El reciente descubrimiento de vitamina B3 y uracilo en un asteroide, ingredientes básicos de la vida, rescata esta famosa hipótesis
26 mar 2023 . Actualizado a las 18:31 h.El descubrimiento de vitamina B3 y uracilo en el asteroide Ryugu, que son ingredientes básicos para producir la molécula ARN, uno de los pilares esenciales de la vida, ha permitido rescatar una vieja teoría conocida como Panspermia que significa «semillas por todas partes». Según esta tesis, los elementos fundamentales están en cualquier rincón del universo y llegan a los planetas por medio de los cometas y los asteroides.
El hombre que formuló la hipótesis fue el químico sueco Svante Arrhenius. En 1903 publicó un artículo cuyo título en castellano es Panspermia: la transmisión de la vida de estrella en estrella. Expone argumentos que explican cómo es posible que la vida se transmita de un cuerpo celeste a otro y menciona ideas definidas por él mismo de «atractivas» como, por ejemplo, que «todos los organismos del universo están relacionados entre sí y que el proceso de evolución es igual en todas partes».
Sin embargo, esta teoría ha sido siempre muy polémica y ha sido tachada como «inverosímil». Ahora gracias al hallazgo realizado por la sonda japonesa Hayabusa 2, la Panspermia adquiere nuevamente relevancia, al menos en el sentido de que se ha demostrado que los elementos básicos que crearon las primeras moléculas complejas proceden efectivamente del espacio exterior.
La primera misión Hayabusa había encontrado, en realidad, en otro asteroide estos mismos ingredientes, pero se pensó que las muestras estaban contaminadas por el ambiente de la Tierra. Las muestras que acaba de ofrecer la Hayabusa 2 del asteroide Ryugu vinieron en cápsulas selladas para evitar cualquier tipo de alteración.
En todo caso, en poco tiempo se dispondrán de nuevas evidencias. La nave espacial OSIRIS-REx que la NASA lanzó en el año 2016 se encuentra de regreso con una muestra que recolectó de la superficie rocosa del asteroide Bennu. Se trata de la primera misión de los Estados Unidos que protagoniza el hito de devolver una restos de un asteroide a la Tierra.
Está previsto que la sonda llegue el próximo mes de septiembre. «Una vez que la cápsula aterrice, nuestro equipo correrá contra reloj para recuperar la muestra y llevarla a la seguridad de una sala limpia», aclaró Mike Moreau, subdirector de proyectos en el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA.
Efecto invernadero
Si la ciencia acaba por darle la razón al sueco no sería la primera vez. En 1896 Arrhenius fue uno de los primeros en señalar que el aumento de la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera conlleva un incremento de la temperatura media y que la actividad humana era la principal fuente del crecimiento de las emisiones que ya se observaba.
Uno de los debates de su época era la causa de las glaciaciones. Arrehinus, junto con el físico irlandés John Tyndall y la climatóloga estadounidense Eunice Foote desvelaron que el dióxido de carbono y el metano bloquean la radiación infrarroja que emite la Tierra hacia el espacio exterior, algo que no sucedía con el oxígeno y el nitrógeno. Son gases de efecto invernadero. Si aumentan, la Tierra se calienta, y si disminuyen se enfría. Arrhenius también calculó que una reducción del CO2 a la mitad conllevaría un descenso en la temperatura mundial de 4 grados y se produciría una glaciación.
Arrhenius era un visionario que hoy sería calificado como «interdisciplinar», pero se sentía incomprendido. Así lo comunicó en el discurso que ofreció cuando recogió el Premio Nobel de Química en 1903 por su trabajo en el campo de la electroquímica. «Mis teorías han sufrido la desgracia de que realmente nadie sabía dónde ubicarlas. Los químicos no las reconocían dentro de la química, ni los físicos dentro de la física. De hecho, han tendido un puente entre ambas disciplinas».