El 80 % de los gallegos creen que el cambio climático se está agravando

SOCIEDAD

Los restos de Castro Candaz, cuando en 2020 volvieron a estar a la vista tras la bajada de nivel del agua en el embalse de Belesar
Los restos de Castro Candaz, cuando en 2020 volvieron a estar a la vista tras la bajada de nivel del agua en el embalse de Belesar ROI FERNÁNDEZ

La mayoría consideran que se trata del mayor desafío que afronta la civilización y señalan al ser humano como responsable directo

19 may 2023 . Actualizado a las 17:38 h.

El interés de la población gallega por la meteorología ha sido históricamente especialmente alto. Y tiene su lógica. El noroeste de la Península representa una de las regiones de todo el mundo donde las condiciones atmosféricas son más cambiantes. Por ello, consultar el pronóstico del tiempo cada día supone casi un acto reflejo.

Además, en el contexto actual de calentamiento global, Galicia es una región muy vulnerable. La comunidad se encuentra justo en el cruce de caminos entre un clima oceánico y el mediterráneo. Si, por ejemplo, la desertificación avanza desde el sur de la Península, Galicia sería sin duda una de las regiones más afectadas ya que el cambio sería radical respecto a las condiciones que tenemos ahora.

Por ello, el aumento de la temperatura global representa un desafío y la población gallega así lo asume. Una encuesta elaborada por Sigma Dos para la Fundación AXA en febrero de este año revela hasta qué punto resulta un asunto de vital importancia para la sociedad gallega.

El estudio que fue presentado ayer en Vigo elimina cualquier atisbo de negacionismo entre la población. El 83 % de los encuestados aseguran que sí se está produciendo un cambio climático y el 75 % señalan directamente al ser humano como responsable, en concreto, apuntan a la deforestación y las actividades industriales. Además, el 76 % confiesan estar muy preocupados y considera que se trata de la mayor amenaza que afronta la humanidad, por encima de otros graves problemas como el terrorismo. Sobre el nivel de preocupación, un dato bastante significativo que revela la encuesta es que resulta mayor entre los gallegos de 45 a 64 años (56,4 %) que entre los jóvenes (35,3 %).

El 80 % de la población también piensan que el calentamiento global ha empeorado en los últimos años y que se está produciendo un aumento de los fenómenos meteorológicos extremos. Una percepción que efectivamente se corresponde con la evidencia científica y la realidad. Sin ir más lejos, el 2022 fue un año especialmente extremo. Galicia fue testigo y víctima de la profunda transformación que está experimentando el ciclo del agua. Si los primeros nueve meses fueron muy secos, los tres últimos acabaron siendo extremadamente húmedos. También es motivo de inquietud para los gallegos el derretimiento de los polos de la Tierra que provocará un aumento importante del nivel del mar. Un efecto que puede tener una incidencia notable en las costas de la comunidad.

En lo referente al impacto que pueda tener la crisis climática sobre la vida cotidiana, la mayoría de los gallegos considera que el cambio climático afectará a su salud y a la alimentación. Las enfermedades respiratorias y los efectos que provocan las olas de calor son las principales preocupaciones.

Este trabajo demoscópico también ha preguntado sobre el grado de compromiso a título individual. El 78,8 % lamentan que el coste de los productos frena su voluntad de tener actitudes más sostenibles. Los comportamientos que en mayor medida realizan se centran, sobre todo, en trata de evitar desperdiciar comida y reciclar productos. Además, un 57,5 % de los encuestados admiten que resulta bastante o muy necesario reducir el nivel de confort en beneficio del medio ambiente. En este mismo sentido, el 82 % consideran bastante urgente tomar medidas, pero aseguran que los gobiernos y las empresas privadas no están a la altura del problema. A pesar de todo, los autores de este estudio concluyen que tras el análisis da datos, literalmente «no se observa una gran disposición a cambiar de hábitos para reducir la huella ambiental, especialmente en lo referente a la alimentación».