Suecia gana la final de Eurovisión 2023

C. Novo REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Es la segunda victoria para Loreen, que consiguió el micrófono de cristal en el 2012 con «Euphoria». España termina en la 17ª posición tras recibir solamente 5 puntos del público

14 may 2023 . Actualizado a las 11:16 h.

Suecia se ha convertido en la ganadora de la final de la 67ª edición del festival de Eurovisión 2023. Lo decían las apuestas, los ránkings de los eurofans y la prensa especializada. La noche del sábado, tal y como estaba previsto, Loreen revalidó su victoria en el certamen con Tattoo. La artista, que ya se alzó en el 2012 con el micrófono de cristal gracias a su tema Euphoria, se ha convertido en la primera mujer en ganar por segunda vez Eurovisión. Para Suecia es su séptima victoria, igualando en números a Irlanda, el país que hasta ahora encabezaba el palmarés. 

En cuanto a cifras, Loreen ha conseguido 340 puntos por parte del jurado, batiendo el récord que en el 2018 consiguió Salvador Sobral. En total, contando el televoto, dónde obtuvo 243 puntos, es la mejor posición de la historia de la competición. Sus 583 puntos solo la dejan por detrás de Sobral y de Kalush Orchestra, los ganadores de la pasada edición.

Tattoo es una canción de amor. «Caminaré a través del fuego y de la lluvia solo para acercarme a ti», cantó anoche. Como puesta de escena, dos plataformas que se ensanchaban a medida que Loreen las empujaba con los brazos y con las piernas.

El segundo clasificado fue el finlandés Käärija. Su canción fue la favorita del público, que lo dejó claro en el estadio de Liverpool. Mientras se repartían los votos, los eurofans tarareaban es estribillo de Cha cha cha. Su propuesta obtuvo la máxima puntuación en el televoto, 376 puntos, pero no pasó lo mismo con la valoración del jurado profesional. Se quedó justo por debajo de Loreen, con 526 puntos. Su enérgico tema, que habla de la diversión y de la fiesta, arrancó los pasos del público durante su presentación. Mientras, él cantaba: «Una semana dura y muchos días largos se han quedado atrás, solo me interesa la piña colada y la vida nocturna».

Blanca Paloma se ha tenido que conformar con una 17ª posición. En las apuestas partía como una de las cinco favoritas y consiguió que el jurado profesional de 21 países apostara por ella, pero el voto del público ha penalizado su candidatura. Obtuvo cinco puntos en el televoto, el número más bajo que se repartió anoche. Lejos quedan los 231 puntos que el público le dio al Slomo Chanel. Cinco puntos fueron los que obtuvo Manel Navarro con Do it for your lover.  «Esto ha sido una semilla que hemos plantado para que vaya creciendo en los corazones de la gente», dijo la ilicitana a RTVE justo al terminar la retransmisión. «Ojalá en el futuro haya propuestas más arriesgadas», continuó.

La representante española se subió de octava al escenario. La ilicitana, al igual que en los pases previos, hizo una actuación perfecta a nivel vocal. La realización, sujeta a cambios para adecuarse a las posibilidades técnicas del escenario, ha sido una de las más inquietantes de la noche. Al terminar la última nota, una ovación sacudió el Liverpool Arena. 

Eaea se podría definir como una canción de flamenco reinventada con toques electrónicos. La narración, en español, se construye como una nana, un saber que pasa de generación a generación. Tal y como la describió la artista, también compositora, es «una historia de amor que va mas allá de la muerte». Así se entienden versos como «mi niño, cuando me muera que me entierren en la Luna y todas las noches te vea».

La actuación arrancó con Blanca Paloma recorriendo el mantón de su yaya Carmen, representado en escena a través de unos flecos rojos que colgaban del techo y llegaban hasta el suelo. Ella se balanceaba y su cabeza la recogían las manos de sus coristas, muy presentes en escena con sus bailes alrededor de la representante. Una vez terminó el pasillo, comenzó un juego de luces y de planos obtenidos a través de doce cámaras. En uno de los más aplaudidos, Blanca Paloma sujetaba una luz en la palma de su mano. 

La propuesta de Noa Kirel, representante de Israel, fue otra de las favoritas. Se coló en el top 3 con su canción, Unicorn, que repitió antes del estribillo una palabra en español: «Fenomenal». Sin embargo, la parte más aplaudida en Liverpool fue la del dance break. De repente, cambió el ritmo, la melodía y ella comienzó a bailar en el suelo. Si se hubiera antepuesto a Suecia y a Finlandia, habría sido la quinta vez que Israel ganara el micrófono de cristal. En el 1978 lo hizo con Izar Cohen, en el 1979 con Milk and Honey, en el1998 con Dana Internacional, y en el 2018 con Netta Barzilai.

Recogiendo el testigo de los anteriores vencedores, el dúo ucraniano Tvorchi contó que compuso su canción la primavera pasada, cuando los soldados de Ucrania defendían Mariupol de la invasión de Rusia. Compuesta en inglés y no en ucraniano, como hizo Kalush Orchestra, Heart of steel es un alegato por la libertad. «No tengas miedo a decir lo que piensas porque alguien está escuchando», cantan. Aunque había expectación en torno a su candidatura, terminaron sextos, por detrás de Italia y de Noruega

Otra de las actuaciones que más ha llamado la atención fue la de Let 3, el grupo más veterano de esta edición de Eurovisión. Según explican, el título de la canción, Mama CS!, hace referencia a Rusia en forma de sátira. En su polémica actuación, todos los componentes del grupo vistieron vestidos largos, fueron maquillados y llevaron un bigote negro frondoso. En el fondo aparecieron unos misiles y cantaron: «Mamá compró un tractor para su pequeño psicópata».

El grupo croata Let 3 fue uno de los diez clasificados para la final.
El grupo croata Let 3 fue uno de los diez clasificados para la final. DPA vía Europa Press | EUROPAPRESS

26 actuaciones

Fueron 26 los países que compitieron por el codiciado micrófono de cristal. Las primeras en actuar fueron Teya & Selena. Desde el tercer puesto de Cesar Sampson en Lisboa, en el año 2018, Austria no había vuelto a competir en una final de Eurovisión. Aunque su actuación es la primera, se postulan como una de las favoritas del público, candidatas a llevarse una buena posición en el televoto. Su canción, Who the hell is Edgar?, hace referencia al poeta estadounidense. Con humor, afirman que el fantasma del escritor ha entrado en sus cuerpos para crear una obra maestra a través de ellas. A medida que avanza la canción, la letra se vuelve una sátira hacia la industria musical.

El testigo de las austríacas lo recogió la portuguesa Mimicat. Contó que escribió la entrada de su canción, Ai Coração, en solo cinco minutos. Dejó atrás las baladas por las que ha apostado Portugal en los últimos años para presentar una propuesta animada e inspirada en la puesta en escena del teatro musical y del cabaret. Remo Forrer, de Suiza, interpretó Watergun, una canción antibelicista, que recordaba los juegos de la infancia, pacíficos, en contraposición a la guerra. 

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Blanka, de Polonia, fue elegida en la preselección de su país por encima del gran favorito. Su pegadiza Solo está escrita en inglés, pero en el estribillo canta repetidamente la palabra en español. «Ahora te mostraré lo que estás perdiendo, ahora estoy mejor solo», dijo mientras ejecutaba una coreografía al más puro estilo de TikTok. Luke Black, de Serbia, presentó la propuesta más experimental de toda la edición. El sonido, encuadrado en la electrónica más oscura, no le ha asegurado el beneplácito del voto. No obstante, con su paso en semifinales, es la primera vez que todos los países participantes que formaban parte de la antigua Yugoslavia se clasifican para la final.

PHIL NOBLE | REUTERS

La Zarra, de Francia, defendió su canción Évidemment subida en una plataforma. Aunque las casas de apuestas la situaban entre las favoritas para hacerse con el micrófono de cristal, se quedó en laparte baja de la tabla. Según la delegación francesa, la canción representa la personalidad misteriosa de la candidata. «En mi cabeza no es tan evidente, busco la verdad mientras la evito», canta, en un estilo que recuerda a la canción francesa de Edith Piaf con toques heredados de la música disco. La séptima actuación de la noche fue la de Chipre. Su puesta en escena jugó con los elementos de la naturaleza, el agua y el fuego.

Le siguió Blanca Paloma, que regaló una actuación perfecta a nivel vocal, y Loreen, de Suecia, la gran favorita. Albania subió al escenario a Albina y a su familia, los Kelmendi. El sexteto interpretó Duje, un tema en albanés. Le siguió Italia, una de las canciones que, según las apuestas, entraría entre las diez favoritas. La representante de Estonia, Alika, presentó una balada en la que deslumbró su técnica vocal.

De rosa actuaron Vesna, de República Checa, un grupo de mujeres que transmitieron un mensaje feminista con su canción My Sister's Crown. «Ya no somos tus muñecas», repitió el sexteto. Voyager, de Australia, con un coche en el centro del escenario, combinó toques de pop y de heavy metal en Promise. Podría ser la última actuación del país en Eurovisión, porque el contrato que firmaron la UER y la emisora australiana SBS finaliza este año. 

Gustaph, de Bélgica, llevó la festival Because of you al escenario. Con toques disco, habla de la tolerancia. Al final, un bailarín vestido del mismo rosa que él salió a escena para hacer unos pasos de voguing. Brunette, de Armenia, presentó una balada en la que incluyó un dance break. La de Moldavia fue una propuesta de inspiración étnica. Pasha Parfeny evocó un ritual ceremonial entre tambores y coristas. Alemania apostó por el metal con Blood & Glitter, de Lord of the Lost.

Nuevo sistema de votación

Eurovisión no es ajeno a la polémica. El año pasado saltaban todas las alarmas sobre el sistema de votación después de que seis países aseguraran que los votos de sus jurados nacionales habían sido modificados por la UER. Con la voluntad de evitar posibles irregularidades, el sistema dio un giro en esta edición. El resultado final del certamen dio al voto del público un peso ligeramente superior al de los jurados oficiales de los países participantes.

Como principal novedad, pudieron votar por internet los telespectadores que vieron el festival desde países que no participan. Tal y como señaló la organización, «los votos de los países no participantes se combinarán para crear una puntuación con el mismo peso que la de un país participante, tanto en las semifinales como en la gran final». Así, «se dará al público general un mayor impacto en el resultado final, aproximadamente el 50,6 %».

Por parte de Televisión Española, los votos del jurado oficial fueron comunicados por Ruth Lorenzo, representante de España en Eurovisión 2014 con Dancing in the Rain. La cantante sustituyó a Nieves Álvarez como portavoz y emitió el veredicto desde Benidorm.

Recuerdo a Ucrania

El año pasado, el grupo ucraniano Kalush Orchestra se hacía con el micrófono de cristal gracias a la canción Stefania. No obstante, ante la imposibilidad de celebrar el certamen dentro de sus fronteras, la Unión Europea de Radiodifusión (UER) designó al segundo país clasificado, el Reino Unido con el Spacemen de Sam Ryder, como epicentro del festival. De ahí viene la primera peculiaridad de esta atípica edición: el país organizador no es el ganador de la edición anterior.

La gala estuvo cargada de referencias a Ucrania, pero el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, no podrá hablar durante la final. Lo comunicó el jueves pasado la UER,  que a través de un comunicado ha recordado que «Eurovisión es un programa de entretenimiento internacional que responde a unas estrictas normas y principios establecidos desde su creación».

Como parte de estas normas, han explicado, se prohíbe realizar comentarios políticos o de índole similar, por lo que han rechazado la petición del presidente de Ucrania, que aunque consideran tiene «intenciones admirables», no se corresponde con las reglas de la organización.