Kieran Culkin: «Pensé que ''Succession'' era maravillosa, pero que no iba a tener éxito»

maría estévez LOS ÁNGELES / COLPISA

SOCIEDAD

El actor Kieran Culkin interpreta a Roman Roy en «Succession»
El actor Kieran Culkin interpreta a Roman Roy en «Succession» Macall Polay

El actor se despide de Roman, uno de los hijos del magnate Logan Roy, en la cuarta y última temporada de la serie

26 mar 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Todos los imperios acaban cayendo y el de la familia Roy en Succession, también. La exitosa serie sobre la familia más poderosa de la televisión, los Roy, estrena su cuarta y última temporada este 27 de marzo en HBO Max, cerrando así las puertas a un drama dinástico que ha cautivado a millones de personas con su delirante combinación de obscenidades, traiciones, enfrentamientos y juegos de poder. Su creador, Jesse Armstrong, sorprendió al mundo cuando reveló que la cuarta temporada sería la última. Los propios actores se quedaron boquiabiertos. La trama de la serie giró al final de la tercera temporada, cuando el magnate Logan Roy logró engañar una vez más a sus hijos y vender su conglomerado empresarial. Nominado a dos Globos de Oro por su papel como Roman Roy, el tercer hijo de Logan, el actor Kieran Culkin (Nueva York, 40 años) se ha consolidado como uno de los personajes más divertidos y fascinantes del panorama televisivo. A diferencia de su hermano mayor en la vida real, el famoso Macaulay de Solo en casa, Kieran supo cruzar con dignidad el puente de estrella infantil a actor adulto. Ahora se despide de Succession y, como él mismo confiesa, todavía no está preparado para ello. 

—Su personaje es el que más ha evolucionado en la serie. De no querer saber nada de la empresa a posicionarse como heredero y a aliarse ahora con sus hermanos contra su padre. ¿Qué le ha parecido ese giro?

—Cuando conocimos a Roman por primera vez, él estaba fuera de la compañía y trabajaba en un estudio de cine en Los Ángeles. Pero en el momento en que hay una ventana para regresar, salta sin dudarlo. La ambición del hombre de negocios siempre ha existido en su personalidad por mucho que la enmascarase en el pasado.

—¿Cuál ha sido el mayor reto?

—No acomodarme. Roman no es plano y no he permitido que lo sea. Hay mucho más en él que el hermano bromista o payaso. Es fácil para el público verlo como una distracción dentro de la familia, pero es mucho más inteligente de lo que la gente piensa.

—¿Cómo se sintió cuando supo que esta iba a ser la última temporada de «Succession»?

—Tengo muchos sentimientos encontrados con respecto al final. Por un lado, soy un admirador de la serie y podríamos haber seguido un año más. A mí me habría gustado porque ha sido el mejor trabajo de mi carrera y probablemente no vuelva a tener una oportunidad de este calibre. Hay más historias que contar al público sobre esta familia, pero es la serie de Jesse Armstrong y él cree que ha llegado el momento de terminar. En cuanto a decir adiós a Roman no estoy preparado ni para procesarlo, pero puedo asegurar que el final es buenísimo.

—En un mundo en el que es muy difícil triunfar, con tantas series y personajes y tanto donde elegir, ¿cómo ha conseguido convertir a Roman Roy en un personaje tan mordaz?

—¡Lo dices como si no hubiera un equipo de guionistas! Forma parte del circo en el que se esconde mi personaje para distraer sus verdaderas intenciones. Tiene grandes líneas de diálogo, es divertido, mordaz y soez, pero es parte de su encanto para no mostrar directamente sus ambiciones. Toda su comedia es una manera de protegerse y no dejar que nadie penetre en sus verdaderos sentimientos. El humor es una coraza que surge de su soledad.

—¿En algún momento se ha sentido poseído por el personaje enfrentando su propio lado oscuro a través de Roman?

—Probablemente. Hay mucho dentro de Roy que no he conseguido transmitir porque no lo he descubierto. Hay una cantidad enorme de oscuridad, pero él sabe cómo manejarla. Como actor me ha gustado explorar su personalidad, trabajando muchas horas para meterme en su piel, y eso me gusta porque me ha permitido salir de mí mismo y de mi dosis de oscuridad.

—¿Se ha liberado gracias a Roman Roy?

—No. Ya estaba liberado antes de conocer a Roman (se ríe), aunque tal vez me haya ayudado a crecer como ser humano. No me gustaría salir con él en la vida real, pero es muy divertido ser el tipo que no tiene filtro: literalmente puede decirle cualquier cosa a cualquiera y salirse con la suya. Eso es liberador en el clima actual en el que las personas deben tener cuidado con sus palabras.

—¿Por qué cree que nos sentimos atraídos por personajes tan perturbados?

—Supongo que estamos todos un poco enfermos (bromea). Todavía no he conseguido saber el motivo. Recuerdo que cuando me ofrecieron el primer guion de la serie, me emocioné. Desde el primer momento quise interpretar a Roman Roy. Quería ser él y cuando me eligieron sentí como si me hubiera tocado la lotería.

—¿Pensó en el éxito de la serie?

—Cuando al principio mi mujer me preguntaba por la serie, yo creía que nadie la iba a ver. Se lo decía: es maravillosa, pero no va a tener audiencia. Así estaba de equivocado. El hecho de que los personajes sean incapaces de mostrar sus sentimientos, de que ninguno sepa expresar lo que siente, es lo que la hace tan seductora. Cuidamos y prestamos atención a cada personaje y los creativos nos dan a cada uno el tiempo necesario para brillar dentro de cada personaje. Ahí radica parte del éxito de Succession.

—Los ricos lloran por poder, no por amor...

—La riqueza es un escaparate. El poder compensa la falta de amor.