Reservan mesa y no se presentan: ¿tiene sentido cobrar fianza en los restaurantes?

La Voz REDACCIÓN

SOCIEDAD

Xaime Ramallal

Los episodios de clientes que cancelan en el último minuto o que directamente no aparecen sin avisar se han multiplicado en los últimos tiempos. Debate: ¿estás de acuerdo con que ciertos establecimientos exijan un depósito?

23 abr 2023 . Actualizado a las 21:41 h.

Conseguir mesa ciertos días en algunos restaurantes se ha convertido en una misión ardua que lleva a muchos clientes a optar, cada vez más, por las reservas anticipadas. El «ya vamos viendo sobre la marcha» es cada vez una apuesta más arriesgada, y tras la irrupción de la pandemia y los ya superados aforos limitados, prácticamente todo el mundo opta ahora por reservar mesa horas o días antes. Pero, como consecuencia de esto, también sucede cada vez más un fenómeno con consecuencias nefastas para los negocios de hostelería, lo que en la jerga se conoce con el anglicismo de no show, es decir, reservar y luego no presentarse.

Se trata de una cuestión que ha golpeado a algunos establecimientos durante esta pasada Semana Santa, con varios casos especialmente llamativos, y que ya ha abierto en Galicia un debate hasta ahora inexistente: el de la necesidad de cobrar una fianza cuando se hace una reserva.

Uno de los episodios más chocantes de esas mesas fantasma sucedió el domingo de Pascua en Silleda, en el restaurante A Fonte de Piñeiro. Un grupo de nada menos que 22 personas había reservado mesa para disfrutar de una parrillada, y ante el nutrido grupo de personas, se les habilitó un comedor entero para que estuvieran cómodos. Pero, a la hora de la verdad, ningún comensal apareció. «Moita xente tiña reserva, pero a outra tivemos que deixala sen atender porque, co comedor pequeno reservado enteiro, non dabamos para máis», comentaba el empresario Óscar Rivas. La mesa estaba puesta, y dos camareros habían sido asignados a ese multitudinario grupo. Una hora después, desde el restaurante llamaron a los supuestos clientes y, tras varios intentos, el hombre le contó que habían tenido un imprevisto y que pensaba que alguien ya había avisado para cancelar.

Un malentendido, o una excusa, que no tuvo otro de los grandes afectados de esta Semana Santa. En el restaurante A Centoleira de Bueu tenían una reserva para 11 comensales, que nunca llegaron al establecimiento. El responsable del negocio, Xulio Estévez-Laiseca, que compartió el caso en su Facebook, acabó llamando a la clienta. Y su respuesta fue sincera, pero no menos hiriente: «Lo siento, lo olvidé», le dijo como única razón para no acudir a la comida. «Gracias por contestar mi teléfono después de que no aparecieras. Gracias por no haber improvisado alguna típica excusa», decía, con retranca, el hostelero en su publicación en las redes sociales, que se viralizó y recibió cientos de muestras de apoyo por parte de usuarios y hosteleros por igual. Algunos, de hecho sugirieron cobrar una fianza como solución ante desmanes como ese.

También en A Coruña se han sucedido varios casos similares durante la Semana Santa, que estuvo marcada en Galicia por una meteorología tan espectacular que sin duda hizo a muchos cambiar sus planes. Iria Espinosa, copropietaria de Árbore da Veira y de la anexa Taberna 5 Mares, no ocultó su enfado y rabia: solo el Viernes Santo cancelaron en el último momento la mitad de las mesas que tenían reservadas a través de la aplicación de El Tenedor. En un restaurante como el suyo, con estrella Michelín y situado en el monte de San Pedro, que no es una zona de tránsito, esas cancelaciones no son fáciles de suplir. De hecho, ellos ya piden fianza, pero solo para mesas de más de 8 personas.

También en el restaurante Eclectic, que en un día como el Viernes Santo solo tenían cuatro clientes, porque el resto habían cancelado menos de un día antes.

Otros, como Terreo, con algunas de las mesas más codiciadas de la ciudad, ya se adelantan a las posibles cancelaciones y llaman para reconfirmar las reservas. «Es una pérdida de tiempo tremenda, pero es una solución para los que no cobramos fianza», dice uno de los propietarios.

La fianza todavía no está asentada en Galicia, pero puede ser que el comportamiento poco cívico y de poca empatía de algunos de los clientes de la hostelería acaben haciendo de esta práctica algo habitual.