La meteorología que unió a dos enemigos de la Guerra Fría

SOCIEDAD

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En 1960 un científico soviético y otro norteamericano impulsaron el mayor programa de vigilancia del tiempo atmosférico

19 mar 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Entre 1957 y 1961 la Unión Soviética puso en órbita el primer satélite artificial, el Sputnik, el primer ser vivo, la perra Laika, y el primer humano, el cosmonauta Yuri Gagarin. Estos tres hitos de la exploración hicieron sonar todas las alarmas en Estados Unidos. Eran los años de la Guerra Fría y los estadounidenses se vieron realmente amenazados. Al fin y al cabo el Sputnik fue diseñado inicialmente como un misil balístico intercontinental. La respuesta de Estados Unidos fue la creación de la Agencia Espacial (NASA) y de un programa lunar que completaría la misión de llevar un hombre a la Luna antes de acabar la década de los 60. Ese fue el compromiso que asumió el presidente Kennedy.

Pero algunos científicos comprendieron que el desarrollo de la tecnología satelital podría ser una excelente oportunidad para impulsar la cooperación en un mundo divido en dos bloques. Y una ciencia en concreto podría ejercer de lazo de unión: la meteorología.

En 1960, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) cumplía su primer década de vida prestando servicios a todo el planeta. Por entonces ya se había entendido que la atmósfera no tiene fronteras y que compartir datos era la única manera de ofrecer una información valiosa. Así que la OMM vio en el espacio exterior una oportunidad para crear una red satelital que cumpliese un doble objetivo: mejorar la predicción recopilando datos de la atmósfera superior y crear un programa de vigilancia mundial.

La dirección del organismo encargó el proyecto al hidrólogo soviético V. A. Bugaev y al meteorólogo norteamericano Harry Wexler. Mientras los gobiernos de sus respectivos países estaban al borde de un conflicto nuclear, Bugaev y Wexler crearon juntos el Programa de Vigilancia Mundial del tiempo que hoy sigue garantizando que cualquier país del planeta reciba información meteorológica fiable. Inicialmente la colaboración tuvo que llevarse en secreto porque Nikita Kruschev se opondría a compartir nada con el enemigo.

El 1 de abril de 1960 se lanzó el TIROS-1, el primer satélite meteorológico mundial. En 1964 se oficializó la colaboración entre ambas potencias. Kennedy escribió a Kruschev una carta en la que decía «haber prestado juntos un servicio a la humanidad». El soviético respondió. «Es un paso importante hacia el sometimiento del hombre a las fuerzas de la naturaleza».

En la historia de la ciencia hay otros episodios como el que protagonizaron Bugaev y Wexler que supieron trascender a su época en favor del progreso y la paz. Otro famoso caso fue el eclipse que unió al inglés Arthur Eddington y al alemán Albert Einstein Durante la I Guerra Mundial. Eddington ayudó a Einstein a demostrar la curvatura de la luz y confirmar la Teoría de la Relatividad General en un momento en el que sus respectivos países luchaban en un conflicto bélico.