Ángel Carracedo reivindica la bondad en su ingreso en la Academia de Medicina

M. Carneiro A CORUÑA / LA VOZ

SOCIEDAD

Germán Barreiros

El genetista alerta sobre los trastornos psiquiátricos, «os grandes esquecidos»

01 abr 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Ángel Carracedo Álvarez (Santa Comba, 1955), «el científico más conocido, importante y querido de Galicia» y primera autoridad mundial en medicina forense, ingresó ayer en la Real Academia de Medicina en una sesión solemne aligerada por la humildad del homenajeado, un hombre «sin despacho propio ni secretaria que le lleve sus agendas, sabio despistado y accesible» que aprovecha los desayunos en el bar Retrincos de Santiago para citarse con algún miembro de su grupo, bautizado por el desaparecido oftalmólogo Manuel Sánchez Salorio como «la factoría genética de Carracedo».

De la laudatio se encargó Javier Jorge Barreiro en la contestación a su discurso de ingreso, «Desde a bioloxía forense ás ciencias ómicas forenses: Historia da evolución da xenética forense». Autor de más de 1.000 artículos en revistas científicas, 150 proyectos de investigación con más de 5.000 citaciones anuales, 8 patentes, 105 tesis doctorales dirigidas y 3.000 conferencias impartidas en 70 países, Ángel Carracedo dedicó gran parte de su vida a «pescar genes» relacionados con enfermedades, tuvo a más de 100 investigadores a la vez bajo su responsabilidad y recibió «tantos honores —resumió Barreiro— que es más fácil y sencillo nombrar los que le faltan: el Príncipe de Asturias y el Nobel».

Premio Fernández Latorre en el 2011, pionero en el estudio de la paternidad gracias a la Ley de Filiación de 1981 y artífice de la crucial Fundación Pública de Medicina Xenómica, el genetista dedicó su discurso a Luis Concheiro, «cuxas ensinanzas e exemplo foron decisivos na miña vida profesional» desde que en 1978, con la carrera recién terminada (Premio Extraordinario de Licenciatura con el número 1) se presentó ante el catedrático para trasladarle su interés por la medicina legal. «Se presentó un joven enjuto con el pelo acaracolado y unas gafitas de anarquista ruso, a través de las que se veían unos ojos vivos y escrutadores», recordaría años después Concheiro, que vio su certificado de estudios y lo fichó como becario.

Aportación a la Justicia

Antes de pronunciar su discurso, Ángel Carracedo repasó su contribución a través de la medicina legal humanitaria, «devolver restos non identificados a familiares, xente que foi falsamente acusada e que quedou en liberdade grazas ao que fixemos, ou agora, a partir dos xenes que descubrimos, poder dar diagnósticos, pero non só iso, hoxe unha paciente dicía que nunca a trataran con tanto cariño, e iso é o máis importante, con moita diferenza. A xente á que podemos axudar compensa unha vida de esforzo e traballo, moito máis ca ningún avance nin contribución á ciencia, de tantos médicos, non só eu».

Queda por delante, advierte, «atopar a causa de moitas enfermidades que non se coñecen ben, tratamentos para a xente que sufre, e encantaríame entender os trastornos psiquiátricos, que son os grandes esquecidos e hai moitísimo que facer en todos os aspectos, empezando por evitar o estigma, por integralos e buscar tratamentos axeitados».

El éxito de la especie humana, en biología, radica en el éxito reproductivo. «Moi fortes no mundo occidental non estamos, pero tampoco me preocupa que perdamos capacidades fisicas ou mesmo capacidades como o cálculo, mentras progresemos noutras intrinsecamente humanas como a bondade, a tenrura ou o cariño, as cualidades especificamente humanas. Preocúpame máis que non progresemos axeitadamente nestas», afirma.

De forma «modesta y abnegada», destacó Francisco Martelo, presidente de la Academia de Medicina, Ángel Carracedo ensanchó desde Galicia los límites de la secuenciación genómica y la medicina molecular, y creó infraestructuras para la medicina de precisión, «pero siendo capaz de dar el paso de aproximarse a los pacientes en directo, para ayudarles y aliviarles en su desconcierto o desconsuelo».