludable posible, porque todos los pacientes están bajo un mayor riesgo de complicaciones cardiovasculares (miocarditis, arritmias, trombosis...) o cardiopulmonares después de un positivo en coronavirus.

Los especialistas se han visto obligados a manejarse en un escenario inédito. Fernando de la Guía, cardiólogo de la Policlínica Glorieta Dénia y del Hospital HCB Benidorm, es el coordinador del grupo de trabajo de cardiología del deporte de la Sociedad Española de Cardiología (SEC). «Seguimos conviviendo con la pandemia. Ha modificado muchos hábitos, no solo deportivos. Estamos hablando de una infección que ha afectado a más de 670 millones de personas en todo el mundo hasta enero de este año 2023, con más de siete millones de casos de muerte que se han atribuido a este virus, y la existencia de un covid prolongado, con síntomas persistentes y complicaciones tardías, que las estamos viendo en nuestras consultas. Indudablemente, ha afectado a los hábitos de los deportistas, pero quizás sería adecuado distinguir varias etapas», presenta.

La primera, en la que se tomaron las medidas de confinamiento de la población en marzo del 2020. «Una situación jamás vivida, con aislamiento social, imposibilidad de realizar tareas habituales y básicas en nuestro día a día, y que empezó un momento de transformación radical en nuestras vidas. Se tuvo que cambiar todo, incluida la forma de realizar deporte, abandonando los sitios cerrados, los gimnasios, los centros deportivos, limitando las horas de actividad en espacios abiertos, necesidad de utilizar mascarillas para poder correr o ir en bicicleta», describe.

Hace hincapié un aspecto inesperado: «Hay que destacar la encuesta realizada por el Ministerio de Cultura y Deporte en el 2020, en relación con los hábitos deportivos, donde se comprobó una reducción en el porcentaje de gente que realizó deporte durante el confinamiento del 59,6 % al 41,6 %. Además, algunos estudios nacionales comprobaron que durante este primer período de confinamiento se apreció un incremento en la practica deportiva entre las mujeres y la población con un mayor nivel educativo. Pero llamativamente, tras el final del confinamiento, se comprobó que las mujeres modificaron nuevamente sus hábitos y redujeron la realización de ejercicio».

A medida que se superaron fases restrictivas, la ciudadanía fue adaptándose. «Durante esa primera etapa llamó la atención que toda la población empezó a realizar ejercicio en sus domicilios, en los pasillos, en las terrazas, en los garajes..., cualquier lugar de sus casas era bueno para caminar, para hacer sentadillas, abdominales, tablas de ejercicios conectados por internet. Aumentó de manera masiva la compra de cintas para caminar en casa, bicicletas estáticas, material de gimnasio, pero tras esa fase de confinamiento, se observó una reventa de las mismas en portales de segunda mano. Pasamos del bum del ejercicio, a un abandono progresivo. Así la encuesta refleja que un 17,3 % dejó de emplear el entrenamiento telemático, y el 16 % dejó de entrenarse en casa, aunque también es cierto que este hábito deportivo domiciliario se mantuvo en casi tres de cada cuatro españoles», relata De la Guía.

Varios de los grandes damnificados fueron los deportes de equipo y los gimnasios. «Se evidenció temor a practicar ejercicio en grupo, con una disminución del 16,6 %, que fue mucho más marcada (casi el 20 %) entre los menores de 19 años, que es precisamente el grupo etario donde este tipo de actividad se practica de forma más habitual», explica.

«Los datos actuales publicados por la encuesta de hábitos deportivos en el año 2022 reflejan que casi el 20 % de los españoles dejó de realizar deporte de forma temporal tras la pandemia, mientras que el 12,3 % indica que la ha aumentado tras el confinamiento, mientras que dos de cada tres confirman que no variaron sus hábitos deportivos tras el confinamiento», expone antes de incidir en que «indudablemente, fueron los gimnasios los peor parados de esta nueva situación. Se indica que el 21,4 % de los clientes dejaron de acudir a ellos tras su nueva apertura, frente a un 7,4 % que incrementó la frecuencia de entrenamiento en los gimnasios», observa.

Tampoco quiere dejar al margen de su análisis Fernando de la Guía a la población de edad más avanzada. El temor por contagiarse ha motivado una menor salida a la calle de los mayores, que se han ido recluyendo en sus domicilios, disminuyendo el contacto social e, incluso, familiar, según el médico.

«Hoy, la impresión general es que todo se está normalizando. Volvemos a los hábitos previos a la pandemia, aunque mi impresión es que la población está más concienciada de la importancia de hacer ejercicio, de implementar la actividad física en su vida cotidiana, hay más idea de caminar, de pasear, de disfrutar los momentos libres para estar al aire libre y aprovechar el tiempo para hacer deporte», concluye.

Sobre las consecuencias de haber sufrido la enfermedad, a pesar de tratarse de personas con una condición física por encima de la media, De la Guía recuerda que el coronavirus tiene un papel importante en la génesis o formación de trombos. «Un estudio sueco muy interesante que incluyó a 86.742 pacientes con covid-19 mostró que era un factor de riesgo independiente de infarto agudo de miocardio y accidente cerebrovascular isquémico, como parte del cuadro clínico de la infección».

La principal consecuencia que se comprobó con el confinamiento es que las personas con problemas cardiovasculares dejaron de acudir a los hospitales o fueron con demasiado retraso, por miedo a contagiarse, de tal modo que se ha calculado que se atendieron un 40 % menos, lo que supuso incremento de muertes y complicaciones posteriores.

En este sentido, en Estados Unidos demostraron que los pacientes que ingresaron en las primeras etapas del covid-19 con un infarto de miocardio con elevación del segmento ST (IAMEST) e infección por coronavirus tenían significativamente menos probabilidades de recibir procedimientos coronarios diagnósticos o terapéuticos invasivos que aquellos sin coronavirus, así como una diferencia significativa en la tasa de mortalidad hospitalaria (15,2 % frente al 11,2 %). Los hospitales tuvieron que restringir la realización de cirugía cardíaca electiva, para preservar los ventiladores, los quirófanos y las camas ucis. Es decir, causó un cambio total de los hábitos de los hospitales.

«La incidencia de la miocarditis por covid aún no está clara, ya que en la literatura se cita una amplia gama de cifras. Sin embargo, parece que el riesgo de desarrollar miocarditis aumenta con una infección más grave. Incluso, se ha comprobado que, en algunos casos, muy pocos, la administración de la vacuna mRNA se ha asociado con el desarrollo de miocarditis, particularmente después de la segunda dosis. La evidencia reciente sugiere que las tasas de miocarditis son de alrededor de 12,6 casos por millón de administraciones de la segunda dosis de vacunas de ARNm entre personas de 12 a 39 años, con predominio de hombres jóvenes. Lo que ha quedado claro es las infecciones leves o asintomáticas por SARS-CoV-2 se asocian con un nivel muy bajo de efectos cardíacos adversos, incluyendo a los deportistas, que han podido reanudar gradualmente su actividad física tras un período de descanso de siete a diez días», concluye

«Y tal y como antes he indicado, las complicaciones tromboembólicas se han descrito como una complicación común en el curso del covid, particularmente en los casos graves de la enfermedad, con una mayor incidencia de tromboembolismo venoso y embolismo pulmonar principalmente en los pacientes ingresados ??en la uci. También se ha demostrado que promueve arritmias e interfiere con el sistema de conducción eléctrica cardíaca. Así, la taquicardia sinusal, es decir, tener pulsaciones por encima de 100 latidos por minuto, representa la taquicardia más común en pacientes hospitalizados, seguida de la fibrilación auricular», apunta con preocupación.

«No podemos obviar que este coronavirus ha provocado muchos problemas en nuestra salud cardiovascular, y probablemente todavía no sepamos muchas complicaciones que pueden estar latentes o que estamos viendo en forma de covid persistente, como la fatiga, dolor torácico, taquicardia ortostática postural (POTS), disnea de esfuerzo, debilidad o hipotonía. Nos falta mucho por conocer de la fisiopatología de este virus; se postula por la existencia de una respuesta inflamatoria crónica, una respuesta autoinmune a los antígenos cardíacos, una disfunción endotelial y microvascular persistente, así como rigidez arterial y una carga oxidativa persistentemente alta para mantener la disfunción que refieren algunas personas… Falta mucho por conocer», avanza.

El cardiólogo no pierde la esperanza de que la Humanidad obtenga un aprendizaje de la mala etapa que ha vivido. «La pandemia podría ser un punto y aparte para el papel esencial que juega el ejercicio físico en nuestra vida. Es la mejor medicina para nuestra salud. No hay ningún medicamento que aporte más beneficios que hacer ejercicio de forma habitual y rutinaria. La actividad física ayuda a prevenir y tratar la obesidad, las enfermedades cardiovasculares, la diabetes, las enfermedades hepáticas, el cáncer y otras enfermedades, mejorando la ansiedad y la depresión», arenga. «Hay numerosas pautas o programas de ejercicio, pero básicamente la combinación de una actividad aeróbica (caminar, nadar, ir en bicicleta, trotar), un entrenamiento de resistencia con fortalecimiento muscular, junto a un entrenamiento de equilibrio, puede ser altamente beneficiosa. Además, los nuevos métodos de entrenamiento basados ??en bajo volumen y alta intensidad, como el entrenamiento interválico de alta intensidad (HIIT), pueden ser muy adecuados», recomienda.

«Tenemos que concienciar a toda la población, desde los más pequeños (absorbidos por las nuevas tecnologías que aumentan el sedentarismo), hasta los más mayores (que tienen miedo a tener complicaciones), que el ejercicio es salud, que es muy beneficioso, y que todo lo que hagamos hoy tendrá buenas repercusiones para el mañana. Para ello, los profesionales sanitarios, las instituciones públicas, y las diferentes administraciones deberíamos impulsar esta idea, concienciando a la población que hay que cuidar nuestra salud cardiovascular a través de la actividad física», propone.

LAS CLAVES

Dicotomías perversas

La pandemia fue distinta para los ciudadanos de las áreas urbanas y los habitantes de las zonas rurales. Asimismo, los deportistas profesionales y los profesionales de la deporte salud se vieron inmersos en realidades muy diferentes.

Protocolos y licencias

Las autoridades establecieron pautas para manejarse en los clubes, centros bajo techo e incluso para actividades al aire libre. El poso que han dejado es un crecimiento de las disciplinas en espacios abiertos, en detrimento de los deportes que se practican bajo techo.

 Psicología: regreso al 2019

Los deportistas aficionados recuperan sus costumbres, aunque lentamente.

 El deporte es la salvación y refuerza el sistema inmunitario

Las actividades físicas y deportivas al aire libre se convirtieron en salvavidas para muchas personas después del confinamiento. Su práctica y el cuidado emocional son fundamentales para alcanzar el bienestar. El ejercicio es la base de la calidad de vida de muchos enfermos.

Entrenamiento telemático persistente

Los tutoriales por Internet fueron las herramientas más utilizadas por monitores y clientes-pacientes en la lucha contra el sedentarismo y en los tratamientos médicos. En muchos casos, la fórmula se mantiene.

Riesgos durante y después de la enfermedad

Todavía se están estudiando los efectos en las patologías cardiovasculares y pulmonares de los deportistas.