El Gobierno creará un permiso laboral retribuido para evitar suicidios

Alfonso Torices MADRID / COLPISA

SOCIEDAD

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Familiares o amigos podrán cogerse una baja médica para acompañar y cuidar al paciente en situaciones de riesgo vital inminente durante un máximo de dos semanas

18 abr 2023 . Actualizado a las 14:00 h.

El Gobierno va a diseñar y aprobar un permiso laboral extraordinario y retribuido al 100 % para evitar suicidios. Para que familiares o amigos, cuando así lo decida el médico, puedan acompañar a las personas en alto riesgo cuando se encuentren en estas situaciones límite, para que, además de cuidarlas, contribuyan a que abandonen la decisión de quitarse la vida. El Ejecutivo pretende tener aprobado el nuevo derecho en semanas o meses y, en cualquier caso, antes de que la legislatura termine este otoño.

Se trata de la aceptación por el Ejecutivo de una demanda urgente que el pleno del Congreso, por unanimidad, le trasladó el pasado 23 de febrero a propuesta de Más País. La Cámara Baja instó al Consejo de Ministros a poner en marcha esta medida para romper con el que los expertos consideran el mejor aliado de los pensamientos suicidas: la soledad.

El Ministerio de Seguridad Social ha recogido el guante lanzado por el Legislativo y ha creado un grupo de trabajo para diseñar este permiso. En cuanto tenga una propuesta —algo que sus responsables esperan que ocurra en dos semanas—, la trasladará a la mesa del diálogo social para que sindicatos y empresarios la debatan y realicen sus aportaciones para establecer la fórmula jurídica más adecuada, así como su encaje concreto en el sistema de prestaciones de la Seguridad Social. El Ministerio de Seguridad Social entregará en dos semanas su propuesta a sindicatos y empresarios para que la debatan y ratifiquen.

España sufre una cifra récord de suicidios. Supera los 4.000 fallecidos anuales. Once muertes al día que, en realidad, son bastantes más, porque los expertos estiman que entre el 30 % y el 40 % de estos decesos o no se detectan o bien se ocultan por el entorno de la víctima. El brutal impacto de la pandemia en la vida y la salud mental de muchos españoles ha acelerado la tendencia al aumento continuado de las autolesiones iniciado hace una década, con crecimientos especialmente acelerados y alarmantes entre jóvenes y adolescentes. Es la primera causa de muerte no vinculada a las enfermedades en España y cuadruplica los fallecimientos provocados por los accidentes de tráfico.

El acuerdo para impulsar el nuevo permiso se cerró el lunes pasado en una reunión de trabajo entre el ministro, José Luis Escrivá, y el portavoz de Más País, Íñigo Errejón, según confirmó este martes el propio diputado. La idea, aún por depurar y concretar, es que el permiso tenga forma jurídica de baja laboral —prestación por incapacidad temporal— o no, lo conceda el médico o especialista que trata a la persona en alto riesgo de suicidio y que su acompañante tenga una licencia de una semana de duración, prorrogable a otra, durante la que el Estado le pagaría el 100 % del salario y su empleador tendría la obligación de facilitar la licencia.

El permiso no está pensado para salir al paso de cualquier tipo de ideación suicida. Su objetivo es asegurar el acompañamiento y los cuidados solo en los casos más extremos, en los momentos puntuales en los que el médico o el psicólogo certifican un riesgo inminente para la vida. Se estaría hablando, no obstante, de varias decenas de miles de casos anuales, pues las estimaciones apuntan que en España se producen unos 200 intentos de suicidio diarios.

Un nuevo derecho

La razón de la retribución al 100 % es simple. Debe ser una derecho exigible en todo caso, ajeno a la situación económica y laboral particular de los miembros de la familia que sufre la crisis psicológica, un beneficio garantizado con independencia de que sus padres, hermanos, hijos o amigos puedan o no permitirse dejar de trabajar unos días para atender la emergencia vital.

La propuesta del Congreso señala que, sea cuál sea la fórmula que se adopte, la licencia extraordinaria la debería otorgar el especialista que atiende al enfermo, que es quien puede certificar la situación de riesgo inminente. Debería ser también este médico, psiquiatra o psicólogo clínico quien precise la duración de la baja de acompañamiento, con un límite máximo de 15 días.

El Legislativo defiende que el permiso de cuidados debería poder solicitarlo la persona en grave riesgo vital y que desde luego debe ser él quien determine cuál es la persona en quien más confía para esta delicada tarea.